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De Su Amor a Su Venganza

De Su Amor a Su Venganza

Durante mucho tiempo, Inés del Valle creyó que Emiliano Cornejo era su única luz en este mundo. Hasta que, mirándola directamente a los ojos, él le dijo con cruel indiferencia: —Mi compromiso con Mariana Altamirano no se cancelará. Si quieres, puedes seguir siendo mi amante. En ese instante, Inés despertó. Esa luz que tanto amaba, hacía mucho se había convertido en la sombra que la asfixiaba. Esa misma noche, se marchó de la casa sin volver la vista atrás. Todos pensaron que una huérfana como ella, sin el respaldo de los Cornejo, no tardaría en arrastrarse de vuelta, rogando por perdón. Pero entonces ocurrió lo inesperado. En plena ceremonia de compromiso entre los Cornejo y los Altamirano, Inés apareció vestida de rojo, del brazo del patriarca de los Altamirano, Sebastián Altamirano. Ya no era la mujer abandonada: ahora era la cuñada del novio. El salón entero quedó en shock. Emiliano, furioso, pensó que todo era una provocación. Dio un paso hacia ella… Y entonces una voz helada, firme como el acero, se dejó oír por encima de todos: —Atrévete a dar un paso más… y verás lo que pasa.
Romance
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De la sombra a su luz

De la sombra a su luz

El día que íbamos a casarnos, mi novio, Damián Cruz, envió a unos hombres para que me echaran del registro civil y entró del brazo de Luna Mendoza. Al verme sentada en el suelo, paralizada por la incredulidad, ni siquiera pestañeó y dijo: —El hijo de Luna necesita un apellido presentable para el futuro, para que pueda acceder a los círculos de élite y los mejores colegios. Es solo un trámite. Una vez que solucionemos esto, me caso contigo. Todo el mundo pensó que yo, la siempre devota, aceptaría esperarle obedientemente otro mes más. Después de todo, ya lo había esperado durante siete años. Pero esa noche, hice algo impensable: Acepté el matrimonio que habían arreglado mis padres y me fui del país directamente. Tres años después, regresé a visitar a mis padres. Mi marido, Vicente del Toro, era ahora el presidente de una corporación multinacional. Como tenía una reunión urgente de última hora, envió a un empleado de la sucursal local a recogerme al aeropuerto. Y para mi sorpresa, ese subordinado era nada más y nada menos que Damián, a quien no veía desde hacía tres años. Sus ojos se clavaron al instante en la deslumbrante pulsera de mi muñeca: —¿Esta es la copia barata de la pulsera por la que el señor del Toro pagó cinco millones para su esposa? Nunca pensé que te volverías tan superficial estos años. —Ya basta de rabietas. Vuelve. El hijo de Luna ya está en edad escolar, serás perfecta para llevarlo y traerlo. No dije nada, solo acaricié la pulsera. Él no sabía que esta era la más barata de todas las que Vicente me había regalado.
Short Story · Romance
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Después de su apareamiento con mi hermana

Después de su apareamiento con mi hermana

Estuve enamorada de él durante cinco años, hasta que me empujó al fuego con sus propias manos. Pensé que simplemente había caído en desgracia, pero estaba equivocada: se casó con la loba con la que había crecido llamando, su "hermana". Durante el mes que pasé en el hospital, nunca vino ni una sola vez. Cuando finalmente regresé a la casa de la manada, la vi sentada en su regazo, sonriendo dulcemente. ¿Y yo? Yo no era más que la "cazafortunas", y la "forastera descarada" a sus ojos. No fue hasta que le di la espalda y tomé el trono de Alfa de la manada Blood Moon que enloqueció, persiguiéndome, con lágrimas corriendo por su rostro. —Rompí el vínculo con ella —lloró—. Solo vuelve; ¡nos casaremos ahora mismo!
Short Story · Hombres Lobo
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Renacer para vengarme: El precio de su traición

