Su Esposa Contractual Quería El Divorcio

En la etapa terminal de mi insuficiencia renal, mi esposo le dio a mi hermana menor el único riñón que se adaptaba a mí. Rechacé la propuesta del médico de seguir esperando por otro riñón y me di de alta anticipadamente. Después de tanto dolor y desilusión, ya no tenía fuerzas para seguir luchando. Le entregué a mi hermana menor toda la fortuna que había construido durante estos años y, por fin, pude ver a mis padres sonreírme. Mi esposo quería cuidarla día y noche sin descanso. Pero yo solo no me enojé, sino que le aconsejé que fuera muy atento con ella. Incluso, cuando mi hijo dijo que quería que mi hermana fuera su mamá, también asentí sonriendo. Todo salió como ellos querían... entonces, ¿por qué ahora se arrepentían?

Los dos hermanos con los que estaba comprometida se enamoraron de la hija adoptiva de mi familia. Para ganar su cariño, me engañaron para que me rapara la cabeza y, acto seguido, me encerraron toda la noche en una pista de esquí. Por petición de mis padres, aguanté todo en silencio. Pero un día, mi hermana se cortó un dedo mientras pelaba frutas, por lo que ellos me obligaron a ir al hospital para donar dos litros de sangre. Lloré y supliqué, pero alegaron que ese era el castigo que merecía por haberla maltratado. Fue en ese momento que perdí toda esperanza… y me subí al carro del hermano mayor de ellos. Sin embargo, aquellos dos, que no dejaban de decir que querían cancelar el compromiso, terminaron llorando de arrepentimiento el día de mi boda.

El día del control prenatal, mi esposo Emilio estaba ocupado en el trabajo, pero su amiga de la infancia, con quien llevaba años de coqueteo, Laura se ofreció a llevarme en auto. En el camino, de pronto giró el volante y el vehículo se estrelló de lleno contra la parte baja de un camión de carga; la carrocería quedó aplastada al instante. No llamé a mi esposo, que era médico de urgencias, sino que marqué al servicio de emergencias y esperé el rescate, solo porque, en mi vida anterior, lo primero que hice fue llamarlo para que me llevara al hospital. Al final, el bebé se salvó, pero Laura murió en el acto por la gran pérdida de sangre. Él decía que no me culpaba, que me recuperara tranquila, incluso me consiguió una habitación individual en el hospital. Pero el día del alta, me llevó a la tumba de Laura, allí, me clavó un cuchillo en el vientre; el bebé murió y yo quedé al borde de la muerte. Sus ojos estaban llenos de un odio encendido, y, ante mis súplicas, solo dijo con frialdad: —¡Si no hubieras girado el volante a propósito, Laura no habría muerto! ¡No creas que por fingir inocencia voy a creerte! Ojo por ojo: ¡quiero que la acompañes en la tumba! ¡El dolor que ella sufrió antes de morir, tú lo vivirás diez veces... cien veces más! Giró el cuchillo con fuerza, una y otra vez, atravesando mi cuerpo. La sangre salpicó sobre la lápida, tiñendo de rojo el nombre de Laura. Cuando abrí los ojos, estaba de vuelta en el lugar del accidente.

En el noveno año de amar con Adrián Martínez, su padre falleció. La primera línea del testamento establecía que Adrián Martínez y Luna Fernández debían tener un hijo. Y el día en que el niño cumpliera un mes, sería también el día en que él heredaría la fortuna de su padre. Esto fue cuando los descubrí en nuestra cama, él mismo me lo explicó. Aquella noche, mientras encendía su cigarrillo después del acto, murmuró en voz baja: —Susana, espera un poco más. Cuando reciba la herencia, me casaré contigo. Desde entonces, cada vez que Adrián iba a reunirse con Luna en nuestra casa, colgaba una campanilla en la puerta. Desde la muerte de su padre hasta hoy, esa campanilla ha sonado noventa y nueve veces.

Divorciados y vueltos a casar. Ya ni sé cuántas veces Aaron y yo hemos pasado por lo mismo. Antes me trataba como si yo fuera lo más valioso para él, pero no había pasado ni un año de la boda cuando me pidió el divorcio por primera vez. La razón era sencilla: Vivian iba a regresar. —Vivian es una figura pública —me dijo—. No quiero que nadie piense que se está metiendo con un hombre casado. Esa actriz de cuarta no era nadie si no fuera por el sacrificio de su padre. Le dieron un balazo que iba para Aaron. Una vida por otra. Y por eso, Aaron sentía que le debía todo. Cada vez que Vivian volvía al país, Aaron se divorciaba de mí. Y cada vez que se iba, nos volvíamos a casar. La primera vez que terminamos, ahogué mis penas en whisky y volví a su casa a tropezones, medio borracha. Las luces de la casa se veían cálidas. Estaba con ella. Y yo me quedé afuera, temblando de frío, resistiendo la noche entera. La segunda vez, le seguí el rastro a todos lados; restaurantes, subastas, galas de beneficencia, solo para “encontrármelo por accidente” una y otra vez. Con el tiempo, aprendí. En cuanto mencionaba el divorcio, yo hacía mi maleta en silencio y me iba de su mansión sin hacer ruido. Mi amor y la humillación me mantuvieron atrapada en ese ciclo interminable de rupturas y reconciliaciones. Pero esta vez, cuando Aaron me esperó en el registro civil para volver a casarnos, no fui.

