Tú Me  Apartaste Primero
Después de que mi prometido, con quien crecí desde pequeña, pospusiera nuestra boda por séptima vez por culpa de su primer amor, me di cuenta de que esto no tenía sentido. 
Corrí al hospital para preguntarle por última vez a Juan Torres si aún quería casarse conmigo. Con paciencia, este estaba pelando una manzana para Ana Flores, quien yacía en la cama del hospital.
-Sara, ya no eres una niña. Tienes que aprender a ser considerada. Podemos casarnos cuando queramos, pero Ana está enferma, ¡así que no podemos descuidarnos!
El cuchillo emitió un leve crujido en la punta de sus dedos, pero me resultó muy molesto.
-¡En ese caso, buscaré un nuevo novio!
Sus movimientos se detuvieron y, al segundo siguiente, dijo con una sonrisa gélida:
-Lo que tú digas.