Share

Renací y Destruí al que Fue mi Todo
Renací y Destruí al que Fue mi Todo
Author: Amanda

Capítulo 1

Author: Amanda
—Gloria, Elsa está sola aquí, sin nadie. ¿Qué tiene de malo que quiera acompañarla en Año Nuevo? ¿O qué, preferirías que me la llevara a la casa? ¿Eso te parece mejor? Si de verdad te parece buena idea, perfecto, vamos los tres. A ver quién se siente más incómodo en la mesa, ¿tú o yo?

Sus palabras, llenas de rabia, me dejaron con el pecho apretado. Me empecé a marear, sin poder decir una sola palabra.

Me quedé mirando, confundida, al hombre que tenía enfrente, con esa expresión sarcástica, y a la mujer a su lado, que parecía a punto de romperse.

Ella tiró con suavidad de la manga de Diego y murmuró con voz baja:

—No le hables así a Gloria. Si no quiere que vayamos, está bien… no pasa nada. Ya estoy acostumbrada a pasar el Año Nuevo sola. Tranquilo, en serio, no hay problema. Puedo quedarme sola como siempre.

Trataba de mostrarse tranquila, pero la sonrisa le salía forzada y ya tenía los ojos llenos de lágrimas.

Diego bajó un poco la cabeza, le agarró la mano con cariño, tratando calmarla, pero apenas notó que yo seguía callada, la cara se le descompuso de inmediato.

—A ver, Gloria, ¿ahora con qué vas a salir? ¿Vas a correr a contarle todo a mi mamá otra vez? Te lo advierto: si Elsa vuelve a sufrir por tu culpa, no te lo voy a perdonar —me amenazó—. ¿Cuándo vas a parar con tus celos? ¡Solo voy a pasar el año nuevo con ella! No te estoy dejando ni nada. ¿Siempre tienes que hacer un drama por todo? Si sigues callada, lo tomaré como un sí. No quiero escándalos después, ¿me oíste?

Su tono, seco y cortante, me sacó del trance. Abrió la boca para seguir hablando, pero esta vez fui yo quien lo interrumpió:

—Está bien.

Diego se quedó helado. Claramente, no esperaba esa respuesta.

Yo, sin decir una palabra, fui por la maleta y empecé a preparar su equipaje.

Al verme en silencio, doblando su ropa, una a una, me miró con una cara entre sorprendida y desconfiada.

Antes, con solo escuchar el nombre de Elsa, ya me bastaba para perder la cabeza. Pero ahora él quería llevársela de viaje… y yo simplemente lo ayudaba a empacar, como si nada.

Me miró un segundo más, y, cuando sus ojos bajaron a mi barriga, que ya empezaba a notarse, pareció entenderlo todo.

—Ah, con razón —dijo arrastrando las palabras, con esa sonrisa burlona de siempre, saboreando cada palabra—. Estás embarazada y ahora sí te comportas como toda una señora. Ya ni escándalos haces, ¿no?

Apoyado en el marco de la puerta, me miraba desde arriba, con esa cara de quien se cree por encima de todo.

Elsa bajó la vista, se mordió el labio, y, por un momento, pareció a punto de romperse.

—Gloria, no te enojes. Él solo quiso estar conmigo un rato, nada más. Sabe que no tengo a nadie. Si no quieres, no pasa nada. De verdad, puedo ir sola. En serio, Gloria, no sigas empacando.

Intentó quitarme la maleta, pero en el tirón se le fue de las manos y cayó al suelo con un golpe seco.

Todavía tenía la tela entre los dedos, y, sin darme cuenta, las manos me temblaban.

La miré bien... a esos ojos llorosos, tan falsos. Y en ese momento, lo supe: había vuelto.

Había regresado al maldito día en que Elsa había decidido ir sola a la playa.

En mi vida pasada, justo ese día, Diego había querido llevarla al mar para pasar el Año Nuevo. Yo no lo había dejado, encarándolo y armándole un escándalo delante de todos. Incluso había ido a contarle todo a sus padres.

Al final, lo habían dejado encerrado en casa, y Elsa, llorando, se había ido sola.

Nunca volvió. La mataron en la playa.

