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Promesa rota: el amor que nunca llegó

Promesa rota: el amor que nunca llegó

Cuando mis papás me llamaron para decirme que fuéramos a la casa de mi amigo de la infancia para conocer a la chica de su cita arreglada, él todavía seguía durmiendo profundamente a mi lado. Pensé que era una broma y susurré: —Marcelo, dicen que te han arreglado una cita. Soltó un «Ajá...» soñoliento y me atrajo hacia sus brazos: —Mi Luci, échame una mano después a elegir ropa y con el pelo, ¿va? Al notar que me quedaba tiesa, Marcelo abrió los ojos y soltó una risa burlona: —Oye, ¿qué te pasa? No somos nada más que sexo con complicidad, ¿no me digas que creíste que me iba a casar contigo?
Historia corta · Romance
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Juicio de la Luna, Lealtad Eterna

Juicio de la Luna, Lealtad Eterna

Mi hermana adoptiva, Sophia, la última loba blanca de raza pura de la manada Grell, fue violada y torturada hasta la muerte por un lobo renegado desconocido. Su nota de suicidio contenía solo una frase: [Lina vio su rostro.] A partir de ese día, me convertí en la mayor pecadora de la manada. Porque yo sabía quién era el asesino, pero guardé silencio durante cinco años. Hasta que mi hermano adoptivo, Damien, el Alfa más poderoso de Norteamérica, regresó. Trajo consigo el Dispositivo de Visión del Alma y extrajo a la fuerza recuerdos de mi alma de loba. Todos los hombres lobo a los que se les había aplicado el Dispositivo de Visión del Alma murieron o se volvieron locos. Mi loba fue torturada repetidamente en el dispositivo, pero Damien reprimió el dolor en sus ojos y rugió: —Cuando encuentre la verdad, te enviaré a ti y al asesino al infierno juntos. Pero cuando finalmente descubrieron la verdad, Damien enloqueció.
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La Hija que Abandonaron Regresó Triunfante

La Hija que Abandonaron Regresó Triunfante

Mis padres tenían miedo de que yo usara la identidad de hija de ricos para fastidiar a otros. Así que me mandaron al rancho, adoptaron a la niña de esa familia y la trajeron a la ciudad para educarla. En el rancho todos los días me levantaba a las cuatro a dar de comer a los puercos, caminaba tres horas para estudiar, y casi me muero al enfermarme por no comer bien. Por treinta dólares de colegiatura, llamé por primera vez a su teléfono, pero me acusaron de gastar dinero a lo tonto. Pero, de inmediato, para que mi hermana menor escogiera escuela, donaron un edificio. Cuando con esfuerzo entré a la preparatoria a la que ella iba, obtuve un lugar de honor. Pero mis padres me pidieron que se lo diera a mi hermana menor, y me regañaron con furia: —De verdad que eres una maldita, le robaste las cosas a tu hermana menor, y, por tu culpa, no puede estar tranquila. Estás en deuda con ella de por vida. Con su identidad, renunciaron a mi lugar de honor, y dejaron que mi hermana menor cumpliera su deseo. Incluso, para su futuro le dieron a ella las acciones de la compañía y la casa. Toda la familia se estaba preparando para salir del país juntos. Viendo todo esto, ya no me sentía triste, por lo que, tranquila, me limité a empacar mi maleta, dejé aquella casa que no me pertenecía.
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RECHAZADO: El alfa tras la máscara

RECHAZADO: El alfa tras la máscara

“No solo eres humana, sino también débil y frágil, tan diferente a mi tipo”, gritó mientras la apretaba contra la pared. Su lobo aullaba dentro de él, pero lo ignoró por completo y la miró directamente a los ojos, donde se reflejaban el miedo y el dolor. “Nunca te aceptaré como mi compañera, no porque seas humana, sino porque no eres en absoluto mi tipo. Amo a otra persona, y ella será mi compañera”, escupió esas palabras con una rabia tan intensa que hizo que las rodillas de la joven temblaran de miedo. El alfa Eric había odiado y rechazado a su compañera desde el mismo día en que puso los ojos en ella. Haría cualquier cosa por sacarla de su vida… hasta que todo cambió la noche en que la encontró en un club BDSM, donde tuvo que disfrazarse con una máscara. P.D.: En este libro, los hombres lobo viven entre los humanos, y su existencia no es conocida por todos. P.D.: Esta historia contiene un alto contenido sexual, específicamente con temáticas de dominación y sumisión.
Hombre lobo
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Hasta que las Nueces nos Separen

