Share

Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante
Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante
Author: Grin

Capítulo 1

Author: Grin
Con nueve meses de embarazo, un exempleado que odiaba a mi esposo, debido a que había tomado el puesto que él antes tenía, me secuestró en la azotea del edificio, en donde me apuñaló decenas de veces.

Mientras tanto, Víctor Escobar, mi marido y capitán del equipo de rescate, movilizaba a todo su personal para impedir que Raquel Herrera, su exnovia depresiva, incendiara el departamento que rentaba.

No le rogué que viniera a salvarme.

En mi vida anterior, justo porque lo había llamado suplicándole su ayuda, había abandonado a Raquel y había corrido a socorrerme.

Mi bebé y yo sobrevivimos, pero ella, tras prenderle fuego al lugar, murió entre las llamas.

Víctor no me culpó abiertamente; incluso me reservó una suite de maternidad privada. Pero el día del parto, me ató y nos apuñaló a mí y a mi bebé, ¡decenas de veces!

—Ese día te pusiste de acuerdo con él para engañarme, ¿no es así? ¡Tus heridas no eran nada del otro mundo! ¡Ni de chiste ibas a morir! —exclamó fuera de sí—. ¡Pues ya que te gusta que te apuñales, entonces te concederé tu deseo!

Al abrir los ojos de nuevo, había vuelto al día del secuestro.

Pero, esta vez, tomé una decisión: lo dejaría ir a salvar a su verdadero amor.

...

Cuando Carlos, el exempleado, me había apuñalado ya cinco veces, la sangre carmesí empapaba mi vestido blanco.

—Llama a Víctor —me ordenó, apuntándome al cuello con el cuchillo ensangrentado.

Dudé un instante y, pálida, marqué su número.

—Carlos me tiene secuestrada… Me apuñaló cinco veces… en la azotea de nuestro edificio. Tienes que venir a rescatarme, ¡rápido!

Hubo un silencio al otro lado; su tono, lejos de la preocupación que esperaba, destilaba una indiferencia absoluta:

—Vaya, ¡qué oportuno! Justo cuando Raquel está al borde del colapso y quiere quitarse la vida, a ti te da por dejarte «apuñalar». ¿Cómo que te secuestró Carlos? Mantuve nuestra nueva dirección en secreto, ¿cómo demonios va a saber dónde vivimos? Mira, la próxima vez que quieras montar un numerito, por lo menos invéntate algo más creíble, ¿quieres?

Sus palabras, desprovistas de toda calidez, me llegaban a través dl auricular mientras los ojos oscuros y llenos de arrugas de Carlos se encendían con un odio más intenso, mientras su mano apretaba el arma como advertencia.

Un hilo de sangre brotó de mi cuello.

Quería gritar de terror, pero me esforcé por mantener la compostura.

—No quiero evitar que vayas a salvar a Raquel… Si no me crees, puedes mandar a un par de tus compañeros a que echen un vistazo…

—¡Suficiente! —me interrumpió Víctor con impaciencia—. Deja de actuar. No tengo tiempo para tus juegos. Tengo que salvar a Raquel.

Hizo una pausa y luego le ordenó al operador del 911:

—Registren «apuñalamiento en la azotea» como reporte falso. Si alguien llama para informar sobre eso, ¡ignórenlo!

La llamada se cortó con una súbita crueldad.

El odio en la mirada de Carlos se intensificó aún más, y la desesperación volvió a oprimirme el pecho, dejándome sin aliento.

«No puedo creer que Víctor sea capaz de llegar a este extremo.»

En mi vida anterior, cuando Carlos, resentido con mi esposo, me había secuestrado, también había comenzado dándome cinco puñaladas.

Aterrada por la idea de perder a mi bebé, llamé a Víctor innumerables veces, rogándole que acudiera en mi ayuda.

Él cedió a mis súplicas y, finalmente, corrió a rescatarme.

Raquel, al enterarse, sufrió un colapso emocional, prendió fuego al departamento que rentaba y murió calcinada.

Esa noche, noté a Víctor extraño. Le pregunté si estaba enojado y él, rápidamente, cambió su expresión impaciente por una sonrisa, mientras me acariciaba el vientre con ternura.

—Jamás me enojaría contigo. Si murió, fue su culpa. Tú no te preocupes, mi amor, concéntrate en tener a nuestro bebé.

