Julián cerró los ojos, su corazón ya destrozado por la noticia.—Jimena, tú no eres la que me salvó la vida hace seis años.A Jimena se le encogieron las pupilas, se puso un poco nerviosa, estaba claro que entonces la había reconocido como la que le había salvado la vida, ¿por qué Julián volvía a contar la vieja historia en este momento? Y además decía que no era ella la que le había salvado la vida.Pero mantuvo la calma en su rostro, sonrió amablemente e intentó agarrarle la mano.—Julián, ¿qué dices?El agobio por la desaparición de Noemí y la culpa de conocer la verdad lo golpearon como un maremoto, aplastando a Julián.En ese momento estalló por fin, apartando de un manotazo la mano de Jimena y rugiéndole con los ojos enrojecidos.—¡Fue Noemí! ¡Quien me salvó fue Noemí, que lleva veinte años conmigo! Déjate de tonterías, he encontrado pruebas, ¡por qué me mientes!Al ver a Julián tan desolado, Jimena supo que no había forma de mantener las cosas en secreto.En ese entonces, iba al
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