Hasta que las Nueces nos Separen

En la fiesta de nuestro primer aniversario de bodas, caí de bruces sobre una alfombra roja, jadeando como pez fuera del agua. Carlo Pipino, mi esposo, rodeaba con el brazo a Gianna Verde, su amor de la infancia, bebiendo champán y riendo. Gianna sabía que yo era alérgica a las nueces y algunos frutos secos. Así que, obviamente, lo bañó todo con aderezo a base de avellanas. Un bocado y ¡pum!, se me hizo un nudo en la garganta, se me encendieron los pulmones y me reventó el salpullido como confeti. Busqué mis medicamentos para la alergia y, en su lugar, encontré un puñado de M&Ms derretidos. Gianna se rio al ver mi cara. —¡Sorpresa!, Carlo te cambió los medicamentos. ¿En serio, Siena? ¿Una nuez? ¿No te parece demasiado dramático? Me deslicé de la silla, jadeando, mientras el público apostaba sobre cuánto duraría mi «actuación». —Carlo... mis medicamentos... —grazné—. Por favor. Voy a morir. Él suspiró, molesto. —Dios mío, qué dramática eres. ¿Por qué las mujeres siempre juegan a hacerse las muertas para llamar la atención? Sabes que te amo. ¡Detén este espectáculo de una vez! En ese momento, mi corazón se rompió más rápido que mis pulmones. Dejé de suplicar. Presioné la señal de socorro. Llamé a mi verdadera familia.
Historia corta · Mafia
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La Novia Sustituta del Clan Serpiente

La Novia Sustituta del Clan Serpiente

En la competencia de pociones, mi hermana adoptiva me robó la poción que yo misma preparé y, gracias a eso, se llevó toda la gloria de la noche. Nadie imaginaba que aquel torneo, más que un espectáculo cualquiera, era en realidad la forma en que el clan de los Serpientes elegía esposa para su heredero: un hombre temido por su crueldad e incapaz de tener hijos. Esa misma noche, el clan de los Serpientes mandó un contrato nupcial: la autora de la poción debía casarse con el heredero. Cuando mi prometido se enteró, perdió la cabeza. Sin pensarlo dos veces, se acostó con mi hermana y así sellaron su pacto. Con la marca del lobo todavía quemándole la espalda, mi hermana se plantó frente a mí, descarada, restregándome en la cara lo que había conseguido. —Tu prometido ya es mío, querida hermana. ¿Y ahora qué? En tres días cumples veinticinco y, si nadie se casa contigo, el Consejo te va a mandar con uno de esos errantes, viejos y abusivos que nadie quiere. Ella creía que me tenía acorralada. Se equivocaba. Aún me quedaba una salida. Fui a buscar a mis padres, que en ese momento intentaban arreglar el desastre causado por mi hermana. —Si ella no quiere casarse con el heredero de los Serpientes —dije con firmeza—, ¡entonces lo haré yo!
Historia corta · Fantasía
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Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante

Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante

Con nueve meses de embarazo, un exempleado, que guardaba un profundo rencor tras haber sido despedido para darle ese puesto a mi esposo, me llevó a la fuerza a la azotea del edificio y me asestó decenas de puñaladas. Mi marido, Víctor Escobar, capitán de un escuadrón de rescate, prefirió movilizar a todo su personal para impedir que Raquel Herrera, su exnovia, sumida en una depresión, le prendiera fuego a su departamento. No le supliqué que viniera a rescatarme. En mi vida anterior, precisamente porque lo había llamado suplicándole ayuda, él había dejado desprotegida a Raquel y había ido corriendo a salvarme. Mi bebé y yo logramos sobrevivir, pero ella, después de prenderle fuego a su departamento, murió consumida por el incendio. En apariencia, Víctor no me había guardado ningún rencor. Incluso llegó a reservarme una suite de maternidad privada. Sin embargo, el mismo día que di a luz, me amarró ¡y nos acuchilló sin piedad, a mí y a mi bebé recién nacido! —¡Ese día tú y ese tipo se pusieron de acuerdo para engañarme, ¿no es así?! ¡Tus «heriditas» no eran nada graves! ¡Ni de chiste te ibas a morir! —exclamó, fuera de sí—. ¡Pues, si tanto te encanta que te apuñalen, entonces, te daré el gusto! Cuando volví a abrir los ojos, había regresado al día en que me habían tomado como rehén. Pero, esta vez, tomé una decisión: lo dejaría correr para salvar a su Raquel.
Historia corta · Romance
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Amante En La Sombra

