Hipócrita

Estuve ocho años con un hombre divorciado. Nos separamos noventa y cuatro veces y nos divorciamos cinco. Una más, y sería la número cien, pero me cansé. La primera ruptura fue la noche que le entregué mi primera vez: dejó todo a medias porque su ex lo llamó para comprar pan. La quinta, cuando me abandonó embarazada en plena carretera para consolar a esa misma mujer. Tuve un accidente, perdí al bebé… y él llegó después, desarreglado, como si nada. Y aun con todo el dolor que me causó, nunca tuve el valor de dejarlo del todo. La última vez que nos divorciamos fue por otra razón absurda: su ex y su hijo participarían en un programa familiar, y para cuidar la imagen de familia feliz, volvió a divorciarse. Cuando el show terminó, me llamó para hablar de reconciliarnos. Pero esta vez dije que no… porque ya había decidido casarme con otro.

Mis padres tenían miedo de que yo usara la identidad de hija de ricos para fastidiar a otros. Así que me mandaron al rancho, adoptaron a la niña de esa familia y la trajeron a la ciudad para educarla. En el rancho todos los días me levantaba a las cuatro a dar de comer a los puercos, caminaba tres horas para estudiar, y casi me muero al enfermarme por no comer bien. Por treinta dólares de colegiatura, llamé por primera vez a su teléfono, pero me acusaron de gastar dinero a lo tonto. Pero, de inmediato, para que mi hermana menor escogiera escuela, donaron un edificio. Cuando con esfuerzo entré a la preparatoria a la que ella iba, obtuve un lugar de honor. Pero mis padres me pidieron que se lo diera a mi hermana menor, y me regañaron con furia: —De verdad que eres una maldita, le robaste las cosas a tu hermana menor, y, por tu culpa, no puede estar tranquila. Estás en deuda con ella de por vida. Con su identidad, renunciaron a mi lugar de honor, y dejaron que mi hermana menor cumpliera su deseo. Incluso, para su futuro le dieron a ella las acciones de la compañía y la casa. Toda la familia se estaba preparando para salir del país juntos. Viendo todo esto, ya no me sentía triste, por lo que, tranquila, me limité a empacar mi maleta, dejé aquella casa que no me pertenecía.

Cuando el primer amor de mi esposo descubrió que estaba embarazada, me empujó deliberadamente por la borda del crucero. Pero en lugar de gritar pidiendo ayuda, agarré a Camila —mi suegra, la madre de León— que también había caído al agua, y juntas luchamos por sobrevivir. En mi vida anterior, había gritado desesperadamente en el mar, por lo que mi esposo organizó de inmediato un equipo de rescate que nos salvó a ambas. Pero las manchas de sangre de su primer amor atrajeron tiburones que la devoraron viva. Después de que ella muriera, mi esposo dijo que no merecía ninguna lástima por haberme empujado al agua, y aunque yo estaba aterrorizada, él accedía a todos mis caprichos. Sin embargo cuando nuestro hijo nació, ocurrió que él usó la tablilla conmemorativa de su primer amor para golpear al bebé hasta matarlo. —¡Todo es culpa tuya, maldita, por hacerme perder a mi verdadero amor! ¡Ahora sabrás lo que se siente al perder a alguien! Con todas mis fuerzas, hice que él y yo muriéramos juntos. Cuando volví a abrir los ojos, descubrí con asombro que había regresado a ese mismo mar.

Grávida de nove meses, fui feita refém no último andar do prédio por Afonso, um ex-funcionário que guardava rancor por ter sido substituído pelo meu marido no trabalho. Ele me esfaqueou dezenas de vezes. Meu marido, José Rocha, capitão da equipe de resgate, direcionou todos os recursos para salvar sua primeira namorada, Cecília, que, em depressão, ameaçava incendiar seu apartamento alugado. Eu não pedi que ele viesse me salvar. Na vida passada, por ter ligado para ele pedindo socorro, José largou Cecília para me resgatar. Eu e o bebê sobrevivemos, mas Cecília morreu no incêndio que ela própria provocou. José, na aparência, não me culpou. Reservou uma suíte VIP na maternidade para mim. Mas, justamente no dia do parto, ele me amarrou e, diante de mim e do nosso bebê, desferiu dezenas de facadas! – Naquele dia, você e o sequestrador me enganaram juntos, não foi? Seus ferimentos eram superficiais! Você nunca ia morrer! – Já que você gosta tanto de ser esfaqueada, eu faço esse favor pra você! Quando abri os olhos novamente, voltei ao dia em que fui sequestrada. Desta vez, decidi deixá-lo ir salvar a primeira namorada.

Nicolas Navarro me pediu em casamento sessenta e seis vezes em sessenta e seis viagens diferentes. Na sexagésima sétima, meu coração finalmente cedeu. No dia seguinte ao casamento, entreguei a ele sessenta e seis cartões de perdão. Um acordo silencioso: toda vez que ele me irritasse, poderia usar um para ser perdoado. Seis anos se passaram. Toda vez que a amiga de infância dele entrava entre nós, um cartão desaparecia. Quando restavam apenas dois, Nicolas finalmente notou. E era tarde demais para fingir que nada havia mudado.

