En el reservado se sentía una tensión terrible. Sin embargo, Gabriela parecía estar en otro mundo, completamente serena, como un lago en calma. Se apoyó en su bastón y se fue despacio hacia un rincón para sentarse.Normalmente, Rafael siempre se sentaba en el lugar principal. Pero ahora... se detuvo un momento, dudó, antes de ir a sentarse al lado de Gabriela.Al ver eso, Celeste se puso pálida. Se mordió el labio con fuerza y también se acercó.—Tenía ganas de conocerte desde hace tiempo, pero Rafael decía que eras tímida, así que nunca se dio la ocasión.Tomás no se aguantó más y rompió la tensión sofocante que llenaba la sala, lo que hizo que los demás también se animaran a hablar.—Sí, Gabriela, qué linda eres. Con razón Rafael no nos deja conocerte.De repente, Sebastián chasqueó los dedos.—¡Ya me acordé! Gabriela me sonaba familiar porque ya nos habíamos visto antes.Todos lo miraron, y Rafael ladeó la cabeza y frunció el ceño ligeramente, como intentando anticipar lo que vend
Baca selengkapnya