Cuando Diego se enteró, no mostró ni una pizca de emoción, lo único que dijo fue:

—¿Qué tiene que se muera? Solo era una cualquiera.

Después de eso, dejó de pelear por lo del matrimonio. Empezó a tratarme bien, atento con todo, como si de verdad ya me hubiera aceptado. Como si ella ya no existiera.

Y yo, estúpida, me lo creí. Pensé que por fin había entendido lo que sentía por él... que tal vez, en el fondo, en él también empezaba a germinar algún sentimiento por mí.

Pero no.

Cuando estaba a punto de dar a luz, él mismo me abrió el vientre sin compasión y mató a mi hijo con sus propias manos. Después me torturó, lenta y cruelmente, hasta quitarme la vida.

Fue en ese último aliento, con un dolor que no se podía aguantar, que entendí todo: nunca me había amado.

Siempre me había culpado, y, en silencio, por dentro, me odiaba por lo de Elsa.

Todo lo que había hecho —cada gesto, cada palabra, cada caricia— no había sido por amor. Había sido por venganza.

Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • Renací y Destruí al que Fue mi Todo   Capítulo 8

    Julio, completamente serio, abrió una botella de agua y se la vació en la cabeza a Diego.Él pegó un salto del susto y por un momento pareció no entender dónde estaba.Cuando me vio, se levantó de golpe, con los ojos brillando de emoción.—Gloria, al fin te encuentro. ¿Por qué cambiaste la clave de la casa? Ya hablé con Elsa, está todo claro entre nosotros. No va a haber nadie más entre tú y yo. Volvamos, ¿sí? Démonos otra oportunidad.Tenía la cara llena de esperanza. Pero al ver que yo no reaccionaba, esa expresión se le vino abajo.—Gloria... estás esperando un hijo mío, ¿lo olvidas? ¿Quieres que le diga papá a otro? No voy a permitirlo. Y no creas que Julio va a criar a un hijo que no es suyo como si nada.—Nadie te va a querer como yo.Julio, furioso, le metió una patada que lo tiró al suelo.—¡Basta! ¿Cuándo dije que no iba a aceptar al bebé? Una palabra más y te rompo la cara.Lo detuve antes de que pasara a más. Y mirando a Diego con asco, le solté:—¿Decías que me querías? ¿Te

  • Renací y Destruí al que Fue mi Todo   Capítulo 7

    Ya no sabía si era verdad o una de sus mentiras de siempre. Pero, siendo honesta... ya me daba lo mismo.Aparté sus manos con asco y le solté, bajito, pero sin temblar:—Diego, ni sueñes. Porquería. ¿Una oportunidad? ¿Con qué cara la pides? —Anda, quédate con tu Elsa y haz tu vida. Porque si vuelves a cruzarte conmigo... no voy a contenerme.Diego no quería soltarme. Me tenía del brazo y apretaba cada vez más fuerte.En ese momento, alguien se cruzó en nuestro camino: una figura alta, con paso firme y decidida.—Ella ya fue clara. Tócala de nuevo y vas a ver.No supe en qué momento había llegado Julio, ni cuánto había escuchado.Su cara estaba tan tranquila como siempre, pero en los ojos... había algo más. Una satisfacción contenida.Y tenía sentido. Por fin había conseguido lo que durante años le habían negado: ser el heredero de los Silva. Ahora podía cobrarse cada humillación, una a una.Julio sabía pelear y lo hacía muy bien. En cuestión de segundos, Diego ya estaba en el suelo, t

  • Renací y Destruí al que Fue mi Todo   Capítulo 6

    Habían pasado diez años... y él ya lo había olvidado.Todo este tiempo, la única atrapada en el pasado era yo.Fue mi propia ilusión la que, al final, me llevó a morir en sus manos.Cerré los ojos un momento, con los dedos todavía temblando. Los recuerdos de mi otra vida seguían ahí, clavados, estremeciéndome.Y justo entonces, Diego empezó a ponerse nervioso. Me abrazó con tanta fuerza que por poco no podía respirar.—Gloria, por favor... no elijas a Julio, ¿sí? Ya sé que te hice daño, lo sé... pero crecimos juntos. No me creo que, de un día para otro, estés enamorada de otro. Ese tal Julio... no es lo que aparenta. ¿En serio crees que fue un santo todo este tiempo?—No, Gloria. Mi papá dejó tirada a su mamá, lo mandó al extranjero y se olvidó por completo de él. Ese tipo debe odiar con toda el alma a los Silva.—Si se casa contigo, va a ser para usar tu apellido, para vengarse. No te dejes engañar.Su cara denotaba preocupación, y cada palabra sonaba como si de verdad estuviera pensa