For the first twenty years of my life, nothing interesting happened to me, nothing at all. I was just an orphan, trapped inside a prison of my own creation. My life was mundane, colourless, predictable, and for the longest time, I liked it that way. Life scared me. People scared me. Hell, everything scared me. Then Adrian walks into my life. Devilishly handsome and mysterious, the new priest sets me alight with desires I never knew existed. It's a sin, I know, but I can't help myself. His touch is magic. But Adrian is not what he appears to be. Our new priest is a Lycan King on the run from his enemies. And me? I'm not who I thought I was. I'm neither human nor wolf. I'm something else. Something that puts my life in danger. Just like that, my life is filled with excitement, adventure and more colour than I can handle. * I feel, more than see, as the priest kneels next to me. “Are you afraid of me, Pippa?" A little,”I answer. It's easier to be honest when you can't see the person's face. "Why?” "You- you make me…feel things.” "Hm-hm,”he grunts."And you've never felt these things before?" "No.” Out of nowhere, his warm hand falls on my hip, and a solitary finger traces along the length of my hipbone. My body comes alive and crackles with electricity, but I don't move, I don't even breathe.

WARNING: THIS BOOK MAY CONTAIN STEAMY AND SEXUAL CONTENT WHICH IS STRICTLY NOT FOR KIDS UNDER +18 . "Bryce!". I screamed as I feel his huge cap nudge at the entrance of my womanhood. He groaned as he pressed in deeper before he slides into my wet entrance. My walls clenched around him while he stretched my inner muscles as he kept pushing deep inside me. "Please". I cried and placed the tip of my finger down at his waist in an effort to push myself away from him. "Please". I begged but he only retracted his hip and thrusted into me fully, deeper, stretching me wide enough to accommodate his full length. . He is the handsome, sexy and heartless devil. The sinner. She is the purest, innocent and beautiful angel. Two polar opposites, one single attraction. *** Having lived in the convent all her life, Hera Whitson manages to secure a job as a maid in the household of Bryce Donovan. The inhuman sex god that has the entire female population at his feet. He lives for sex, he celebrates and relish the electricity of it with every fibre of his being and sees no better reason for being alive. One look at Hera and Bryce is smitten. She is like an addictive drug, a moth to a flame and he will do anything to get burned by her. Relinquished by her heat. What happens when Hera finds herself battling against her principles and sexual attraction for Bryce? Will she be caught in the web of Bryce's twisted game of lust?

En el octavo año de salir con Julián, Yanet fue hospitalizada por una enfermedad. El día que salió del hospital, accidentalmente escuchó en el pasillo la conversación de Julián con su hermana. —¿Julián, te volviste loco? ¿De verdad le diste la médula ósea de Yanet a Sofía sin que ella se enterara? Sabías claramente que la salud de Yanet no es buena, ¿y la engañaste diciéndole que era enfermedad estomacal para que corriera este riesgo? Sofía era la pequeña amiga de la infancia que Julián había querido por muchos años. Yanet no lloró ni hizo escándalo, llamó a sus padres que estaban en el extranjero y aceptó el matrimonio arreglado con la familia Luna...

El día en que descubrieron que yo no era la verdadera hija de la familia millonaria, la auténtica heredera irrumpió en la casa y me apuñaló varias veces en el vientre, condenándome a perder para siempre la posibilidad de ser madre. Mi prometido estalló de furia por lo ocurrido y mis padres, desesperados, declararon de inmediato que no volverían a reconocerla. Para calmarme, mi prometido me pidió matrimonio a toda prisa, mientras que mis padres escribieron una carta de ruptura con ella, pidiéndome que me enfocara en recuperarme. Después dijeron que ella había huido al extranjero y que había terminado vendida en otro país, un destino trágico y merecido. Yo lo creí. Hasta que, seis años después de mi matrimonio, vi con mis propios ojos a la supuesta “desaparecida”. La encontré recargada en el pecho de mi esposo, con un vientre abultado, suspirando con fingida melancolía. —Si hace seis años no hubiera perdido la cabeza y cometido aquel error, Liliana jamás habría tenido la oportunidad de casarse contigo. Por suerte tú y mis padres siempre estuvieron de mi lado; de lo contrario, esa impostora me habría mandado directo a la cárcel. Esa maldita… jamás se imaginó que he vivido todo este tiempo bajo sus narices… y ahora llevo en mi vientre a tu hijo. Cuando nazca, busca cualquier excusa para “adoptarlo” y así la tendrás de por vida como mi sirvienta. Gracias por estos años, Mauricio. Su mirada cargada de ternura hizo que el rostro de Mauricio se encendiera. —No digas eso… casarme con ella fue la única manera de mantener tu nombre limpio y que siguieras viviendo en libertad. Todo vale la pena, si tú estás bien. En ese instante lo comprendí: el hombre al que llamaba mi verdadero amor me había engañado todo este tiempo, incluso, mis propios padres. Habían hecho absolutamente todo para proteger a su hija biológica. Bien si así son las cosas… entonces yo ya no los quiero en mi vida.

Emerald is on her way to becoming the Silver Pack's greatest warrior. Her best friend, future Alpha Declan is one of her biggest supporters. He, along with her other two best friends, future Beta Jackson, and future Gemma Wesley, put her through the wringer, and more often than not, she comes up as the shining star. Everyone believes Emerald had the most leisurely life growing up. With her best friends being who they are, having the most loving mother and step-father who didn't hesitate to take her in as his own, but the truth is her family has been through hell. Em, well, she's been through even more. No one knows that better than her three best friends, who have all been attached at the hip since they met her at age three. They each have a secret, though, one they never even admitted to one another. Declan, Jack, and Wesley are in love with Emerald. The deep love that they won't admit, not even to themselves. Emerald is in love with all three of them, but unlike her friends, she knows it, and now that they are about to turn eighteen in just a few weeks, she's starting to get scared for the first time in her life. They will all be blessed by the moon goddess with their mates, and you just don't know how it will go. One of us could be a mate, or all four will mate with someone they know or don't even know. The issue with the last part is she-wolves are very jealous creatures, so our friendship can come to a crashing halt after all these years. The thought of that could kill her alone. But guess we will have to wait and see...