Detrás de las mentiras
Estuve ocho años con un hombre divorciado. Nos separamos noventa y cuatro veces y nos divorciamos cinco. Una más, y sería la número cien, pero me cansé.
La primera ruptura fue la noche que le entregué mi primera vez: dejó todo a medias porque su ex lo llamó para comprar pan.
La quinta, cuando me abandonó embarazada en plena carretera para consolar a esa misma mujer. Tuve un accidente, perdí al bebé… y él llegó después, desarreglado, como si nada.
Y aun con todo el dolor que me causó, nunca tuve el valor de dejarlo del todo.
La última vez que nos divorciamos fue por otra razón absurda: su ex y su hijo participarían en un programa familiar, y para cuidar la imagen de familia feliz, volvió a divorciarse.
Cuando el show terminó, me llamó para hablar de reconciliarnos.
Pero esta vez dije que no… porque ya había decidido casarme con otro.