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Capítulo 3

Penulis: Remolachita
En ese momento, por el bien del niño que llevaba en mi vientre, no podía pensar en nada más. Me volví, me arrodillé en el suelo y ladré dos veces. Con la voz temblorosa, dije:

—Soy una zorra sinvergüenza.

Lucía se inclinó hacia mí, y una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios.

—Isabela, ¿alguna vez imaginaste que esto pasaría cuando me arrodillé frente a ti para suplicarte que no te casaras con Julián? —dijo con sarcasmo.

En aquel entonces, Lucía vino a decirme que ella y su hermano estaban enamorados y que yo debía ceder y romper el compromiso.

El matrimonio entre nuestras familias fue decidido por nuestros padres, con innumerables intereses de por medio. Si yo hubiera pedido cancelar el compromiso, toda la responsabilidad recaería sobre mí, y la familia Mendoza sufriría consecuencias. Por eso rechacé su petición.

Jamás pensé que guardaría rencor hasta hoy.

Ahora no tenía ganas de discutir el pasado. Mirándolos con súplica dije:

—Por favor, llamen a una ambulancia.

Julián hundió su pie en mi espalda con fuerza:

—¡Isabela, eres realmente despreciable! ¡Por este bastardo eres capaz de cualquier cosa!

Caí al suelo, mi abdomen chocó contra el duro piso y un dolor ardiente se extendió por mi vientre como fuego.

—Ustedes dijeron que dejarían vivir a mi hijo… —balbuceé entre lágrimas.

Lucía respondió con desprecio:

—Yo dije que dejaría vivo a tu hijo, ¡pero Julián no dijo nada!

—¡Zorra! —rugió Julián— Usas el bastardo que llevas en tu vientre y el título de señora Gutiérrez para engañar a la familia Gutiérrez, ¿crees que voy a dejarte vivir? ¡Ni pensarlo!

Con otra patada me golpeó el abdomen, un dolor intenso me recorrió el vientre, y la sangre comenzó a manar entre mis piernas.

Sentí que mi hijo ya dejaba de moverse. La desesperación me llenó y mi mirada hacia ellos se tornó de un odio profundo:

—¡Julián, Lucía, os arrepentiréis de esto!

Lucía, de pie junto a Julián, me miró con ojos llenos de malicia:

—Julián, esta zorra aún no ha aprendido la lección. Parece que no le bastó el castigo.

Julián esbozó una fría sonrisa:

—Veremos quién hará que el otro se arrepienta.

—Lucía, ve por una cuerda.

Lucía asintió y salió del salón, regresando con una cuerda, acercándose a mí.

Arrastraba mi parte inferior ensangrentada, retrocediendo lentamente, con el rostro lleno de terror:

—¿Qué planean hacer?

Solo recibí su excitación como respuesta.

Ataron mis manos y pies con la cuerda, luego me arrastraron del interior hacia el exterior de la casa, dejando un largo rastro de sangre en el piso.

Me llevaron hasta la piscina. Julián me empujó con fuerza y caí al agua. Mis extremidades estaban atadas, no podía moverme, y la desesperanza me hundió hasta el fondo.

El agua me cubría la boca y la nariz, y el dolor de la asfixia me golpeaba sin piedad. Justo cuando creí que iba a morir ahogada, Julián tiró de la cuerda y me sacó del agua:

—Isabela, ¿entiendes tu error? ¿Todavía te atreverías a ponerme los cuernos?

Abrí la boca para inhalar aire fresco, pero sentí cómo el dolor en mi abdomen descendía poco a poco.

Recuerdo las clases prenatales que asistí con Esteban, y sabía que el dolor era un estímulo que podía provocar un parto prematuro.

Aunque sabía que las probabilidades de sobrevivir para mi hijo eran mínimas, no quería renunciar a esta última esperanza.

Mirando a Julián con súplica dije:

—Sé que me equivoqué, no volveré a hacerlo, por favor, perdóneme a mí y a mi hijo.

—¡Voy a dar a luz, llamen a una ambulancia, les ruego…! —mi voz se quebraba entre lágrimas.

Julián me escupió con desprecio:

—¡Zorra! Aún piensas en el bastardo que llevas en tu vientre. ¡Veo que no tienes ni un ápice de arrepentimiento!

—Hoy no dejaré que ese bastardo salga vivo por la puerta de mi familia Gutiérrez

Dicho esto, volvió a levantar la pierna para empujarme de nuevo a la piscina.

Cerré los ojos desesperada, mi corazón lleno de miedo por ahogarme.

En ese momento, la puerta de la mansión se abrió de golpe.

Esteban entró corriendo, con el rostro lleno de preocupación, gritando:

—¡Alto!
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