Beatriz miró rápidamente a su alrededor, buscando una forma de escapar.Las puertas estaban bloqueadas y las ventanas no se movían, estaba claro que el conductor las había cerrado desde su puesto.El hombre apagó el motor y se dio la vuelta.Bajo la tenue luz, su rostro, que al principio parecía honesto, se veía ahora grotesco.—No tengas miedo, muchacha. Si haces caso, no te haré daño —dijo mientras extendía la mano hacia su rostro.Beatriz se echó hacia atrás y tomó el bolso con fuerza para golpearlo.—¡Aléjate!El bolso golpeó su brazo. El hombre, furioso, soltó una grosería y trató de agarrarla del cabello.En ese momento, mientras Beatriz forcejeaba desesperadamente, un estruendo sacudió el auto.El parabrisas delantero se hizo añicos.—¡Suéltala!Una voz grave y helada resonó desde afuera.Beatriz levantó la vista y vio a Carlos de pie junto al auto.El conductor, sorprendido por la interrupción, se quedó inmóvil un segundo, luego bajó lanzando insultos, dispuesto a enfrentarlo.
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