Lo sabía todo: la preferencia descarada de mis padres, las injusticias que había sufrido, cuánto anhelaba que él, por una vez, me eligiera a mí sin dudarlo. Pero no, él prefería jugar al héroe salvador de Siena, borrándome de la ecuación, como si nada. Ese estudio guardaba mis desvelos, mis sueños… Cada pequeño triunfo seguía vibrando entre esas paredes. Y ahora, lo veía ser devorado, borrado poco a poco. En un parpadeo, mi estudio ya no existía, y, en su lugar, había aparecido un clóset nuevo y reluciente. Igual que mi vida, había sido invadido y reemplazado por Siena. En un rincón, olvidada, quedó una pequeña foto mía, de cuando era niña.Iván se acercó a escondidas, la recogió y la guardó en su cartera con un cuidado que me revolvió el estómago.De regreso en la oficina, los empleados le soltaron a Iván que yo llevaba días sin aparecer y que, por supuesto, no había entregado ni un solo diseño para el contrato con los nuevos socios.La cara de Iván se descompuso. Furioso, sa
Read more