Filtrar por
Estado de actualización
TodoEn cursoCompletado
Ordenar por
TodoPopularRecomendaciónCalificacionesActualizado
Ela Afundou com o Amor

Ela Afundou com o Amor

Agatha Diniz era apenas uma bolsista pobre, apadrinhada por Manfredo Borges. Mas ela buscava mais do que caridade — ela queria adrenalina. Mergulhou com um grupo de homens no mar e, entre beijos e toques, começou a sangrar. A corrente arrastou o sangue e um tubarão apareceu. Fui eu quem a salvei, arriscando a vida para tirá-la da água. Disse apenas que ela devia procurar um médico. Ela sorriu, concordou, e, no minuto seguinte, correu até Manfredo, chorando, dizendo que eu havia manchado sua honra. Na fúria, ele me jogou viva dentro de um tubarão gigante ainda consciente. Enquanto eu gritava e socava o ventre da criatura, pescadores horrorizados imploravam: — Senhor, por favor! A sua esposa vai morrer! Ele apenas riu, abraçado à garota: — Dizem que dá pra viver um mês dentro de um peixe. Ela não ama tanto os tubarões? Que vire parte da pesquisa. Na escuridão, com o corpo preso e a alma dilacerada, acariciei minha barriga. Sussurrei ao meu bebê: — Filho, a mamãe não vai conseguir te proteger. Um mês depois, Manfredo voltou. Mas encontrou, na areia… apenas um esqueleto, embranquecido pelo sal e pelo tempo.
Historia corta · Romance
1.6K vistasCompletado
Leer
Agregar a biblioteca
Volví al día de la propuesta y lo dejé

Volví al día de la propuesta y lo dejé

En el octavo año de noviazgo, me interpuse para recibir un cuchillazo que iba dirigido a mi novio, el médico Sebastián Herrera. Él me prometió que podía pedir cualquier cosa a cambio. Todos pensaron que aprovecharía la ocasión para pedirle matrimonio. Yo, en cambio, dije con calma: —Terminemos. Dicho eso, me di la vuelta y me fui. Sebastián sonrió con desdén y apostó con los presentes: —Es solo que quiere llamar la atención; apuesto a que en tres días vuelve llorando a suplicarme que volvamos… Pero se equivocó. Porque yo guardo un secreto: he renacido. En la vida anterior conseguí casarme con él, pero el gran amor de su vida, Camila Duarte, se tiró desde la azotea. Él volcó toda su rabia en mí. La noche de la boda me rasgó la cara; me encerró en un sótano oscuro y estrecho. Cuando quedé embarazada me obligó a tomar cantidades enormes de suplementos. El día del parto el bebé ya era demasiado grande para nacer por vía natural. Al final sangré sin control, me desgarré en un parto imposible y morí. Renací y volví al día en que me puse delante del cuchillo por Sebastián. Esta vez, hago exactamente lo que él espera de mí.
Leer
Agregar a biblioteca
Abortei o Filho Que Assistiu Minha Morte na Vida Passada

Abortei o Filho Que Assistiu Minha Morte na Vida Passada

Pouco antes do casamento, descobri que estava grávida de dois meses. Meu noivo, Diogo Bragança, com o hálito de quem havia bebido, pousou a mão na minha barriga, murmurou em tom de brincadeira: — Francisca, acho que ainda não estou pronto pra ser pai. Vamos... deixar esse bebê pra depois? Respondi com o coração vazio: — Tudo bem. Na vida passada, insisti em ter esse filho. Na mesma época, Antonella Coutinho sofreu um aborto e perdeu a chance de engravidar. Diogo me culpou por isso e, depois do casamento, foi frio comigo até o fim. O filho que carreguei com dor e quase à custa da minha vida, Lenor Bragança, mais tarde passou a chamar Antonella de “mamãe” aos gritos. No dia em que sofri um acidente e perdi muito sangue, pai e filho passaram por mim sem sequer olhar para trás. Eles tinham pressa. Antonella estava em trabalho de parto. Lá em cima, eu morria, esvaída em sangue. Lá embaixo, eles comemoravam o nascimento de uma nova vida, balançando bastões de luz. Desta vez, não vou mais me abandonar por ninguém. Disquei para o diretor do instituto: — Quero me juntar à expedição na Antártida.
Historia corta · Lobisomen
11.7K vistasCompletado
Leer
Agregar a biblioteca
UNACCEPTED