Amante En La Sombra

Pasé tres años enamorada de Santiago Mendoza, el mejor amigo de mi hermano. Él jamás quiso hacer pública nuestra relación. Pero nunca dudé de su amor. Después de todo, tras haber estado con 99 mujeres, desde que estaba conmigo ni siquiera miraba a otras. Incluso si solo era un simple resfriado, él dejaba proyectos de millones de dólares en el acto y volaba a casa para cuidarme. Llegó mi cumpleaños. Feliz, me preparaba para contarle a Santiago que estaba embarazada. Pero por primera vez, se olvidó por completo de mi cumpleaños y desapareció sin dejar rastro. La sirviente me dijo que había ido al aeropuerto a recibir a alguien muy importante. Me dirigí al aeropuerto. Allí lo vi, con un ramo de flores en las manos y el rostro tenso, esperando a una joven. Una joven que se parecía mucho a mí. Más tarde, mi hermano me contó que ella era el primer amor que Santiago nunca podría olvidar. Santiago se enfrentó a sus padres por ella, y cuando ella lo dejó, perdió la cabeza y buscó 99 parecidas para sobrellevar el dolor. Mi hermano lo dijo con admiración, conmovido por lo profundo que podía ser Santiago. Lo que no sabía era que su propia hermana era solo una más entre esas sombras del pasado. Los observé a los dos durante un largo, largo rato. Luego, di media vuelta y volví al hospital. —Doctor, no quiero tener a este bebé.
Historia corta · Romance
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La boda que nunca fue mía​

La boda que nunca fue mía​

El crucero tuvo un accidente, pero solo quedaba un lugar en el bote salvavidas. Los tres sorteamos, y me tocó a mí, pero quise cederle la oportunidad de vivir a Ezequiel. Mientras forcejeábamos, su amiga de la infancia se adelantó y subió de un salto. Pensé que nuestras vidas terminarían allí, pero, inesperadamente, el equipo de rescate llegó a tiempo y nos sacó de la inmensidad del mar profundo. Después de esto, Ezequiel y yo nos casamos. Pero nunca imaginé que, el día de nuestra boda, su amiga de la infancia regresaría a aquella misma área marítima y se lanzaría al vacío. Al enterarse de su muerte, Ezequiel se llenó de un dolor inmenso y luego echó toda la culpa sobre mí. ​Me encerró en el sótano cuando estaba embarazada, haciendo mi vida peor que la muerte. El día del parto, tuve una hemorragia masiva. Él le dijo al doctor que priorizara al bebé, abandonando mi vida sin dudar. A mi única hija que quedó le puso por nombre "Ana", y el nombre de su amiga de la infancia, fue "Anabel". Al final, morí llena de resentimiento. Cuando revivía, había vuelto al día después del accidente del crucero, cuando él me pidió matrimonio. Al ver a él tomando mi mano como en la vida pasada, diciendo que estaba dispuesto a satisfacer cualquier petición mía, retiré mi mano con tranquilidad. —Ezequiel, terminemos.
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No hay última oportunidad

No hay última oportunidad

La noche que le declaré mi amor, mi novia no podía parar de llorar. Decía algo sobre haber visto el futuro y que necesitaba que hiciéramos un pacto. —¿Por qué? —le pregunté. Ella respondió: —No recuerdo bien, solo sé que en el futuro me arrepiento mucho. —Rafael, pase lo que pase en el futuro, ¿me prometes que me darás tres oportunidades? ¿Sí? Claro que se lo prometí. La amaba profundamente. Pero con el tiempo, ella pareció olvidar por completo aquella promesa. Hasta que la vi meterse con su asistente y entonces empecé a entenderlo. En el momento exacto en que firmé los papeles del divorcio, una voz conocida resonó en mi mente. Era la Lorena de diecinueve años. Lloraba, suplicando: —Rafael, me lo prometiste que me darías tres oportunidades. ¿Verdad?
Historia corta · Fantasía
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