Donya Victorina El Filibusterismo Lines

El día de mi boda, mi prometido y mi hermana Lana tuvieron relaciones en el cuarto de descanso, en donde los atraparon en el acto. Me volví el hazmerreír de todos. Fue mi amigo de la infancia Ramón quien públicamente me pidió matrimonio frente a todos, protegiéndome ostentosamente. Después del matrimonio, me obedecía en todo. Lástima que siempre tuvimos problemas en la intimidad. Hasta que este año, después de la fertilización in vitro, me embaracé. Después de eso me cuidaba aún más. Pensé que él era mi destino. Hasta ese día, que escuché su conversación con un amigo. —Ramón, eres demasiado cruel, Norma te trata tan bien, ¿cómo puedes porque Lana tiene miedo del dolor y no se atreve a parir, cambiar los óvulos para que Norma sea madre sustituta? Además, el bebé va a nacer en dos meses, ¿qué planeas hacer entonces? Ramón se quedó callado un momento, y suspiró. —Cuando nazca el bebé, se lo voy a dar a Lana, para cumplir uno de sus deseos. En cuanto a Norma, le voy a decir que el bebé murió. El resto de mi vida, la acompañaré. Así que era eso. Lo que yo creía que era cariño tierno, era para complacerla a ella. Me di la vuelta y programé un aborto. No quería a ese bebé sucio, y mucho menos ese matrimonio falso.

Samantha Ibarra era la burla de la élite de la ciudad. La aversión que su esposo, Gael Castillo, sentía por ella solo era superada por el rencor que él le guardaba a su tía, la mujer que lo había obligado a casarse. En cuanto la tía falleció, todos dieron por hecho que él le pediría el divorcio. Pasó un día y no hubo noticias de Gael. Pasó una semana, y tampoco. Después de quince días, todo seguía igual. Al cumplirse el mes, Samantha publicó en sus redes sociales: “Gael, el mes de espera terminó. Nos vemos mañana en el registro civil”. Todos pensaron que su iniciativa era un intento desesperado por salvar el poco orgullo que le quedaba, y daban por hecho que él aparecería. Pero, para sorpresa de todos, brilló por su ausencia. Samantha fue a su oficina a exigirle una explicación. —Ustedes me obligaron a casarme —le dijo él—. Pero con el divorcio no te voy a dar el gusto. Mientras más insistas, menos pienso concedértelo. —¡¿Tú te escuchas cuando hablas?! La noticia corrió como pólvora y la gente la acusó de mentirosa. “Estás inventando todo para no quedar mal. Gael se muere de ganas de divorciarse de ti”. Entonces él, que jamás usaba sus redes sociales, desmintió los rumores con una publicación tajante: “No es mentira. Que quede claro: no habrá divorcio”. Samantha entró en pánico. Convertirla en el blanco del odio de todas sus admiradoras parecía ser su nueva y retorcida forma de venganza.

Con tal de salir con su asistente en Navidad, mi esposo puso somníferos en la leche en polvo de nuestra hija. Cuando, angustiada, llevé como pude al hospital con fiebre alta, me sorprendió ver cómo mi esposo subía las escaleras con su asistente en brazos. —¡Yolanda se torció el pie, la estoy acompañando a que la revisen! Mientras nuestra hija era atendida en el quirófano, él no mostró el más mínimo interés. Yo apretaba con fuerza el billete de lotería de un millón de dólares en el bolsillo. Era hora de abandonar ese matrimonio de siete años.

"In the game of the rich and ruthless; where lines of humanity blurs, blood was inevitable, manipulation was ensured, and betrayal was a norm. You either become a pawn or a player." To the world, Chiara Marino was an art gallery owner with a perfect luxurious life. What people didn't know was a monster she was turned into with no choice but to embrace it. Carmelo Conti is an ambitious and ruthless billionaire who valued his people and family. He is calm and collected, until you touch where you shouldn't have. A forced marriage to a man far worse than her stepfather threatens her life purposes. To them it was just a game. But they forgot that she was a made monster. And monsters don't give a fuck! What happens when Chiara decides to create her own fate?

