Share

Capítulo 6

Penulis: Victoria Lázaro
Al oír el alboroto, Valeria corrió hacia la habitación.

—Mi señora, ¿qué suce…?

Antes de que pudiera terminar la frase, la voz de un hombre tronó:

—¡Fuera!

Valeria se quedó paralizada.

Iba a gritar para pedir ayuda cuando otro hombre la sujetó con fuerza y le murmuró apurado:

—¡¿No ves quién es?! ¡Es el rey!

Valeria abrió los ojos, aterrorizada.

¿El rey? ¿El cruel tirano?

¿Y había venido a esas horas?

Dentro de la habitación, él apretaba el hombro de Serafina con una de sus fuertes manos, mientras la otra le inmovilizaba la muñeca, justo donde ella sostenía un puñal.

Él se inclinaba sobre ella como un depredador listo para atacar.

Serafina podría haber peleado, pero al darse cuenta de quién era, se quedó quieta.

No podía ver su cara en la oscuridad, pero su presencia imponía.

—Reina, ¿no vas a decir nada?

Su voz era grave, con un tono que asustaría a cualquiera.

Cualquier otra mujer estaría temblando, pero Serafina respiraba con calma.

—Llevo este puñal para protegerme. No pensé que asustaría a Su Majestad.

Hablaba sin rodeos, sin coqueteo, como si hablara con un extraño, no con su esposo.

Él solo se rio. Luego le arrebató el arma y se sentó.

La habitación seguía oscura, apenas iluminada por la luz de la Luna.

Serafina apenas alcanzaba a ver su silueta en la orilla de la cama, la ropa puesta sin cuidado.

Parecía examinar el puñal.

El ambiente se volvió pesado.

Serafina se sentó también, manteniendo distancia, en alerta.

De pronto, él giró, tomó el puñal y le apoyó el filo en el cuello.

Serafina no se movió.

—A los que más maté en mi vida fue a los que se creen muy listos.

Serafina respondió sin cambiar el tono:

—Usted es el rey. Solo mata a quien merece morir.

—Ja, ja... cierto.

El rey se rio a carcajadas.

De la nada, se abalanzó sobre ella y la empujó contra el borde de la cama, apretándola del cuello.

La dejó atrapada y le habló con un tono amenazante:

—Entonces, Reina, ¿tú también deberías morir?

Su tono era cruel, como una tortura lenta.

La presión en el cuello no era suficiente para asfixiarla, pero sí para incomodarla.

—Mi vida le pertenece al rey. No soy nadie para decidir.

—¡Te dije que hablaras!

El enojo se le escapaba por los ojos.

Serafina, sin alterarse, contestó:

—Entonces, si yo puedo decidir, no debería morir.

Su respuesta era honesta, sin adornos.

—¿No deberías?

El rey murmuró, con una mirada oscura:

—Me contaron que fuiste capturada antes de la boda, y que ya no eres digna de este lecho.

Serafina ni se inmutaba:

—Lo que se dice puede ser mentira. Si Su Majestad quiere comprobarlo, hágalo.

—Perfecto. Vamos a comprobarlo.

Sin más palabras, la arrojó con fuerza contra la cama.

Su fuerza era tremenda.

Si la que estuviera ahí hubiera sido Beatriz, seguro no habría salido de esa.

De pronto, algo duro presionó su abdomen.

Peor aún, él le tomó la mano y la obligó a agarrarlo.

Era el mango de un puñal.

Junto a su oído, su voz sonó baja, cruel:

—Me da asco ensuciarme. Reinita, hazlo tú.

Se puso furiosa.

¡Qué miserable era ese hombre!

Una vez más, agradeció que Beatriz no estuviera viva para pasar por eso.

Sostenía el puñal. Su mano temblaba, no de miedo, sino de furia.

—Si no lo haces tú, no tengo problema en llamar a alguien más para que te obligue.

El tono del rey era sombrío.

Serafina, firme, empezó a desatarse el cinturón.
Lanjutkan membaca buku ini secara gratis
Pindai kode untuk mengunduh Aplikasi

Bab terbaru

  • Venganza en la Corte de Jade   Capítulo 100

    Serafina había sido envenenada con el Veneno de los Sueños Floridos. Mientras esperaba noticias de Cayo, también intentaba expulsar el veneno por su cuenta.Un descuido, y se desmayó sin razón aparente.Después, fue como retroceder en el tiempo… o como caer en una pesadilla.“Vio” a esa persona que hacía mucho no aparecía en sus sueños.Y habló con él… muchísimo.Cuando Serafina despertó, no sabía cuánto tiempo había pasado.Solo notaba que el salón estaba en un silencio tan denso que hasta el aire parecía pesado.Valeria estaba sentada junto a la cama, blanca como el papel, con las manos temblando.—¡Señora… ha despertado…!Serafina sintió de inmediato que algo andaba mal.Se incorporó y, al mirar alrededor, vio también a Claudio.Él estaba sentado cerca de la cama, con la mirada imponente como una montaña, pero profunda como el océano. El corazón de Serafina dio un vuelco.¿Había descubierto que estaba envenenada con el Veneno de los Sueños Floridos?¡Clac!El hombre se levantó de g

