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En medio de la fiesta de compromiso, cuando la torre de champán ya iba por la mitad, el celular de Marcos Harrison sonó. Me miró fijo y soltó, serio: —Tengo que irme. Lilia se desmayó en el aeropuerto. —Si te vas, lo nuestro se acaba —le respondí con firmeza. De todos modos, se fue... justo frente a doscientas personas. Cargó a Lilia Harrison en brazos —llevaba el abrigo que yo le había regalado— y se fue en mi auto. Al día siguiente recibí un correo: "Lilia se mudará a mi departamento. Me necesita. Ojalá lo entiendas. Cuando se recupere, tú y yo nos casamos. Confía en mí." Me quedé mirando la pantalla y, sin darme cuenta, solté una carcajada. Al final, no era a "quien lo amaba" a quien quería, sino a "quien lo necesitaba". Y yo, por ser tan autosuficiente, no le servía. Esa noche busqué un número en la agenda: el de alguien a quien jamás tomé en serio, pero que me había esperado por veintitrés años. Llamé. —Mañana a las siete, en el restaurante frente al mar.

La noche que le declaré mi amor, mi novia no podía parar de llorar. Decía algo sobre haber visto el futuro y que necesitaba que hiciéramos un pacto. —¿Por qué? —le pregunté. Ella respondió: —No recuerdo bien, solo sé que en el futuro me arrepiento mucho. —Rafael, pase lo que pase en el futuro, ¿me prometes que me darás tres oportunidades? ¿Sí? Claro que se lo prometí. La amaba profundamente. Pero con el tiempo, ella pareció olvidar por completo aquella promesa. Hasta que la vi meterse con su asistente y entonces empecé a entenderlo. En el momento exacto en que firmé los papeles del divorcio, una voz conocida resonó en mi mente. Era la Lorena de diecinueve años. Lloraba, suplicando: —Rafael, me lo prometiste que me darías tres oportunidades. ¿Verdad?

Pasé tres años enamorada de Santiago Mendoza, el mejor amigo de mi hermano. Él jamás quiso hacer pública nuestra relación. Pero nunca dudé de su amor. Después de todo, tras haber estado con 99 mujeres, desde que estaba conmigo ni siquiera miraba a otras. Incluso si solo era un simple resfriado, él dejaba proyectos de millones de dólares en el acto y volaba a casa para cuidarme. Llegó mi cumpleaños. Feliz, me preparaba para contarle a Santiago que estaba embarazada. Pero por primera vez, se olvidó por completo de mi cumpleaños y desapareció sin dejar rastro. La sirviente me dijo que había ido al aeropuerto a recibir a alguien muy importante. Me dirigí al aeropuerto. Allí lo vi, con un ramo de flores en las manos y el rostro tenso, esperando a una joven. Una joven que se parecía mucho a mí. Más tarde, mi hermano me contó que ella era el primer amor que Santiago nunca podría olvidar. Santiago se enfrentó a sus padres por ella, y cuando ella lo dejó, perdió la cabeza y buscó 99 parecidas para sobrellevar el dolor. Mi hermano lo dijo con admiración, conmovido por lo profundo que podía ser Santiago. Lo que no sabía era que su propia hermana era solo una más entre esas sombras del pasado. Los observé a los dos durante un largo, largo rato. Luego, di media vuelta y volví al hospital. —Doctor, no quiero tener a este bebé.

¿Hasta dónde puede llegar alguien con dinero? Mi esposo tenía tanto que, en Bruma, le decían Medio Bruma, ya que casi la mitad de la ciudad es suya. Llevábamos cinco años casados; cada vez que se iba a acompañar a su amor de toda la vida, me traspasaba una casa. Cuando a mi nombre ya había noventa y nueve, él notó que yo había cambiado. Ya no lloré ni supliqué, simplemente me limité a escoger la mejor mansión de la ciudad, preparé la escritura y esperé a que él la firmara. Cuando lo hizo, su voz se le ablandó al prometer: —Cuando regrese, te llevaré a ver los fuegos artificiales. Guardé los papeles y asentí. Lo único que no le conté fue que: lo que acababa de firmar esa vez no era una casa más, sino… nuestro acuerdo de divorcio.

En el mercado negro, mi padre escogió para mi hermana mayor y para mí a dos gemelos como guardaespaldas. Mi hermana, sin pensarlo, se quedó con el hermano alto y corpulento, dejándome al “mudo”, que apenas seguía con vida. Me dio lástima y lo mantuve a mi lado. Como no hablaba, lo llevaba de un lugar a otro buscando médicos y remedios. Como tenía una severa misofobia, yo siempre mantenía cierta distancia entre nosotros. Creía que había sufrido algún trauma y por eso era así. Hasta que los enemigos de mi padre nos secuestraron a mi hermana y a mí. Él me dejó atrás, eligiendo sin titubear morir para recibir la bala por mi hermana. Antes de morir, habló por primera vez; con los ojos enrojecidos le dijo a mi hermana: —Por fin puedes verme. Y a mí, en cambio, me dijo: —En la próxima vida, te lo ruego, no me elijas. Entonces entendí que no era mudo ni tenía misofobia. Lo de “mudo” y “misofobia” era solo hacia mí. Al abrir los ojos de nuevo, había vuelto al día en que elegíamos guardaespaldas. Esta vez, cumplí su deseo.