When Aria Collins’ father desperately needs an expensive experimental cancer treatment that she can’t afford, she becomes desperate and forms a contract with CEO Alexander Blackwood: She will be his wife for three years in exchange for him giving his medical care and his financial security. What it really is business -- separate bedrooms, public appearances and a marriage of convenience. As Aria moves from being a part of Alexander’s elite business venture to being part of him, the lines between performance and reality begin to blur. When feelings neither of them bargained for to start to open up, they need to decide whether to live up to the contract’s terms or risk everything in search of something bigger than convenience. In this marriage of convenience, convenience was never meant to become love

Synopsis: Kayla Marshall’s life takes a dark turn when she is forced into a contract with Adrian Blackwood, a ruthless billionaire whose charm is as dangerous as his secrets. What begins as a desperate attempt to save her family quickly spirals into a world of power plays, forbidden desires, and unspoken rules. Bound by Adrian's control, Kayla must navigate a life where trust is a currency and vulnerability is a weapon. As she peels back the layers of his secretive world, she discovers that the lines between dominance and obsession, submission and strength, are far more blurred than she ever imagined. But in a game where Adrian makes the rules, will Kayla find the strength to rewrite them? The stakes are high, the tension electric—and in this world, control is everything.

They sent her to Belary to disappear. Damon Romero made sure she didn’t. After a scandal blows up her perfect life, Aria Gilbert is exiled to a small town where secrets stick harder than gossip. On her first day, she meets Damon — the boy with the smirk, the shadowy past, and a talent for getting under her skin. When a late-night attack turns her exile into a fight to survive, Damon becomes her reluctant protector. But the danger stalking Aria isn’t random, and Damon knows more than he’s telling. As the lines between trust and attraction blur, Aria has to decide if Damon’s the best thing to happen to her in Belary… or the reason she won’t make it out alive.

He thought he could use me…but he came begging. Quentin had been cheating on me ever since with multiple women and I knew about it all along, however, I patiently waited for the right time to strike. I served him a gift on his company gala day… a gift that ruined his life. The once tough guy, the strong and nonchalant billionaire, came begging at my feet. When the lines between love, betrayal, power and identity are crossed, the game of survival is left for the fittest. The millionaire question remains if love will be able to triumph above all. Find out more in this amazing novel packed with lots of plot twists and cliffhangers that will always keep you at the edge of your seat.

Born into privilege but determined to forge his own path, Reynolds Bennet built his billion-dollar empire from the ground up. Amy Martins, the sheltered daughter of tycoon Robert Martins, has spent her life trapped under the suffocating control of her father. To her, marrying Reynolds is just another prison, one with gilded bars. But when Reynolds offers a surprising proposition, Amy glimpses a chance at the one thing she’s always craved: freedom. What begins as a calculated arrangement soon spirals into something neither expected. With emotions flaring and desires colliding, Amy and Reynolds must confront a question neither is prepared to answer, what happens when the lines between obligation and love blur beyond recognition?

El chico que me gustaba en secreto y su padre fueron envenenados con afrodisíaco. Por lo que, sin dudarlo, me desvestí para ayudar a su padre a eliminar el veneno. En mi vida pasada, fui obligada a convertirme en el antídoto del chico, dándole un hijo. Pero él nunca regresaba a casa, guardando su «pureza» para su amada inalcanzable. En el quinto año de matrimonio, me descuartizó junto a nuestro hijo y enterró nuestros restos en el jardín de granadas de su amada, como fertilizante. Él estaba convencido de que yo, con malas intenciones, había preparado el afrodisíaco para pasar una noche con él, arruinando su oportunidad de estar con su verdadero amor, quien finalmente se suicidó lejos de casa. Al despertar, descubrí que había vuelto al momento en que habían sido envenenados y, esta vez, elegí convertirme en su… ¡madrastra!