UNACCEPTED

adelsbl
"Lo tau gak, sih, tata krama masuk ruangan?” tanya Regar ketus. Nessa sangat tidak sopan. Masuk ruangan tanpa permisi. Regar menyesal tidak mengunci pintu. Alih – alih menjawab, Nessa malah menyalakan posnelnya dan membuka aplikasi kamera. Ia mengatur kameranya menjadi kamera depan lalu mengajak Regar berfoto bersama. "Apaan, sih!” seru Regar tidak suka dengan tindakan Nessa. "Satu, dua, tigaaa,” Nessa langsung menjepret kamera ponselnya lalu melihat hasilnya. Tampak ekspresi Regar yang sedang marah. Sangat kontras dengan Nessa yang tersenyum manis. "Hahaha lucu, deh. Upload, ah,” Nessa membuka akun Instagramnya kemudian memposting fotonya dan Regar di instastory. Tak lupa ia me-mention akun Instagram Regar. Regar adalah cowok terkenal di sekolah dan luar sekolah sehingga memiliki banyak pengikut. Nessa berharap jika Regar me-repost instastory-nya maka akan banyak pengikut Regar yang mengikuti akunnya juga, “jangan lupa repost, ya,” Regar yang melihat hal itu menjadi semakin kesal, “Nessa hapus!” pinta Regar to the point. "Gapapa lah, Gar, sekali – kali. Kita, kan, belom pernah foto berdua,” jawab Nessa santai sambil memandangi fotonya bersama Regar. Regar membuang napas kasar. Ia menatap kedua temannya yang hanya diam. "Kalo Regar gak mau, sini sama Miko aja, beb,” sahut Miko. "Gak mau. Maunya sama Regar,” Regar memalingkan wajahnya malas, “murahan,” jawab Regar spontan dengan nada meremehkan. Cowok itu sedang menahan amarahnya saat ini. Ia berusaha untuk tidak membentak Nessa walaupun ia tahu kata – katanya barusan sangat tajam.
Young Adult
1.4K vistasEn curso
Leer
Agregar a biblioteca
Donde el amor me dejó vacía

Donde el amor me dejó vacía

El día en que Rosa, el amor de mi esposo, enferma terminal, dio a luz a su hijo, mis suegros contrataron a diez guardaespaldas para vigilar la sala de partos y asegurarse de que yo no apareciera a hacer un escándalo. Pero la verdad es que nunca fui. Mi suegra, Melina, le tomó la mano a Rosa conmovida: —Rosa, mientras estemos nosotros aquí, ¡Fiona jamás podrá hacerte daño a ti ni a tu bebé! Mi esposo, Benito Cruz, con ternura en la mirada, la acompañaba durante el parto, secándole el sudor de la frente. —Tranquila, mi padre está con su gente en la entrada del hospital. Si Fiona se atreve a venir, la sacamos en el acto. Al ver que pasaban las horas y yo no aparecía, por fin se tranquilizó. Para él no tenía sentido pensar que yo fuera capaz de armar una escena. Solo quería cumplirle a Rosa su último deseo: ser madre antes de morir. ¿Por qué yo me empeñaría en arruinarlo? Cuando escuchó el llanto del recién nacido en brazos de la enfermera, no pudo evitar sonreír con alivio. Pensó que, si al día siguiente yo iba a disculparme con Rosa, se olvidaría de todas nuestras peleas. Incluso estaba dispuesto a dejar que yo criara al niño como si fuera mío. Lo que él no sabía era que, en ese mismo instante, yo acababa de entregar mi informe en la ONU. En una semana iba a renunciar a mi nacionalidad para unirme a Médicos Sin Fronteras. Y desde entonces jamás volvimos a vernos.
Historia corta · Romance
4.1K vistasCompletado
Leer
Agregar a biblioteca
En esta vida no tengo corazón para amar