Renacer para vengarme: El precio de su traición

La familia Torres estaba al borde de la ruina cuando vinieron a pedirme que me casara con su hijo. Mi papá, sabiendo que llevaba diez años completamente enamorada de Nelson Torres, aceptó el matrimonio y, para colmo, invirtió una fortuna para sacarlos del desastre. La noche de bodas, Nelson me vendó los ojos con una corbata y me tomó una y otra vez. Un mes después, llena de felicidad, fui a buscarlo con el informe de embarazo en la mano, pero lo que escuché me dejó completamente congelada. Estaba en un bar, apostando a lo grande con sus amigos: —A ver, muchachos, ¿qué opinan? ¿Quién de ustedes cree que es el padre del bebé de Sofía Reyes, después de que se la cogieron entre varios? Uno de sus amigos soltó una carcajada grosera: —Señor Torres, yo solo le di tres veces... No me diga que es mío, ¿o sí? —Yo apuesto a que fue Paco, ese tipo se lució esa noche, Sofía casi se vuelve loca. ¡Le aposté diez mil dólares a que es de él! Fue en ese momento cuando entendí que, en realidad, no había sido Nelson con quien pasé la noche de bodas, sino con más de diez de sus supuestos amigos. Enloquecí y fui directo a confrontarlo, pero a él no le importó ni un poco. —¿Por qué tanto drama, si solo estás llorando? Si no fuera por la presión de tu familia, jamás me habría casado contigo. Si no hubieras obligado a Juana a irse, nunca te habría tratado así. —Escúchame bien, Sofía, el día que Juana me perdone, entonces sí, te dejaré en paz. Con el corazón destrozado, pedí el divorcio, pero él usó el video de esa noche para chantajearme y me metió en el sótano. —No te creas que te vas a ir tan fácil. Mis amigos y yo seguimos haciendo apuestas para ver quién es el papá de ese bastardo. Ocho meses después, allí, en ese sótano, perdí a mi bebé... y mi vida. Cuando abrí los ojos, volví al día en que los Torres me pidieron que me casara con Nelson para salvarlos. Esta vez, el día de mi boda, Nelson estaba llorando desconsolado.
Short Story · Romance
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Su Máxima Prioridad

Su Máxima Prioridad

Mi amigo de la infancia me había prometido que, al graduarnos de la universidad, se casaría conmigo. Pero el día de nuestra boda llegó tarde y, cuando por fin lo encontramos, estaba en una cama de hotel, enredado con mi hermanastra, Viviana Torres. Ante todos los presentes, fue el heredero del hombre más rico del país, Sebastián Fuentes, quien dio un paso al frente y declaró, sin reservas, que yo había sido la mujer que amó en secreto durante muchos años. Llevábamos cinco años de matrimonio. Cada palabra que alguna vez dije, Sebastián la guardó en su corazón. Yo creía, de verdad, que era la persona que él más valoraba en el mundo. Hasta que un día, mientras hacía los quehaceres de la casa, encontré por accidente un documento confidencial oculto en el fondo de su escritorio. La primera página era el currículum de Viviana Torres. Sobre él, escrito de su puño y letra, se leía: “Atención prioritaria. Por encima de todo.” Luego venía un expediente médico que nunca había visto. La fecha correspondía exactamente a la noche en que sufrí aquel accidente automovilístico. Esa vez fui llevada al hospital perteneciente al Grupo Fuentes, pero la cirugía nunca llegaba. Cuando desperté, el bebé que llevaba en mi vientre ya no estaba conmigo, perdido por la hemorragia. Lloré hasta quedarme sin voz en los brazos de Sebastián, pero jamás le conté la verdad. No quería causarle más preocupación. Pero ahora lo sé: esa misma noche Viviana también resultó herida, y la orden que Sebastián envió al hospital fue: “Movilicen a todos los especialistas. Prioridad absoluta para Viviana Torres.” Las lágrimas se filtraron entre las páginas, borrando parte de la tinta. “Si no soy tu máxima prioridad, entonces desapareceré de tu mundo.”
Short Story · Romance
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Su Mayor Pecado

Su Mayor Pecado

Mi matrimonio con Dante, el heredero Moretti, estaba destinado a ser una unión de poder, una alianza de imperios. Pero para mí, también era algo real. Entonces, mi hermana adoptiva, Clara, apareció en la fiesta. Llevaba puesta su chaqueta de cuero hecha a la medida, montada en su preciada Ducati, y me miró directamente con una sonrisa burlona. —Dante dice —ronroneó—, que estas preciosidades me sientan mejor a mí que a ti. Mi sonrisa se congeló. Dante la subió a un avión con destino al extranjero tan rápido que fue como si nunca hubiera existido. Cinco años después, la noche antes de nuestra boda. Lo encontré mirando fijamente el diseño de nuestros anillos de boda. Él había cambiado el grabado. El «Amor Aeternus» (Amor eterno) había desaparecido. En su lugar estaba: «Mea culpa, mea maxima culpa». Mi pecado, mi mayor pecado. Me quité el velo en ese mismo instante. —La boda —dije con voz gélida— se cancela.
Short Story · Mafia
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El Alfa Que Persiguió La Sombra De Su Luna

