De Su Amor a Su Venganza
Durante mucho tiempo, Inés del Valle creyó que Emiliano Cornejo era su única luz en este mundo.
Hasta que, mirándola directamente a los ojos, él le dijo con cruel indiferencia:
—Mi compromiso con Mariana Altamirano no se cancelará. Si quieres, puedes seguir siendo mi amante.
En ese instante, Inés despertó.
Esa luz que tanto amaba, hacía mucho se había convertido en la sombra que la asfixiaba.
Esa misma noche, se marchó de la casa sin volver la vista atrás.
Todos pensaron que una huérfana como ella, sin el respaldo de los Cornejo, no tardaría en arrastrarse de vuelta, rogando por perdón.
Pero entonces ocurrió lo inesperado.
En plena ceremonia de compromiso entre los Cornejo y los Altamirano, Inés apareció vestida de rojo, del brazo del patriarca de los Altamirano, Sebastián Altamirano.
Ya no era la mujer abandonada: ahora era la cuñada del novio.
El salón entero quedó en shock.
Emiliano, furioso, pensó que todo era una provocación. Dio un paso hacia ella…
Y entonces una voz helada, firme como el acero, se dejó oír por encima de todos:
—Atrévete a dar un paso más… y verás lo que pasa.