DOMINATING! CONTROL! OBSESSION! CONQUERING! In a twisted game of power and submission, childhood enemies Logan and Gavin engage in a delicate game of possession and control. When Logan's family falls into the problem of facing bankruptcy, he's forced to swallow his pride and seek help from the one person he's always despised. Gavin Slade.   Gavin however, sees this as the perfect opportunity to exact revenge on his long time enemy. With each problem Logan faces, Gavin appears as a black knight, but at a price Logan might not be willing to pay, a price to satisfy Gavin’s twisted desires.   As the stakes escalate, Logan finds himself trapped in a web of dependence, with Gavin holding the reins. But beneath the surface of their antagonistic relationship, a spark of attraction flickers to life with each encounter deepening their erotic desires. Desires Logan swore he would never have.   As Logan's feelings grow increasingly complicated, he begins to question whether Gavin's ultimate goal is to destroy him or to claim him as his own. Will they find redemption in each other, or will their toxic dynamic prove to be their downfall?   In this tale of obsession and control, the lines between love and hate are blurred, and the true nature of possession is revealed. Can Logan and Gavin find a way to break free from their destructive patterns, or will they remain forever bound in a cycle of desire and domination?  

Depois de renascer, decidi devolver meu noivo à sua primeira namorada.​​ ​Quando ele organizou uma despedida de solteiro para ela e não queria ser incomodado por mim, eu simplesmente fugi para outro país.​​ ​Ele disse que ficava irritado só de me ver; eu me demiti de forma rápida e limpa.​​ ​Ele sentia-se desconfortável em estar no mesmo país que eu; eu me mudei para o exterior imediatamente.​​ ​Por fim, ele quis dar mais segurança à primeira namorada.​​ ​Eu concordei com a cabeça e aceitei o pedido de casamento de outra pessoa.​​ ​Eu o obedeci uma e outra vez.​​ ​Tudo porque em minha vida passada, depois que me casei com ele, a primeira namorada, em um colapso, cortou os pulsos e cometeu suicídio.​​ ​Ele me culpou por tê-los separado, esfolou-me, arrancou meus tendões e drenou todo o sangue do meu corpo.​​ ​Desta vez, eu só quero viver em paz.​​ ​Mais tarde, enquanto eu, meu novo marido e nosso filho dávamos um passeio,​​ ​ele se ajoelhou diante de mim, chorando com uma dor tão intensa que parecia partir suas entranhas.​​ — Clarice, se você deixá-los, eu ficarei com você e vamos viver bem juntos.

"I'm a master at laundry and cooking, whether it's fast food, Japanese cuisine, or a French feast. What would you like to eat first? Marry me, and I guarantee you'll be blessed with delicious meals every day, Mr. Getson. So, will you marry me?""Sure!"After learning from the failure of her first marriage, Nancy only wanted an ordinary man to spend her life with during her second marriage. However, much to her surprise, her new husband, Yaacob, is revealed to be the primary heir to the country's most substantial fortune. When Nancy found out about this, her world turned upside down. Such wealth and privilege!After their marriage, Yaacob looked at the bland bowl of pasta before him and asked, "What happened to the French feast and Japanese cuisine you promised?"Hearing this, the woman in front of him swiftly untied her apron, raised one of her alluring legs, and casually sat on the table, "Would you prefer French cuisine, or me?"Yaacob, reminiscing about the previous night, replied, "You, of course!"

Misa blends into the kingdom of Aria to kill King David. Under the guise of an Alpha, Misa succeeds through their eyes. But after three failed assassination attempts. Misa falls prey to David's chase game. After the cruel beatings, Misa decides to seduce King David. After so much effort, Misa successfully attracted David's attention. All plans fall apart when Misa discovers herself being shaken before King David. Will she let go of all hatred and confess her purpose in front of David? Or throw away the love to continue to carry out the assassination of David.

Nothing is ever going to be the same again. In a way I am glad, changes needed to be made, but for the people we have lost, there are some wounds that will never heal. My mate comes behind me and wraps me in a tight embrace. We have never been this close before. It feels like everything in the world, except the Goddess, has kept us apart. Let me step back. My name is Leah and I am the only daughter, only child of Alpha Benjamin of the Crescent Moon pack. We're a part of a cooperative pack alliance called the Concordat. I know, it's as pretentious as it sounds, note my eye roll here. All of our Elders got together years ago to come together for protection and to ensure the survival of our race. Our Concordat, yep say it as snooty as you can, was made up initially of 10 packs in the shadow of a vast mountain range. This alliance worked exactly as it was designed for about 5 generations. But the Elders became set in their ways and used to certain comforts. They stopped participating in regular pack training, only including themselves high rank training of the Alphas and Betas and begrudgingly dealt with the Lunas at the compound. Males were taught they were superior simply being male, not for any other show of merit. Women were seen, and that was only if dressed properly, and to produce strong male heirs. My father did not believe in females being lesser, so he trained me well from the time I could walk. I trained in secret, learning skills on and off the field. Let me take you on my journey through love, loss and truly knowing what it means to be a friend, lover, mate, leader and enemy.