Durante ese tiempo, me cuidó con esmero. Yo, con ingenuidad, llegué a pensar que había recapacitado.

Hasta el día del parto, cuando me ató a la cama del hospital y, con los ojos llenos de rabia, apuñaló a nuestro bebé en repetidas ocasiones, exigiendo que ambos bajáramos a disculparnos con Raquel.

—¿Qué mal te hacen «unas cuantas cuchilladas»? No te ibas a morir. ¿Por qué me forzaste a ir por ti ese día? Si no me hubieras engañado, diciendo que estabas grave, no habría dejado a Raquel a su suerte. Fui un idiota al creerte. Ella murió sola, y le aterrorizaba la soledad. ¡Imagina lo desesperada que debió sentirse! —exclamó, fuera de sí—. Sara, tú querías tanto un hijo, ¿no? Pues ahora sabrás lo que es perder a la persona que más amas.

Víctor lo apuñaló una y otra vez; convirtiendo el pequeño cuerpo de mi bebé en una masa amorfa de carne y sangre.

Desesperada, intenté explicarle que la situación había sido crítica, ¡pero solo conseguí que se ensañara más!

No me creía en absoluto.

Recuerdo que, antes de morir, el cuerpecito frágil de mi bebé, gestado durante nueve meses, no tenía un solo trozo de piel intacta. Incluso se le veían los huesos.

Después de matar a nuestro bebé, Víctor prendió fuego la suite de maternidad privada, condenándome a morir quemada, como una «dulce» ironía.

El recuerdo de mi vida anterior, de esa sensación de absoluta desesperanza, casi consumió la poca cordura que me quedaba.

Al ver que no lograba que Víctor viniera, Carlos, con la mirada encendida por la furia, me dio diez puñaladas más.

Un flujo tibio me recorrió los muslos y goteó sobre el suelo oscuro de la azotea.

En ese momento, apareció mi suegra, Pilar, quien, al verme cubierta de sangre, palideció, a punto de desplomarse.

Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante   Capítulo 8

    Víctor me lanzó una mirada cortante.—¡Le creo! Es imposible que me mienta. Tú solo riegas chismes sobre ella, y tuve que presionarla para que me lo contara.Lo miré fijamente, sin poder soportarlo un segundo más.—Víctor, te lo digo en serio, divorciémonos y ya.—Alguien como tú…, con solo verte me das náuseas. Te juro que antes estaba ciega.Cierto que debí habérselo pedido hace mucho, pero estos últimos días había estado detenido en la comandancia y no había forma de contactarlo.Víctor se quedó desconcertado. Justo cuando iba a responder, su celular sonó de repente.Algo le dijeron al otro lado de la línea, porque su expresión cambió sutilmente.—¿Dices que alguien me denunció? ¿Quién fue?—De acuerdo, voy para allá.Sonreí con disimulo.Sabía que hoy él recuperaría su libertad.Por eso elegí este día para denunciarlo formalmente ante el escuadrón de rescate al que pertenecía.Justo cuando se disponía a irse a toda prisa, lo detuve.—Víctor, ¿alguna vez te dije que te haría pagar p

  • Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante   Capítulo 7

    Se dejó caer de rodillas con un golpe seco, los ojos rojos por la furia, llorando a lágrima viva.—¿Por qué sigues atormentándome? Hice todo lo posible por poner distancia entre nosotras. Cuando me pediste que me alejara, pagué la multa del contrato y me mudé de inmediato.—Dijiste que te daban celos de que Víctor fuera atento conmigo, y al momento puse tierra de por medio. ¡Hasta te lo cedí por completo! ¿Y todavía te atreves a difamarme en internet? ¿Por qué quieres orillarme a esto?El numerito de Raquel atrajo a un enjambre de curiosos al pasillo.La gente, sin tener la menor idea de lo que sucedía, comenzó a cuchichear y a señalarme.—Pobrecita, ya hasta se te hincó. ¿Qué más quieres de ella?—Yo reconozco esa mirada... es la de alguien con una depresión muy fuerte. Seguro no está mintiendo.—Qué mujer tan despiadada. Con razón la otra terminó en el hospital; ¡ni Dios la aguanta!Raquel bajó la cabeza, y una sonrisita casi imperceptible asomó a sus labios.Al levantar la vista, su

  • Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante   Capítulo 6

    Arruinó por completo la carrera de Carlos.Él nos guardaba rencor, por lo que, después de mudarnos, no encontraba la oportunidad de vengarse.Contó que, unos días antes, una mujer lo había llamado de la nada.Esa mujer le dio nuestra dirección e, incluso tuvo la amabilidad de comprarle los boletos de ida y vuelta.Que le quitaran su empleo no era motivo suficiente para que Carlos quisiera matarnos.Pero desde que lo despidieron, la había pasado muy mal; vivía al día, con muchas carencias.Un mes atrás, su hijo de cinco años había tenido un accidente automovilístico.Como Carlos no tenía suficiente dinero, en el hospital no quisieron operar al niño, por lo que falleció.Fue cuando esa mujer lo contactó, destrozado por la pérdida de su pequeño, sintió el impulso de matarnos para vengarse.El policía, con mucha astucia, sacó una foto de Raquel.—¿Fue ella quien lo contactó?Carlos arrugó la frente.—Los ojos se parecen algo, pero traía cubrebocas y sombrero.Al enterarme, de pronto lo ent

  • Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante   Capítulo 5

    Al principio, salimos a cenar varias veces. Nos caímos muy bien, nuestras familias se agradaron, así que pronto empezamos a hablar de la boda.El primer año de casados, Víctor fue muy distante.En aquel entonces, mi amiga Laura bromeaba preguntándome si Víctor no sería gay.O quizás su corazón ya era de otra, y por eso se mostraba indiferente ante su atractiva esposa.Yo no le di muchas vueltas; me bastaba con que él aportara su sueldo puntualmente cada mes y no diera problemas. Pensaba que así se podía vivir bastante bien.Pero pasados seis meses, me di cuenta de que poco a poco me estaba enamorando.Así que empecé a tener detalles, a buscar un acercamiento, intentando rescatar nuestro matrimonio insípido.Sabía que su trabajo en el escuadrón de rescate le impedía tener horarios fijos para comer, así que todos los días me las arreglaba para prepararle caldos caseros muy saludables.Dijo que no le gustaba hacer las tareas del hogar, así que yo me encargué de todo, sin queja.Comentó qu

  • Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante   Capítulo 4

    A Víctor se le trabó la lengua. Parecía costarle bastante asimilar que, en efecto, por su culpa me habían herido y nuestro bebé había muerto.Abrí la boca con la intención de responder, pero la pérdida de sangre me sumió de nuevo en la inconsciencia....Cuando volví en mí... la herida de mi vientre había sido vendada y me habían colocado un suero. Víctor, al verme abrir los ojos, entró en la habitación con total descaro.La sorpresa se había esfumado de su cara; sin el más mínimo rastro del remordimiento que yo habría esperado. Apenas me dedicó una mirada indiferente.—Ya hablé con mi mamá y sí, me equivoqué hoy. No pensé que Carlos de verdad iba a dar con el fraccionamiento. En fin, de ahora en adelante voy a tratarte mejor, ¿está bien? Tómalo como una compensación. —Hizo una breve pausa, antes de proseguir—: En cuanto a lo del bebé… mira, no te preocupes. Son pequeñeces. A ver, ponte a pensar… Una criatura que ni siquiera había nacido, ¿cómo puedes compararlo con una persona

  • Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante   Capítulo 3

    —Ya no la soporto. Esta vez, por celos, contrató actores para montar un numerito que solo provocó lástima. ¿Qué va a hacer la próxima, cuando le vuelvan a dar esos ataques de celos? ¿Matar a alguien? ¿Iniciar un incendio?Hizo una pausa y recorrió con la mirada a los curiosos que se habían congregado.—Es tan inestable emocionalmente… Cuando me divorcie, ¡más les vale cuidarse de esa mujer! Les pido también que estén al pendiente. En tres meses, me divorciaré de ella. ¡Y entonces me casaré con mi amor, Raquel! ¡Compartiremos nuestra felicidad con todos, por internet y en persona!La gente alrededor estalló en aplausos.—¡Eso es! ¡Te apoyamos, amigo!—¡Algunas mujeres solo sirven para traernos problemas!—¡Cuenta con nuestro apoyo!Bajo la mirada de todos, Raquel asintió con timidez mientras se colocaba un anillo de diamantes, el cual era mucho más grande que el que yo había recibido en mi boda. Sus labios rosados se curvaron en una sonrisa de puro triunfo. No quedaba ni rastro d

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status