Dale County Library Ozark Al

Menyandang nama Artharwa Al Rasyid-- yang merupakan milyarder kenamaan negeri ini, tidak menjadikan Isabelle Artharwa Al Rasyid--putri sulung dari Raven Artharwa Al Rasyid hidup mewah dalam gelimang harta.Yang terjadi justru sebaliknya. Ia hidup sengsara sejak memutuskan tinggal bersama dengan ibunya, Celine BrataKesuma yang baru saja keluar dari penjara. Hidup dengan predikat anak mantan narapidana dan wanita panggilan kelas kakap, menjadikan Ibell bahan bullyan dan cibiran orang terkait dosa warisan ibunya. Belum lagi setiap waktu, ia harus bermain kucing-kucingan dengan para rentenir akibat dari hutang-hutang ibunya. Semua perbuatan masa lalu ibunya yang suram, seakan dilampiaskan semua orang padanya. Termasuk dendam Arkansas Delacroix Bimantara--dosennya sendiri. Arkan mengira sifat Ibell itu mengcopy paste ibunya, yang pernah di penjara selama tiga tahun, akibat percobaan pembunuhan terhadap Oryza Sativa Dewangga. Mantan gebetannya dulu saat semasa kuliah. "Aku akan membuat hidupmu sengsara sampai kamu akan menyesal pernah dilahirkan dari rahim seorang pelakor, seumur hidupmu!" -Arkansas Delacroix Bimantara- "Saya tidak bisa memilih dari rahim siapa saya akan dilahirkan.Tapi siapapun itu yang menjadi ibuku, maka surgaku adalah di bawah telapak kakinya." -Isabelle Atharwa Al Rasyid-

Compré en línea a un íncubo atractivo, uno de esos que vienen con esa distancia que seduce. Pero respiraba tan fuerte, con un jadeo grave atorado en la garganta, y me observaba sin parpadear. Su temperatura era tan alta que, al rozarme, sentía que podía quemarme. Pensé que quizá estaba enfermo y corrí a contactar a Soporte al Cliente. —¿Podrían ayudarme? Mi íncubo respira muy pesado, está muy caliente y no deja de mirarme… Después de escuchar mi explicación, cayó un silencio incómodo al otro lado. —Señorita… ¿no será que no está enfermo, sino hambriento? —Y lo que quiere no es medicina, sino besarla o… algo más.

Lena thought graduate school would be about focus, discipline, and finally proving to herself that she belonged in the world of academics. Books, research, and long nights in the library—that was the plan. Romance had no place in it. Especially not with the one man who should have been completely off-limits. Professor Jace Carrington is everything Lena was warned about. Brilliant. Confident. Dangerous in his quiet control. His lectures command attention, his presence silences a room, and when his eyes find hers across the crowded lecture hall, she feels both seen and undone. He is a man who draws lines with precision—and a man who knows exactly how to make someone want to cross them. What begins as a spark of curiosity turns into stolen glances, late-night office hours, and conversations that blur the line between mentorship and something far more intimate. Jace’s rules are simple: no one can know, and she always has a choice. But rules are easy to write and far harder to follow. The deeper Lena falls, the more she realizes this isn’t just attraction—it’s obsession, it’s surrender, and it’s freedom all at once. Secrets, however, have a way of surfacing, and on a campus where whispers spread like wildfire, forbidden love can burn everything in its path. Lessons After Dark is a steamy, character-driven romance filled with power, temptation, and the dangerous pull of a secret relationship. For readers who crave tension, intimacy, and the thrill of crossing every line you were told not to, this story will keep you turning pages long after the lights go out.