En esta vida no tengo corazón para amar

La infancia de Adrián Rivas estuvo marcada por su primer amor. Pero cuando ella murió, él me odió durante diez largos años. Al día siguiente de nuestra boda, pidió ser enviado a una misión en la frontera. Durante una década le escribí incontables cartas, intentando acercarme una y otra vez… pero su respuesta siempre era la misma: —Si de verdad te sientes culpable… entonces muérete pronto. Hasta que un día fui secuestrada. Y él, solo y sin refuerzos, irrumpió en el escondite de los criminales para salvarme, recibiendo varias balas por mí. Antes de morir, con sus últimas fuerzas, me apartó bruscamente la mano y dijo: —Lo que más me arrepiento en esta vida… es haberte tomado por esposa. Si existiera otra vida… te ruego, no vuelvas a buscarme. En el funeral, la madre de Adrián lloraba de arrepentimiento. —Hijo mío, ha sido culpa mía… yo no debí obligarte. Su padre, lleno de odio, me gritó entre lágrimas: —Mataste a Clara, y ahora también a mi hijo. ¡Eres una desgraciada! ¿Porqué no te mueres tú también? Incluso el comandante, que insistió para que nos casáramos, bajó la cabeza con remordimiento. —Fue mi error, no debí separar a dos enamorados… Le fallé al camarada Adrián. Todos lamentaban la muerte de Adrián, incluyéndome a mí. Esa misma noche, fui expulsada del ejército y quedé sin ningún rumbo. En medio de la nada, en un campo solitario, bebí veneno y morí. Pero al abrir los ojos otra vez… regresé al día antes de nuestra boda. Esta vez, decidí cumplirles el deseo a todos.
Leer
Agregar a biblioteca
Él Eligió a Otra,  Yo Elegí a Su Hermano

Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano

El día que Sofía Mendoza perdió a su bebé, Diego Villarreal andaba festejando que su primer amor había vuelto al país. Tres años entregándose y acompañándolo, y para él no había sido más que tener una empleada doméstica en casa. A Sofía se le rompió el corazón y decidió de una vez por todas que se iba a divorciar. Todos sus conocidos sabían que Sofía era de esas mujeres pegajosas, de las que no te puedes quitar de encima fácilmente. —Te apuesto que en un día Sofía ya va a estar de vuelta, suplicando como siempre. Diego respondió: —¿Un día? Eso es demasiado, yo le doy máximo medio día. Desde el momento en que se divorció, Sofía se prometió no mirar atrás jamás. Se propuso a construir una nueva vida, a retomar la carrera profesional que había dejado de lado, y también a conocer personas nuevas. Fueron pasando los días y Diego ya no volvió a ver ni rastro de Sofía en la casa. De repente, él se llenó de pánico. En un evento empresarial, por fin, la vio, rodeada de un montón de gente. Sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia ella. —¡Sofía! ¿Cuándo vas a dejar de hacer drama? Alejandro Montoya, el hermano de Diego, apareció de la nada, protegiéndola, lo empujó para quitárselo de encima y le habló con una frialdad que daba miedo. —No te atrevas a tocar a tu cuñada. Diego nunca había querido de verdad a Sofía, pero para cuando se dio cuenta de que sí la amaba, ya no había espacio para él en la vida de ella.
Romance
9.1139.8K vistasEn curso
Leer
Agregar a biblioteca
El Precio de la Traición

El Precio de la Traición

Estaba a punto de dar a luz cuando Liana, la ex de mi esposo, llegó a nuestra casa con la excusa de que solo se quedaría unos días. Cada vez que me veía, se llevaba la mano al pecho, como si el solo hecho de verme embarazada la hiciera sufrir. Bruno, mi esposo, estaba convencido de que yo estaba provocándola a propósito, solo por tener la barriga enorme. —Lia no se siente bien, no puede tener hijos. ¡Y tú sigues paseándote así, como si nada! ¡Se nota que necesitas una lección para que aprendas! Dicho esto, mandó que me encerraran en el viejo ático que llevaba años sin usarse, y ordenó que nadie me subiera comida. Lloré y le rogué que me dejara salir. Le expliqué que la última ecografía mostraba que los gemelos eran enormes, que el doctor había dicho que debía ir al hospital de inmediato. Pero, para él, eso fue como si le contara un chiste sin gracia. —Todavía faltan tres días. No me vengas con cuentos —me respondió sin una sola gota de compasión—. ¡Ve al ático y ponte a pensar en lo que hiciste! ¡Pagarás por estar molestando a Lia! Las contracciones eran tan brutales que, arañando la madera podrida, acabé arrancándome las uñas. Gritaba tan fuerte que me dolía la garganta, pero nadie acudió en mi auxilio. La sangre me cubría el cuerpo y empapaba todo el suelo. Uno de los bebés ya había salido, pero el otro se quedó atrapado en mi vientre, atorado en un baño de sangre. Tres días después, Bruno estaba sentado, tomando sopa y, como si nada, dijo: —Que Michelle me sirva más sopa y le pida perdón a Lia. Si lo hace, la llevaremos al hospital para que tenga a los niños. Nadie dijo nada. Porque la sangre que bajaba desde el ático ya había llegado hasta el segundo escalón.
Historia corta · Romance
2.4K vistasCompletado
Leer
Agregar a biblioteca
O Nascimento que Derrubou o Chefe