  • Venganza en la Corte de Jade   Capítulo 99

    Amparo no lograba entender cómo Serafina pudo pasar la inspección de pureza.Por más que pensaba, solo encontraba una explicación: “la mujer frente a mí no es Beatriz”.Pero aquello era demasiado absurdo.Si no era Beatriz, ¿entonces quién?Ante la duda de Amparo, Serafina no ofreció justificación alguna.La miró directamente, con una voz tan grave como cortante.—Es cierto. No soy Beatriz.—Desde que fui capturada por los bandidos, dejé de serlo.Amparo sintió un escalofrío recorriéndole la espalda.Quiso retroceder, pero fue sujetada por el cuello de su ropa.Se vio obligada a inclinarse; sus heridas se abrieron de nuevo, provocándole un dolor agudo.—¡Suéltame…!Serafina la sostuvo con fuerza mientras se incorporaba poco a poco.Las pupilas de Amparo temblaron.Una sombra caía sobre ella, como si un espíritu vengativo hubiera surgido del fondo de la tierra.En Serafina apareció una sonrisa espeluznante.—Más allá del sur de Nanquí existe una medicina secreta.—Quien se la aplica, mu

  • Venganza en la Corte de Jade   Capítulo 98

    En el interior del Palacio de la Concordia, ya habían cambiado la ropa de cama.Serafina salió del baño y se vistió con sus ropas formales.Valeria le sirvió una taza de té caliente, con cara preocupada.—Majestad, ¿en serio… ha compartido el lecho con Su Majestad?La cara de Serafina no mostraba emoción alguna.—No necesitas preguntar sobre eso.Al oírla, Valeria quedó aún más confundida, pero si su señora no quería hablar, no insistió.De repente, se oyó un golpe en la puerta desde afuera.—¡Majestad, Amparo desea verla!El corazón de Valeria dio un vuelco.—Esta visita no puede ser por otra razón más que por lo de anoche… Majestad, ¿quiere recibirla?Serafina sorbió su té, que aún estaba caliente, calmando la garganta. Luego respondió tranquila:—Que pase.***En el salón solo estaban Serafina y Amparo.Apenas vio a la emperatriz, Amparo se puso iracunda, como si fuera a lanzarse encima para atacarla.—Vaya, Su Majestad parece estar muy satisfecha.Serafina seguía sentada, con la mi

  • Venganza en la Corte de Jade   Capítulo 97

    Amparo casi se levantó de la silla de un salto.¡Imposible!¡El emperador no podía haber tocado a Beatriz!Además, esa sangre en La Sábana Nupcial… ¡seguro que no era de su primera vez!Beatriz había perdido la virginidad hacía tiempo, ¡de eso estaba segura!La expresión de Amparo cambiaba sin parar, pero por dentro solo había incredulidad.La reina madre, en cambio, parecía muy satisfecha, y enseguida permitió que Amparo se marchara.Al salir del Palacio de la Vida Eterna, Amparo caminaba como ida, con la cabeza en otra parte.Flora también estaba desconcertada.¿Era cierto que el emperador y la emperatriz habían consumado su unión?Pero si la emperatriz no era…Flora miró a su señora con duda.Los ojos de Amparo tenían un brillo rojo y venenoso.Aquí pasaba algo raro.¡Eso de la consumación debía ser mentira!Amparo dudaba, pero sentía prisa: tenía que ver al emperador y preguntarle ella misma.***En el Palacio de la Paz Serena, Augusta se mostró muy sorprendida al enterarse de que

  • Venganza en la Corte de Jade   Capítulo 96

    Serafina avanzó un par de pasos, la mirada tranquila, como si nada la alterara.Claudio dejó el libro a un lado. Su cara reflejaba molestia, era claro que estaba de mal humor.—¿Qué pasa? ¿Gertrudis no te enseñó cómo servir en la cama?Serafina lo miró con atención, estudiando cada gesto.Sabía que él tampoco deseaba consumar el matrimonio.De pronto, Claudio la agarró del brazo con fuerza.Sus dedos, a través de la tela, apretaron su muñeca sin piedad.La forma en que la miró tenía algo de violencia contenida.—¿Te da miedo el dolor?Serafina quedó dudando.¿Dolor? ¿A qué venía eso?¿Iba a obedecer las órdenes de la reina madre sin rechistar, solo porque era el nieto?De repente, algo dentro de ella se rebeló. Apretó los dientes y lo miró con determinación, sin decir palabra.El hombre seguía serio, sin mostrar emociones.Mientras la sujetaba con una mano, de repente sacó un puñal.Serafina no se inmutó por fuera, aunque por dentro sintió una inquietud rara.¿Para qué quería ese cuchi

  • Venganza en la Corte de Jade   Capítulo 95

    Molesta, Serafina miró todos esos objetos para la noche de intimidad.Le parecía absurdo.¿Y Claudio? ¿Cómo podía aceptar semejante situación?Gertrudis le dio órdenes a las doncellas:—Dejad los objetos y ayudad a la emperatriz a bañarse.—Sí, Gertrudis —respondieron todas al unísono.Serafina cortó en seco, con voz firme:—Con una basta. Valeria me ayudará sola.Gertrudis, segura de sí por venir en nombre de la reina madre, habló con superioridad:—Señora, esta es su primera vez sirviendo al emperador, tal vez aún no conoce las reglas.—El baño previo al servicio nocturno no es como cualquier baño. Es muy meticuloso.—Una doncella sola no será suficiente.—No hagamos esperar a Su Majestad.Extendió el brazo de forma cortés, marcando el camino.Los ojos de Serafina brillaron con una rabia profunda, su voz se volvió grave:—La reina madre te ha enviado para asegurarte de que esta noche todo se consuma entre el emperador y yo.—Pero si yo no estoy de acuerdo, ya veremos si sigo siendo t

Bab Lainnya
Jelajahi dan baca novel bagus secara gratis
Akses gratis ke berbagai novel bagus di aplikasi GoodNovel. Unduh buku yang kamu suka dan baca di mana saja & kapan saja.
Baca buku gratis di Aplikasi
Pindai kode untuk membaca di Aplikasi
DMCA.com Protection Status