"Cuma karena lo prawanin gue, bukan berarti lo harus nikah sama gue, ikhlas, sana pergi!" Jane sepertinya sudah berubah sinting, pramugari dua puluh tujuh tahun yang terkenal cantik ini tiba-tiba saja harus menghadapi scandal kelewat memalukan, yang sedang ngetren belakangan. Ia tidak tau, tidak pernah menyangka juga, perjalanan kerja yang rutin ia lakukan membawanya pada malapetaka. Harusnya alkohol itu dimusnahkan! Kalau saja Jane tidak mabuk, ia tidak akan tidur dengan tetangga baru yang sialan Hot itu!

Vino selalu dilarang ini itu oleh adiknya, lama kelamaan dia pun marah dan tidak bisa menahan semua itu. Di belakang sang adik, Vino menyusun sebuah rencana untuk memberikan pelajaran pada gadis itu. "Tidurin adek gue--" pintu Vino pada sahabatnya. "Gila! Ngga ada otaknya lo biadab!" Marco menatap Vino marah. Raut wajah lelaki itu dipenuhi emosi. "Gue serius, Ege!" "Serius lo gila, Vin!" Umpatan kesekian kali keluar dari bibir Marco. Berawal dari kata ini, semesta pun seolah menurunkan sebuah karma.

"Ada masanya kalo semisal lo nggak kuat sama tingkah gue, lo bisa kabur. Paham?" Sejak pertama kali ungkapan itu terucap dari mulut Samuel Atlanta Hayden, membuat Magnolia Kenina menjadikannya syarat mempertahankan pernikahan mereka. Pernikahan yang sama sekali tidak disetujui olehnya, namun karena ketemakan keluarga Magnolia Kenina dia menjadi target seperti ibunya. Pernikahan yang tidak diinginkan tetapi Magnolia Kenina juga menjadikan suatu alasan agar orang yang ia sayangi terlindungi.

Dinda berpikir, kalau dunianya benar-benar baik-baik saja, semua yang di susun akan berakhir sesuai dengan rencana. Hingga dia lupa, kalau ada Tuhan yang mengatur skenario hidupnya. Hingga pada akhirnya, Dinda harus menerima sebuah fakta pahit, kalau Arkan--calon suaminya justru berkhianat dengan seseorang yang tidak pernah Dinda duga sebelumnya. Ya, Arkan ternyata berkhianat dengan Nadin--salah satu karyawan yang bekerja di perusahaan Dinda. Bak ditikam panah dari depan dan belakang. Dinda amat sangat terkejut, dunianya hancur berkeping-keping, begitupun dengan harapan yang telah mimpikan selama ini. Namun, Dinda yang tak ingin bila kedua pengkhianatan itu bahagia di atas penderitaannya, langsung menyusun sebuah rencana cantik, agar keduanya bisa mendapatkan balasan yang setimpal. Arkan sendiri tak sungguh-sungguh dalam mencintai Dinda. Pria itu hanya menginginkan harta kekayaan yang keluarga Dinda milikki, karena pada saat bersama Dinda saja, Arkan tak hanya menjalin hubungan dengan satu wanita saja. Begitupun dengan Nadin. Wanita itu tahu, bila Arkan adalah calon suami dari bosnya. Tetapi, dengan sangat keras kepalanya, Nadin tak mengindahkan hal tersebut dan tetap menjalin hubungan secara diam-diam dengan Arkan. Lantas, apa yang akan Dinda dan keluarganya lakukan untuk membalas semua perbuatan Arkan dan Nadin? Akan 'kah semua yang telah Dinda susun kali ini, berjalan dengan lancar atau justru sebaliknya? Atau justru, di sini Arkan dan Nadin yang akan berhasil dalam memb*d*hi Dinda dan keluarganya, hingga berhasil menguasai hartanya?

"You f*cking recorded me Drego?!" I stood naked, my hands shivering as I stared at the little camera in my hands, still beeping. I couldn’t believe my eyes. Aggravated, I slammed the camera to the ground, shattering it into pieces. "I trusted you! I let you in." My voice crackled. "So all these were your plans right? To fuck and film me?!" "Elena, listen… pls hear me out…" he tried to explain. "GET OUT!" I yelled. He grabbed my arm, but I backed away immediately. "I never want to see you again. You’re sick, and need help!!!" *** Hi, I’m Elena Stone, and my life is a mess. My father forced me into marrying a stranger to save his company from bankruptcy. Two weeks after signing five years of my life away to be married to David Knights, I discovered he had an identical twin, Drego. One night Drego disguised as David, fucked me, the best sex I had ever had all my life. Not only did he fuck me, he filmed me. What started as a mistake turns into an obsession. Drego is reckless, dangerous, and devastatingly good in bed— the kind of man who ruins you and leaves you begging for more. I tried to bury this secret, but everything crumbled when I learned that Drego is already entangled with Cindy, my high school best friend. And yes, Cindy barged into me and him on one of those unplanned lustful nights, and she had sworn to ruin me. Trust me, she’s not one to mince words. With my dignity and sanity at stake, I’m fixed on saving my marriage with David, letting go of my obsession with Drego, and rekindling my friendship with Cindy. Will any of these be possible? Find out!