All Chapters of ¡Qué Ironía! En Mi Boda Se Arrodilló El Que Me Traicionó: Chapter 11 - Chapter 20

La serenidad de Sofía le resultó a Alejandro terriblemente aburrida. Soltó una risa irónica y se dirigió a la cocina."Ahora finge esta actitud complaciente solo para casarse conmigo", pensó con Alejandro. "Cuando por fin estemos casados, quién sabe qué tipo de dramas inventará".De vuelta en el dormitorio, Sofía abrió su portátil, calmó sus emociones y continuó trabajando.Los días siguientes, se mantuvo sumamente ocupada con el trabajo, regresando a casa muy tarde cada noche. Alejandro o bien estaba sentado en la sala revisando documentos, o aún no había vuelto.Bajo el mismo techo, en varios días no habían intercambiado más de cinco palabras.En el pasado, Sofía no lo habría soportado y habría buscado a Alejandro para reconciliarse. Pero ahora, lo llevaba con una tranquilidad.Alejandro, naturalmente, lo notó. Desde que había regresado esta vez, la actitud de Sofía hacia él se había vuelto notablemente más fría.Preparaba comida solo para ella, no le dejaba la luz encendida por las

Al otro lado de la línea hubo un breve silencio antes de que la voz fría de Alejandro llegara.—Sofía, tú misma dijiste que terminaríamos en un mes, y ahora me llamas de repente para decir lo mismo. ¿Es que no tienes límite para tus locuras? No tengo tiempo para tus tonterías ahora. Lo hablamos cuando vuelva.Dicho esto, colgó sin dudar.Sofía bajó el celular y envió directamente a su móvil la grabación de la llamada anterior entre ella y Camila.Por supuesto, también le envió una copia a Elena.Después de enviar la grabación, llamó a la agencia de bodas.—Hola, soy Sofía Mendoza. Reservé antes un lugar para la boda. Por favor, cancélenlo.Al otro lado hubo una pausa antes de que la voz de la empleada sonara.—Srta. Mendoza, ¿confirma que desea cancelar la reserva del salón de bodas?La punta de los dedos de Sofía, que sostenían el celular, se apretó levemente. Su voz no mostraba emoción alguna.—Sí, estoy segura.—De acuerdo, entiendo. Procederemos con la cancelación.—Gracias.Colgó

—Está bien. Públicalo.Camila contuvo la alegría desbordante en su corazón y bajó la cabeza.—Está... está bien.Alejandro esbozó una sonrisa en los labios, pero sus ojos reflejaron un destello frío.Ya que Sofía insistía en andar con caprichos, no le importaba dejarle claro que la palabra” ruptura” no significaba nada para él.***Sofía durmió profundamente durante mucho tiempo, despertando pasadas las ocho de la noche.Se levantó, se arregló, se cambió de ropa y salió a dar un paseo, aprovechando para buscar algo de comer.La noche en Islas Paraíso resultaba deslumbrante. Las estrellas, como fragmentos de diamantes, adornaban el cielo oscuro y se reflejaban en el fulgor ondulante del mar.La arena bajo sus pies era suave y mullida, cada paso como pisar una alfombra aterciopelada, cómoda y agradable.Las olas se deslizaban suavemente, inundando la playa antes de retirarse lentamente, dejando tras de sí bordes de encaje acuáticos.La brisa marina fresca le acarició el rostro. Sofía, si

Ella frunció ligeramente los labios y lo miró.—Hoy me salvaste y además me acompañaste de vuelta. ¿Tienes tiempo mañana? Me gustaría invitarte a cenar.—Mañana no tendré tiempo. Tengo un vuelo temprano para salir de Islas Paraíso. Pero yo también trabajo en Ciudad Profunda. Podemos intercambiar contactos y ya me invitará a cenar cuando vuelva.Sofía se sorprendió un poco.—¿Cómo sabes que trabajo en Ciudad Profunda?Una suave risa brotó de la garganta de Eduardo.—La famosa abogada de divorcios, Sofía Mendoza... es difícil no saberlo.Sofía: "..."¿Era tan conocida?Mientras ella permanecía en silencio, Eduardo ya había sacado su celular.—¿Te agrego?—... De acuerdo.Después de agregarse contactos, Eduardo se despidió con la mano y se fue. Su figura esbelta se desvaneció gradualmente en la noche, hasta desaparecer de la vista.Durante la semana siguiente, Sofía hizo todas las cosas que había planeado hacer en Islas Paraíso con Alejandro.El primer día, encontró un instructor, se puso

Sofía apretó levemente los labios. Antes, Alejandro nunca le permitía ir a bares o clubes.Cuando se graduó de la universidad, por curiosidad fue una vez con Valentina a escondidas. Apenas se sentaron, Alejandro apareció y la arrastró fuera del bar.Esa vez, Alejandro se enfadó muchísimo. ¿Qué fue lo que dijo?Dijo que los bares eran peligrosos, que ella era demasiado guapa, que fácilmente podía atraer la atención de tipos con malas intenciones, que temía que le pasara algo.Sofía no creía que los bares fueran tan peligrosos, pero para no preocupar a Alejandro, no volvió a ir.Ahora que lo piensa, se da cuenta de lo ingenua que fue entonces, cediendo incluso en algo tan trivial.Al pensar esto, respiró hondo, alzó la vista y miró a Valentina.—¡Vamos!—¡Así es! ¡Vamos, vamos! ¡Esta noche te mostraré el mundo! ¡Te garantizo que te divertirás tanto que pronto olvidarás a ese Alejandro!Subieron al auto y arrancaron hacia el bar a toda velocidad.Bar Constelación.En la zona VIP del segun