O Nascimento que Derrubou o Chefe

Com nove meses de gravidez, eu estava na reta final do meu termo, pronta para dar à luz a qualquer momento. Mas meu marido, Vito Falcone, subchefe da família, havia me trancado. Ele me mantinha em uma sala médica subterrânea e estéril, injetando-me um medicamento que suprimia o trabalho de parto. Enquanto eu gritava de dor, ele friamente me dizia para aguentar. Porque se esperava que a viúva de seu irmão, Scarlett, entrasse em trabalho de parto exatamente na mesma hora. Um juramento que ele fizera ao seu irmão falecido declarava que o primogênito herdaria o lucrativo território da família na Costa Oeste. — Essa herança pertence ao filho de Scarlett. — Disse ele. — Com Daemon morto, ela está sozinha e desamparada. Você tem meu amor, Alessia. Todo ele. Só preciso que ela dê à luz em segurança. Depois será a sua vez. — Continuou. A droga era um tormento constante. Implorei para que ele me levasse a um hospital. Ele me agarrou pelo pescoço, forçando-me a encarar seu olhar gelado. — Pare isso! Eu sei que você está bem. Está apenas tentando roubar a herança. — Disse, com voz cortante. Meu rosto estava pálido. O corpo convulsionava enquanto eu conseguia sussurrar, desesperada: — Não me importo com a herança. Eu só quero que nosso filho nasça em segurança! Ele zombou. — Se você realmente fosse tão inocente, não teria forçado Scarlett a assinar aquele acordo pré-nupcial, renunciando aos direitos de herança do filho dela. — Disse. — Não se preocupe, voltarei para você depois que ela der à luz. Afinal, você carrega minha própria carne e sangue. — Completou. Ele passou a noite inteira em vigília do lado de fora da sala de parto de Scarlett. Só depois de ver o recém-nascido em seus braços é que ele se lembrou de mim. Finalmente, enviou seu segundo em comando, Marco, para me libertar. Mas quando Marco finalmente ligou, sua voz estava trêmula: — Chefe… a senhora e o bebê… se foram. Naquele momento, Vito Falcone se despedaçou por dentro.
Historia corta · Máfia
4.3K vistasCompletado
Leer
Agregar a biblioteca
Renascida: A Vingança do Casamento

Renascida: A Vingança do Casamento

Quando a família Costa estava à beira da falência, os pais de Daniel Costa vieram implorar por um casamento arranjado. Meu pai, com pena de mim por ter amado Daniel durante dez anos, investiu bilhões para salvar a família Costa e me casou com ele. Na noite de núpcias, Daniel cobriu meus olhos com um véu vermelho e me tomou repetidamente na cama, sem piedade. Um mês depois, cheia de alegria, eu fui até ele com o teste de gravidez nas mãos, mas acabei ouvindo uma conversa entre ele e seus amigos no bar: — Vocês acham que o filho que a Iolanda Moreira está esperando é de qual homem, depois de ser fodida por mais de dez caras? Um dos amigos caiu na gargalhada: — Mestre Daniel, eu só fui três vezes. Não pode ser meu, né? — Eu aposto no Leo! — Outro disse. — Ele é insano na cama. Naquela noite, ele fez a Iolanda gritar de loucura. Aposto dez mil que é dele! Foi aí que eu entendi. Naquela noite de núpcias, quem tinha feito sexo comigo tantas vezes não era Daniel, mas seus mais de dez amigos. Desesperada, eu invadi o bar e o confrontei. Daniel, sem um pingo de remorso, respondeu: — Está chorando por quê? Se a sua família não tivesse usado a injeção de capital para me chantagear, forçando a Rebeca a ir embora, eu nunca teria feito isso com você. Vou te dizer uma coisa: no dia em que a Rebeca me perdoar, eu te deixo em paz. Arrasada, eu pedi o divórcio. Mas Daniel me ameaçou com o vídeo daquela noite em que eu fui abusada por seus amigos e me trancou no porão: — Não tenha pressa de ir embora. Eu e meus amigos ainda estamos apostando quem é o pai dessa criança que você está esperando! Oito meses depois, eu dei à luz no porão e morri junto com o bebê. Quando abri os olhos novamente, percebi que havia voltado no tempo, para o dia em que a família Costa implorava ao meu pai por uma injeção de capital e um casamento arranjado. Desta vez, no dia do meu casamento, foi Daniel quem chorou até os olhos ficarem vermelhos.
Historia corta · Romance
4.5K vistasCompletado
Leer
Agregar a biblioteca
ANTERIOR
1234567
ESCANEA EL CÓDIGO PARA LEER EN LA APP
DMCA.com Protection Status