El Reencuentro Inevitable
Aitana Rosales llevó a su hija al hospital para una consulta, y el médico resultó ser su novio de hace muchos años.
Después de siete largos años sin contactarse, ella ya había cambiado de nombre y apellido, y había pasado de ser una chica con sobrepeso a una mujer de esbelto cuerpo.
Él no la reconoció, y mucho menos sabía que ella había dado a luz a su hija.
Agarrándole la mano a su mamá, Isidora preguntó:
—Mami, ¿por qué lloras?
Aitana no supo qué responder, solo quería darse la vuelta y salir corriendo de allí.
En su adolescencia, ella había tenido un amor secreto y por fin logró conquistar a ese hombre tan apático.
En la Universidad de San Eladio, estalló un gran escándalo: el popular Octavio Villalba, elegante e inalcanzable, tenía una relación secreta… y su misteriosa novia resultó ser nada más y nada menos que una muchacha con sobrepeso. Ella se convirtió en el blanco de muchas burlas y críticas.
Una voz grave que le resultaba familiar le dijo:
—Solo es un juego. Pronto me iré del país.
Aitana le puso fin a ese amor sin futuro.
Volver a encontrarse con él rompió la calma en la que vivía.
Ella trató de una vez por todas de trazar una línea clara entre su mundo y el de él… pero terminó en su cama.
Él recurrió a infinidad de cosas desde amenazas, halagos, fingir estar enfermo, ser romántico e incluso ahuyentar a todos sus pretendientes.
—Octavio, ¿sabías que tengo novio?
Dentro del Maybach, unos dedos largos y firmes se aferraron a la estrecha cintura de la mujer mientras él besaba sus labios con desesperación.
—Entonces, ¿qué tal si soy tu amante? Tengo más dinero que él, soy más joven y puedo hacértelo mejor.
Hace siete años, el que mantenía una relación secreta con ella era él, siete años después, el que quería ser su amante era él.
Ella le dijo que estaba loco, y él, mirándola fijamente, contestó que sí…