A concerned sister… Chloe Madison would do anything to find her missing brother. When she stumbles upon some information that leads her to a nearby military science facility, she doesn’t hesitate to sneak under the barbed wire fence and steal some files. Everything seems to be going to plan. That is, until a handsome soldier finds her with her hands in his filing cabinet. Instead of reporting her, he lets her go. She hurries home, his golden eyes all she can think of. A broken soldier… Captain Jackson Wolfe just returned from a hellish tour of duty in Afghanistan. Scarred and hiding terrible secrets, he is sent to a desk job. He just recently found out the hard way that he was a werewolf. Not only that, as far as he knows, he’s the only one of his kind. He knows he shouldn’t be around people and keeps to himself until he sees Chloe stealing files. He knows he should stop her, but her scent and something in her eyes stops him. A coverup worth killing for… When Wolfe follows Chloe to the library, he discovers that he’s not the only one of his kind. Someone doesn’t like that Chloe has been digging around, threatening to expose the secrets of her brother and the wolf shifters. In fact, they’re willing to kill to stop her. Wolfe knows that he must protect Chloe. After all, she may be the only thing that can save him from himself.

Cuando la exnovia de mi esposo sufrió quemaduras con agua hirviendo, él, para castigarme, me metió en una vaporera lo suficientemente grande para una persona y subió la temperatura al máximo. —¡Pagarás el daño que sufrió Luciana, multiplicado por mil! —sentenció. Atrapada en ese espacio estrecho, apenas podía respirar, mientras mi cuerpo ardía y yo le suplicaba entre lágrimas: —¡Por favor, voy a morir! Pero él, abrazando a su exnovia, se marchó sin mirar atrás. —Tranquila, no morirás. ¡Pero sí entenderás el sufrimiento de Luciana! Grité desesperada dentro de la vaporera mientras el agua hirviendo, debajo de la bandeja, me salpicaba la piel. Poco a poco, mi voz se fue apagando. Él se fue de viaje al extranjero con su exnovia, y, solo una semana después, al regresar al país, recordó mi existencia. —Esa maldita ya debe haber aprendido su lección. ¡Sáquenla de ahí! Lo que él no sabía era que en aquella vaporera, que había dejado calentarse cuando el agua se evaporó, mi cadáver ya estaba cubierto de gusanos.

La chica que Iván Herrera mantenía volvió a buscarme para hacer una escena. —De verdad amo demasiado a Iván… ¿no podrías dejar que se quede conmigo? Él, sentado a un lado, no dijo nada. Solo me envió un mensaje: «Dile que sí, solo hazle creer que tiene una oportunidad.» Le seguí la corriente. Y, en silencio, empecé a empacar mis cosas para dejar la casa que compartíamos. Al salir, escuché las burlas de sus amigos. —Vaya, sí que es obediente la «esposa». Entonces si le pides que pierda al bebé, ¿también lo haría? Iván alzó las cejas, con calma. —¿Apostamos? —Yo digo que en una semana estará llorando frente al hospital… pero lo hará. Yo no dije nada. Solo abrí otro chat, leí el último mensaje: «¿Quieres casarte conmigo?» Y respondí: «Sí.»

Cuando el primer amor de mi esposo descubrió que estaba embarazada, me empujó deliberadamente por la borda del crucero. Pero en lugar de gritar pidiendo ayuda, agarré a Camila —mi suegra, la madre de León— que también había caído al agua, y juntas luchamos por sobrevivir. En mi vida anterior, había gritado desesperadamente en el mar, por lo que mi esposo organizó de inmediato un equipo de rescate que nos salvó a ambas. Pero las manchas de sangre de su primer amor atrajeron tiburones que la devoraron viva. Después de que ella muriera, mi esposo dijo que no merecía ninguna lástima por haberme empujado al agua, y aunque yo estaba aterrorizada, él accedía a todos mis caprichos. Sin embargo cuando nuestro hijo nació, ocurrió que él usó la tablilla conmemorativa de su primer amor para golpear al bebé hasta matarlo. —¡Todo es culpa tuya, maldita, por hacerme perder a mi verdadero amor! ¡Ahora sabrás lo que se siente al perder a alguien! Con todas mis fuerzas, hice que él y yo muriéramos juntos. Cuando volví a abrir los ojos, descubrí con asombro que había regresado a ese mismo mar.

