Share

Capítulo 3

Author: Gancanjo
Sofía, con toda la seriedad del mundo, nos presentó a su supuesto esposo: el príncipe Andrés Morales.

—Mi amor dice que en cuanto nazca nuestro bebé, será heredero. Así que vayan buscándose mi favor.

Sonrió con aire de triunfo y añadió, con una mirada arrogante:

—Si no, yo digo una palabra y esta empresa se viene abajo. ¡Y tú, Catalina, adiós trabajo!

Todos intercambiaron miradas. Algo no encajaba, pero Sofía seguía perdida en su fantasía de princesa.

Mi compañera Teresa, harta de oírla presumir, se acercó y me susurró al oído:

—¿Qué príncipe va a donar su semen? Además, allí tienen clases muy marcadas. ¿De verdad creerían que permitirían que un príncipe se casara con una extranjera y le diera la corona?

Aun así, Andrés era generoso con Sofía.

Poco después de que se quejara de que sus joyas eran demasiado sencillas, un diseñador de alta costura fue personalmente a crearle una colección exclusiva.

Sofía disfrutaba de las miradas envidiosas de todos, radiante, completamente satisfecha.

En mi vida pasada, Andrés también se había comportado igual conmigo.

Recuerdo que una vez, cuando tuve unas simples náuseas durante el embarazo, se puso tan nervioso que mandó llamar al mejor médico del mundo para revisarme.

Pero, igual que Teresa, yo también me sentía confundida.

Nunca antes había visto a Andrés, y aun así me trataba con una devoción inexplicable, solo porque llevaba a su hijo.

Y no era solo él: toda la familia real me trataba con un cuidado especial, como si realmente fuera un tesoro.

No era más que una mujer común. Lo único especial era que esperaba un hijo de Andrés, pero no entendía por qué me daban tanta importancia.

Por eso empecé a investigar en secreto, y pronto descubrí un oscuro secreto.

Pero Sofía ya estaba completamente enredada en su dulce ilusión de riqueza.

Algunos compañeros quisieron advertirle, pero ella los despachó con un gesto.

—¡Hablan porque no pueden tener lo que yo tengo! —dijo, altanera—. Soy hermosa, independiente e inteligente. ¿Qué tiene de raro que Andrés se haya enamorado de mí a primera vista?

Andrés, con un español algo torpe, le declaró su amor en público. Acarició el vientre de Sofía con ternura, pero en sus ojos vi una chispa de locura que nadie más parecía notar.

Cuando me vio mirándolo, Sofía perdió el control. Se abalanzó sobre mí, me empujó al suelo y, furiosa, me lanzó el zapato a la cara; me dio en la frente.

—¡Catalina, qué te pasa! ¿Por qué sigues mirando a mi esposo? —gritó, fuera de sí.

Ella intentó seguir golpeándome, pero Andrés se interpuso, visiblemente molesto, y la sujetó con fuerza.

—¡Cálmate! —dijo Andrés, sujetándola—. Estás embarazada, no puedes montar ese espectáculo. Y si algo le pasa a nuestro bebé... te juro que no lo perdonaré.

Todos notaron que, para Andrés, lo más importante era el niño.

Pero Sofía estaba ida por completo.

—¡Miren cómo me ama mi príncipe! —vociferó, derrochando orgullo—. Dijo que si algo le pasa a nuestro hijo, me mata. ¡Eso sí que demuestra cuánto lo quiere!

Andrés le dirigió una mueca de desprecio cuando mencionó al bebé. Se le notó el fastidio en la cara.

Mientras Sofía seguía presumiendo, los compañeros se acercaron y me ayudaron a levantar.

Todos querían decir algo; en realidad, a muchos les parecía que Sofía ya estaba a un paso de convertirse en princesa.

Yo levanté la mano y les hice un gesto para que no le prestaran atención.

Por dentro pensé: “Dentro de nueve meses la espera algo mucho peor que la muerte.”
Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • Renací Y Me Río Viendo A Mi Amiga Y Mi Mestizo   Capítulo 8

    Los hombres de negro me llevaron al palacio.Sofía me señaló de inmediato y empezó a hablarle a Andrés con una sonrisa servil:—Ella también tiene sangre del grupo O. Fue la que insistió en hacerse la inseminación. Así que su hijo, seguramente, será compatible y podrá ayudar a Selena con su anemia.Al parecer, Sofía ya había descubierto toda la verdad... y me había vendido sin dudarlo.Con una reverencia exagerada, se arrodilló frente a Andrés.—¿No necesita una princesa? Soy obediente y prometo no causar problemas.Por favor, en agradecimiento por haberle entregado a esta mujer, ¿podría permitirme conservar, aunque sea de nombre, el título de princesa consorte? Le juro que me mantendré alejada de usted y de su esposa.Andrés, complacido, asintió en silencio y ordenó a un médico que me revisara.Yo lo observaba tranquila, sin mostrar el menor temor.Sofía, irritada por mi calma, estalló:—¿Qué finges, Catalina? ¿Piensas que con esa cara podrías llamar la atención del príncipe? ¡Eres un