El Alfa Que Persiguió La Sombra De Su Luna

Mi pareja, el Alfa líder de la manada, promete serme fiel para toda la vida. Sin embargo, en nuestra noche de aniversario, percibo el olor de otra en él. Más tarde, en una reunión, me toma de la mano y me mira con ternura. Me asegura que soy la única a la que amará en esta vida. Pero unos instantes después, lo descubro fuera del privado con su amante, que está colgada de su cuello. Le presume a sus amigos lo emocionante de su aventura. Solo empieza a entender cuando los sabios de la familia lo azotan hasta dejarlo al borde de la muerte con látigos de plata. Cuando grita mi nombre en medio de su delirio por la fiebre, algo cambia. Por fin está aprendiendo lo que significa perder a alguien. Su abuelo me llama para suplicarme. —Se está muriendo. Por favor, ven a verlo una última vez. Mantengo la calma al responder. —Fue su decisión. No entiende que hay traiciones que nunca se pueden perdonar. No hay vuelta atrás desde el momento en que ocurren.
Short Story · Hombres Lobo
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su segunda esposa

su segunda esposa

Christopher Grayston solo quería casarse para evitar que su abuelo le pidiera que se volviera a casar. Como resultado, se casó con una chica que conoció fuera de los asuntos civiles. Quería casarse con alguien con quien nunca consumarían su matrimonio. Así que se conformó con una joven que acababa de conocer parada fuera de la Oficina de Asuntos Civiles, sabiendo muy bien que no la tocaría porque era solo una niña. Camila Mendoza encajaba bien desde pequeña, aunque era una tentadora sin siquiera intentarlo. Los dos firmaron los certificados de matrimonio y siguieron caminos separados. Sin embargo, 3 meses después, el destino los unió. Camila salvó a un niño y más tarde se enteró de que el niño que salvó era el hijo de su marido. A Camila nunca la importó cómo le dé su marido dirigía se vida hasta que conoció a el hijo. Todo estaba bien hasta que su exesposa volvió a tropezar en su vida.Un hombre que siempre está haciendo titulares sobre su vida sexual y una esposa en una misión. ¿Quién triunfaría?
Romance
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El Magnate y Su EX de las Cien Casas

El Magnate y Su EX de las Cien Casas

¿Hasta dónde puede llegar alguien con dinero? Mi esposo tenía tanto que, en Bruma, le decían Medio Bruma, ya que casi la mitad de la ciudad es suya. Llevábamos cinco años casados; cada vez que se iba a acompañar a su amor de toda la vida, me traspasaba una casa. Cuando a mi nombre ya había noventa y nueve, él notó que yo había cambiado. Ya no lloré ni supliqué, simplemente me limité a escoger la mejor mansión de la ciudad, preparé la escritura y esperé a que él la firmara. Cuando lo hizo, su voz se le ablandó al prometer: —Cuando regrese, te llevaré a ver los fuegos artificiales. Guardé los papeles y asentí. Lo único que no le conté fue que: lo que acababa de firmar esa vez no era una casa más, sino… nuestro acuerdo de divorcio.
Short Story · Romance
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Después de 99 decepciones, ya no quiero su amor

Después de 99 decepciones, ya no quiero su amor

El día de mi boda, mi hermana menor regresó al país de improviso. Mis papás, mi hermano y mi prometido me dejaron sola y se fueron al aeropuerto a recibirla. Mientras ella subía a sus redes una foto grupal, presumiendo que todo mundo la adoraba, yo marqué una y otra vez: me colgaron todas las llamadas. El único que contestó fue mi prometido: —No hagas un drama; la boda se puede volver a celebrar. Ese día me convirtieron en el hazmerreír de la boda que tanto había esperado. La gente señalaba, se burlaba, y yo tragué en seco. Respiré hondo, arreglé todo yo sola y, en mi diario, escribí un número nuevo: 99. Era la decepción número noventa y nueve. Entendí que no iba a seguir esperando su amor. Completé la solicitud para estudiar en el extranjero y empaqué mi maleta. Todos creyeron que, por fin, me había calmado. No sabían que ya me iba.
Short Story · Romance
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