En mi vida pasada, obligué a Diego Ramírez —hijo de una familia en quiebra— a casarse conmigo usando como excusa el hijo que llevaba en mi vientre. El día de la boda, su amor verdadero dejó una carta de despedida antes de lanzarse al mar: “Al final, el verdadero amor nunca puede vencer al poder. Me rindo.” Cuando Diego recibió la noticia, no mostró la menor reacción; incluso sonrió mientras terminaba la ceremonia conmigo. Pero medio año después, el día del aniversario luctuoso de esa mujer, nos llevó a mí y a mi hijo de tres años a bucear. Me arrancó la manguera de oxígeno a mí y a mi hijo bajo el agua, y los dos fuimos ahogados vivos. Tras mi muerte, vi cómo colocaba mi cadáver frente a la tumba de su amada, pidiéndole perdón. “Carmen, ya vengué tu dolor. Si allá, donde descansas, lo supieras, ¿te daría alegría?” Al abrir los ojos de nuevo, regresé a aquella noche en que usé a mi hijo para obligarlo a casarse conmigo.

Aria Dever is used to being invisible. Brilliant, reserved, and fiercely independent, she hides in the school library to escape high school drama and people like Adrian Cole, the cocky captain of the basketball team. But one accidental text—a private photo meant for her long-distance boyfriend lands in Adrian’s hands, pulling her into his chaotic world. Adrian is everything Aria has learned to avoid: arrogant, charismatic, and impossibly handsome. But beneath the golden-boy façade lies a dangerous secret—he’s a werewolf, bound by pack loyalties and a hidden bloodline. When Adrian fails a critical test, he corners Aria with a deal: tutor him until finals, or risk the photo leaking. Furious and trapped, she agrees. What starts as sarcastic banter and forced proximity soon spirals into something neither of them can ignore. But high school politics, a jealous cheerleader, and a charming new transfer student with his own secrets threaten to tear them apart. As Aria discovers Adrian’s supernatural nature, she realizes she’s immune to his powers—and part of a prophecy that could change everything. When the state basketball championship becomes a battlefield for both victory and revenge, Aria is kidnapped in a scheme orchestrated by her greatest tormentor. Adrian will stop at nothing to save her, even if it means risking everything. In a world where loyalty, love, and pack bonds collide, Aria and Adrian must confront enemies, rivals, and their own hearts. Can a nerdy bookworm and the golden-boy werewolf survive high school, sports rivalries, and supernatural danger—and come out stronger, together?

Durante mi recuperación después del parto, mi esposo, Rubén Gutiérrez, llegó a la casa tambaleándose, borracho perdido. Venía con varios que lo sostenían... y con una mujer. Terminó vomitando por toda la sala, y yo, sin decir una sola palabra, me quedé a su lado cuidándolo toda la noche. Jamás imaginé que, al amanecer, lo primero que saliera de su boca fuera: —Está embarazada. Mejor nos divorciamos. No lloré, no grité. Solo asentí con calma. En otra vida, recuerdo haber corrido desesperada por la calle, con mi hija en brazos. Esa mujer pronto se ganó la fama de "fácil" en el pueblo, y hasta la echaron de su casa. Acorralada, terminó lanzándose al río. Rubén, por sus escándalos, perdió el trabajo. Y aun así, nunca me culpó de nada. Cuando nuestra hija cumplió un mes, Rubén encendió una hoguera enorme en el jardín... y nos quemó vivos: a mí, a la niña y a mis padres. Antes de que todo se apagara, alcancé a ver su cara desfigurada por el odio. —¡Bájense al infierno! —gritó—. Váyanse a acompañar a Mariana. Y entonces, al abrir otra vez los ojos, me encontré de vuelta en el mismo instante exacto en que me dijo que quería divorciarse.