En aquel entonces, Nadia logró cumplir su sueño al ingresar en la escuela que tanto anhelaba, nada menos que la Academia de Bellas Artes de Puerto Coral, una de las tres mejores del país en ese ámbito.Ya estaba a punto de graduarse sin contratiempos cuando, en su tercer año, un accidente automovilístico la dejó ciega. Aprovechando la situación, Rosa, con ese pretexto, fue a la escuela y, sin consultarle, la retiró de la carrera.Lo disfrazó diciendo que era “por su bien”, para que pudiera recuperarse tranquilamente en casa, aunque en realidad lo único que no soportaba era verla eclipsar a Sía.Nadia torció levemente la comisura de los labios y no dio más explicaciones.***Ese día, Sía y su mejor amiga, Sofía Rivera, bajaron de un automóvil. Sofía, tomándola del brazo, no paraba de hablar mal de Nadia.—Sía, todos en nuestro círculo están hablando de la forma tan descarada como Nadia sedujo a Sergio. ¿Cómo puedes tolerarlo? Si fuera yo, ya le habría arañado la cara.Sía sonrió con ind
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