  • Renací y Destruí al que Fue mi Todo   Capítulo 5

    —¿Desde cuándo ella es tu prometida? ¿Y tú quién carajos te crees? ¡Julio, lárgate ya al país de donde nunca debiste salir!Diego le soltó un puñetazo en la cara.El salón estalló en caos en cuestión de segundos.Pero Julio no se quedó de brazos cruzados.Le respondió sin pensarlo dos veces: con fuerza, con rabia, con toda la decisión del mundo.Un golpe tras otro, sin contenerse.Alguien gritó pidiendo seguridad, y en menos de un minuto, dos guardias ya sujetaban a Diego por ambos brazos.Le miré la cara a Julio, ese golpe ya se le estaba marcando... y luego me di la vuelta hacia Diego, con toda la rabia encima.—¿Estás loco? Que tú odies a Julio no significa que yo también tenga que hacerlo. ¿No eras tú el que no quería casarse? Pues bien, ya está. Deseo cumplido. Ahora puedes quedarte con Elsa todo el tiempo que quieras. Deberías estar feliz.Diego apretaba la mandíbula, tenso, con los ojos cargados de algo que no sabía si era rabia... o miedo.El ambiente ya estaba hecho un desastr

  • Renací y Destruí al que Fue mi Todo   Capítulo 4

    En ese momento, todas las miradas en el salón se giraron hacia él.Yo lo miré tranquila, y, mientras Diego me miraba con los ojos llenos de rabia, le sonreí.—Diego, no eres el único hijo de los Silva. Yo no pienso cancelar este compromiso, pero sí puedo elegir con quién cumplirlo.Sus ojos se abrieron como platos. Estaba desconcertado, lleno de dudas.—¿Qué estás diciendo, Gloria? ¿Qué vas a hacer?No le respondí, y me acerqué a Julio con una sonrisa llena de complicidad.Después de tantos años, estaba aún más atractivo. En él no quedaba prácticamente nada del adolescente que había sido, salvo esa mirada… siempre tan profunda, tan difícil de leer. Tomé su mano, y, volviéndome hacia todos los presentes, hablé claro, sin titubear:—Señor y señora Silva... Si Diego ya está con otra, no veo por qué seguir con esto. Julio y yo… hace tiempo que conectamos. Y sí, lo amo. Estamos juntos. Así que, si no tienen problema, me gustaría comprometerme con él. Sería lo más sensato para todos

  • Renací y Destruí al que Fue mi Todo   Capítulo 3

    Apenas se fue, me dirigí directo al hospital para interrumpir el embarazo.Justo cuando la anestesia empezaba a hacer efecto, me llegó un mensaje suyo.«Gloria, lo de antes fue porque estaba molesto, nada más. Tranquila, me voy a casar contigo, te lo juro. El primer día del año nuevo voy a estar de vuelta, espérame.»«Y sobre Elsa… no te preocupes por ella. Ya le hablé, no se va a meter en lo nuestro.»Sonreí con burla al leer los mensajes, y, sin pensarlo, lo apagué.Durante los últimos dos años, Diego se había negado al compromiso una y otra vez... todo por Elsa. Yo, incluso, había llegado a pensar en irme del país para dejarle el camino libre. Sin embargo, él había ido al aeropuerto, llorando, con los ojos hinchados, suplicándome que no me fuera. Me dejé llevar... y esa noche pasó lo que tenía que pasar. Tras lo cual terminé embarazada.Pero no fue hasta el día de mi muerte que entendí todo: Diego no había ido al aeropuerto por amor, sino porque la familia Silva lo había pr

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status