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Capítulo 8

Author: Remolacha
Sus golpes contra el piso sonaban huecos; en la frente ya se le marcaba una línea roja.

Gabriel, al ver aquello, por fin bajó la cabeza.

—Señorita Catalina… fui ciego y la lastimé. No volverá a pasar. Se lo suplico, perdóneme esta vez. No volveré a abusar de nadie.

Apuré el último sorbo de café, dejé la taza a un lado y hablé despacio, para que todos me oyeran:

—Parece que me pintan como si fuera un demonio. Tranquilos. Esto es un estado de derecho; no hago nada que cruce la ley.

Don Méndez tanteó el terreno.

—Entonces… ¿la señorita Catalina está dispuesta a perdonar a este desgraciado?

Se me dibujó una sonrisa.

—Claro. Me hicieron daño y ya les cobré la cuenta. ¿Hasta cuándo terminaría esto si seguimos diente por diente? Aquí la dejamos.

Los dos se inclinaron de nuevo, golpeando la frente contra el piso para agradecer.

Carraspeé.

—Y no solo los perdono. También voy a cumplirles.

Tres pares de ojos me miraron, sin entender.

—Averigüé que Emilia, en realidad, es novia de Gabriel. Como u
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