Lo que dijo Ignacio fue como una última revelación para Ariana.Un destello de lucidez le cruzó la mente y, en ese instante, comenzó a ver al hombre frente a ella de una forma totalmente distinta. Cayó en cuenta de que, desde que presentó la solicitud de divorcio, ya no eran más que dos desconocidos, sin ningún tipo de conexión.La presión en su pecho desapareció de golpe, dejándola vacía, pero, a la vez, liberada. Respiró hondo, se recompuso y, con un tono completamente distante, dijo:—No pretendo ser una persona importante, pero si me devuelves lo que te llevaste, no tendríamos que estar aquí.Paula, interviniendo de inmediato, trató de defenderlo:—Es solo una maleta, ¿de verdad piensas que a Ignacio le interesa lo que tienes dentro?Ariana la miró con mucha calma, sin rastro de la rabia ni la tristeza de antes, y respondió:—Pero no quiero que mi maleta acabe en manos de alguien así.La mirada de Ignacio se oscureció un poco, pero no dijo nada. Ariana, con una calma inquietante,
Read more