Arrepentimiento de Mi Esposo
En el tercer mes de mi embarazo, la amiga de la infancia de mi esposo mafioso regresó.
Todos decían que si no hubiera sido por la repentina partida de Estela García tres años atrás, nunca habría sido yo la esposa de Mateo Pérez.
Ahora que Estela había vuelto, debía cederle mi lugar.
Evidentemente, Mateo pensaba lo mismo. Consintió que Estela me lastimara una y otra vez, y hasta mi hijo se convirtió en una víctima de su amor.
Desesperada, tomé la decisión de marcharme y poner fin a toda relación con Mateo.
Pero cuando desaparecí por completo de su vida, ese hombre comenzó a buscarme por todas partes como un loco.