  • Renací Y Me Río Viendo A Mi Amiga Y Mi Mestizo   Capítulo 7

    Sofía no podía creer lo que veía en Andrés.Ese tipo al que veía como el esposo ideal resultó ser alguien totalmente distinto.Mirando la pantalla, no pude evitar soltar una risa irónica.Andrés, al final, estaba mostrando su verdadero rostro.En familias reales como la suya, la vida privada era un desastre.Entre los romances ocultos, los secretos y las uniones entre parientes, no era raro que los hijos nacieran con malformaciones o enfermedades genéticas.Andrés, en particular, padecía el llamado síndrome del superhombre, una condición que solo se mantenía bajo control gracias a la estricta disciplina de la familia real.Por eso, mientras Sofía estuvo embarazada, él no se atrevió a poner en riesgo al bebé.En cuanto a por qué, en mi vida pasada, yo había terminado siendo la princesa cuando Sofía llegó...Fue porque descubrí algo que lo cambió todo: la mujer con la que vi a Andrés aquella noche era su propia hermana.La familia real había hecho todo lo posible por encubrir el escándal

  • Renací Y Me Río Viendo A Mi Amiga Y Mi Mestizo   Capítulo 6

    Sofía por fin logró que le devolvieran a su hijo.Pero el bebé estaba pálido, con una respiración tan débil que parecía a punto de apagarse.Desesperada, Sofía rompió en llanto, rogando a los médicos que hicieran algo, pero nadie la escuchó.Era evidente que el pequeño no tenía muchas probabilidades de sobrevivir.En medio de su angustia, empezó a desvariar:—¿Por qué pasó esto? ¡Cuando llegué, el hijo de esa desgraciada estaba perfectamente! ¡Y ella seguía siendo la princesa! ¿Por qué mi hijo se muere? ¡Hace poco ni me hablaba! ¿Por qué, ahora que la llamo, aparece tan rápido? ¡Seguro fue ella! ¡Seguro sedujo a mi esposo, esa maldita!Seguía gritándome y echándome la culpa de todo, sin detenerse a pensar ni un segundo.Si tuviera un poco de sentido, entendería que yo no tenía idea de lo que estaba pasando.En mi vida anterior, mi hijo sobrevivió solo porque mi cuerpo era más fuerte que el de Sofía.Cuando llegué por primera vez a la corte real, jamás imaginé que las cosas se torcerían

  • Renací Y Me Río Viendo A Mi Amiga Y Mi Mestizo   Capítulo 5

    Sofía miraba, incrédula, cómo se llevaban a su hijo.Intentó incorporarse, pero se tambaleó y cayó. La herida se le abrió y la sangre empezó a correr.Nadie acudió en su ayuda. Andrés ya había salido con el bebé y la habitación quedó desierta. Solo yo me quedé junto a ella.Sofía, hecha trizas, me gritó:—¿Por qué no los detuviste? ¿No oíste lo que decían? ¡Eres una desalmada!—¿Qué querías que hiciera? —le respondí, con la voz rota—. ¿Crees que sola podría enfrentar a tanta gente?Ella no quería razones. Solo me señalaba, furiosa:—¡Me han quitado a mi hijo! ¿Por qué sigues ahí diciendo tonterías? ¡Ve a buscar a Andrés! ¡Tráemelo!Justo entonces entraron dos enfermeras. Sofía volvió la cabeza, los ojos encendidos de esperanza.—¡Ves! —jadeó—. ¡Andrés no hará nada! ¡Todo es una mentira! Cuando me recupere, vas a pagar por esto.En lugar de responder, las enfermeras sacaron una jeringa grande y le aplicaron una inyección. Sofía forcejeó un instante, y la esperanza en su mirada se volvió

  • Renací Y Me Río Viendo A Mi Amiga Y Mi Mestizo   Capítulo 4

    Sofía creyó que me había rendido, y eso solo infló más su ego.Durante la fiesta no me mostró ni tantito respeto. Cada cosa que decía era una burla, una crítica tras otra.Al día siguiente publicó fotos en un jet privado, con una nueva ubicación marcada en sus redes.Aunque en esta vida su jefe no la había despedido, la empresa no tardó en venirse abajo por culpa de la competencia.Y cuando se investigó lo ocurrido, terminó saliendo a la luz que todo había sido culpa suya.En poco tiempo, la compañía se declaró en quiebra y todos terminamos sin trabajo.Mientras maldecíamos a Sofía por lo que había hecho, también corríamos desesperados buscando empleo donde fuera, como fuera.Sofía, tan rencorosa como siempre, se encargó de que nadie me contratara en toda la industria.Poco después, recibí un mensaje suyo:“Catalina, ¿quién te crees que eres para poner a todos en mi contra? Sé perfectamente que andan diciendo que estoy loca, y seguro fuiste tú quien empezó esos rumores. En dos meses na

  • Renací Y Me Río Viendo A Mi Amiga Y Mi Mestizo   Capítulo 3

    Sofía, con toda la seriedad del mundo, nos presentó a su supuesto esposo: el príncipe Andrés Morales.—Mi amor dice que en cuanto nazca nuestro bebé, será heredero. Así que vayan buscándose mi favor.Sonrió con aire de triunfo y añadió, con una mirada arrogante:—Si no, yo digo una palabra y esta empresa se viene abajo. ¡Y tú, Catalina, adiós trabajo!Todos intercambiaron miradas. Algo no encajaba, pero Sofía seguía perdida en su fantasía de princesa.Mi compañera Teresa, harta de oírla presumir, se acercó y me susurró al oído:—¿Qué príncipe va a donar su semen? Además, allí tienen clases muy marcadas. ¿De verdad creerían que permitirían que un príncipe se casara con una extranjera y le diera la corona?Aun así, Andrés era generoso con Sofía.Poco después de que se quejara de que sus joyas eran demasiado sencillas, un diseñador de alta costura fue personalmente a crearle una colección exclusiva.Sofía disfrutaba de las miradas envidiosas de todos, radiante, completamente satisfecha.E

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status