En un principio, Estela creía que Hugo solo intentaba asustarla, pero en la penumbra, con la luz filtrándose sobre su rostro, vio la firmeza en su mirada. En ese momento, supo que él hablaba en serio.Estela salió furiosa, dejando a Hugo solo, tumbado en la cama con gesto agotado. Apoyó un brazo sobre los ojos, y a través de la rendija de la puerta aún se colaban los ecos de la música. Estaba separado de toda esa fiesta, de ese mundo de luces y excesos.Tardó mucho en dejarse envolver por la oscuridad, hasta que su cuerpo y mente se fundieron en ella.No supo cuánto tiempo pasó, pero en su duermevela escuchó un sonido tenue, como pasos que se acercaban. Creía que Estela había vuelto a intentar provocarlo, y justo cuando iba a incorporarse, un fuerte olor del alcohol le golpeó, seguido de una figura que se lanzó sobre él.Hugo se quedó congelado unos segundos. Iba a empujar a la persona por reflejo, pero el perfume que la envolvía le resultaba muy familiar.—¿Eva?Parecía que estaba bo
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