Share

Capítulo 6

Author: Yolanda
Santiago se quedó parado en la puerta, su expresión mostraba indiferencia y distanciamiento.

—Voy a viajar por trabajo estos días y Mariana no puede manejarlo sola. Te pido que lo cuides dos días más.

Valeria se sentía mal físicamente y ya no tenía buena cara para él.

—Está bien, pero cuando regreses de tu viaje a recogerlo, recuerda traer los papeles del divorcio.

Dicho esto, cargó a Nicolás y se dirigió hacia la oficina.

Santiago se quedó parado en el mismo lugar observándola silenciosamente por un momento.

Luego cerró la puerta principal del taller y se marchó.

---

En el cuarto de descanso, Valeria dejó a Nicolás en el suelo y suspiró profundamente.

—Quítate la chaqueta. Vamos a dormir.

Nicolás ahora estaba muy obediente.

Se quitó la chaqueta y se la entregó.

—Mamá, ¿podrías ayudarme a colgarla, por favor? Gracias.

Nicolás siempre era así de dulce con sus palabras.

Ella le sonrió y tomó la prenda para colgarla en el gancho.

Madre e hijo se acostaron en la cama.

Nicolás se abrazó a Valeria.

—Mamá, ¿estás enojada porque fui a ver a esa mujer?

Valeria se sobresaltó, luego suspiró y lo abrazó mientras le hablaba suavemente.

—Ella es la mamá que te dio a luz. Sé que es difícil de aceptarlo, pero sin ella no existirías, así que en el futuro no puedes referirte a ella con palabras como "esa mujer".

Esa pequeña inquietud en el corazón de Nicolás se desvaneció gracias a las palabras de Valeria.

Esa noche, al ver que Valeria no había regresado a casa, pensó que ella estaba enojada porque él había ido a buscar a su mamá y que ya no lo quería. ¡Por suerte, solo estaba imaginando cosas!

Nicolás cerró los ojos, satisfecho.

—Mamá, siempre te voy a querer. No importa quién sea la mamá que me dio a luz, ¡tú siempre serás mi mamá favorita!

El corazón de Valeria se ablandó y le acarició la carita.

—Lo entiendo y yo también te prometo que, mientras me necesites, siempre estaré aquí.

—¡Mamá, lo prometiste! —Nicolás bostezó. —¡No puedes mentir! ¡A los mentirosos se les alarga la nariz!

Valeria se rio con su comentario, sus emociones se calmaron gradualmente.

Bajó la cabeza y le dio un beso suave en la frente.

—Mamá nunca te mentirá, buenas noches.

Lo que respondió a Valeria fue la respiración uniforme de Nicolás.

*

Ahora que eran las vacaciones de invierno, Nicolás no tenía que ir al jardín de niños.

Al día siguiente, el taller recibió otra reliquia, con honorarios muy altos, pero igualmente con tiempo de entrega muy ajustado.

Durante dos días consecutivos, Nicolás estuvo casi todo el tiempo con Valeria en el taller.

Cuando ella estaba ocupada trabajando, Luciana y otros empleados la ayudaban a cuidar a Nicolás.

En los últimos años, Nicolás iba frecuentemente al taller, así que ya se había familiarizado mucho con todos.

El tercer día, a las dos de la tarde, Valeria completó el trabajo.

Al salir del cuarto de restauración, caminó hacia la oficina y le envió un mensaje de WhatsApp a su mejor amiga ginecóloga.

Valeria: [¿Estás trabajando esta tarde?]

[¡Sí! ¿Qué pasa?]

Valeria: [Ayúdame a apartar una cita, llegaré como a las tres y media.]

[??? ¿Qué está pasando? ¿Estás embarazada?]

Valeria: [No estoy segura, se me retrasó como diez días. Estos días también me ha dolido el estómago.]

[¡Se te retrasó diez días! ¡No sabías que podías comprar una prueba de embarazo para comprobar!]

Al leerlo eso, Valeria recordó la prueba de embarazo que había olvidado en su bolso.

Apretó los labios y suspiró ligeramente, escribiendo: [La compré, pero se me olvidó con el trabajo.]

[¡Eres increíble! ¡Comprar la prueba y olvidarte de usarla! ¡Seguramente has estado trabajando horas extra y desvelándote otra vez! Valeria, no es que te desee mal, ¡pero si algún día te da un paro cardíaco por exceso de trabajo en el cuarto de restauración, no me sorprendería! ¡Ve a hacerte la prueba!]

Valeria: [Entendido]

*

Valeria regresó a la oficina.

Nicolás estaba durmiendo profundamente en el sofá, la pequeña manta que lo cubría ya la había pateado al suelo.

Sobre la mesa había una caja de comida sin terminar.

Valeria se acercó, recogió la manta y cubrió a Nicolás.

Recogió la caja de comida y la tiró al basurero, luego limpió la mesa antes de sentarse en otro sofá y se secó el sudor fino de la frente con la mano.

Su abdomen comenzó a sentirse incómodo otra vez. Entonces, recordó la prueba de embarazo en su bolso y justo cuando estaba a punto de levantarse a buscarla, Luciana empujó la puerta y entró.

—Valeria, hay alguien abajo que te busca.

*

Justo debajo del taller había una cafetería.

Cuando Valeria entró, vio a Mariana sentada en un rincón.

Ella estaba sentada allí, sus ojos detrás de unas gafas de sol la examinaban.

Valeria llevaba un vestido color albaricoque, cubierto con un abrigo de felpa color rosa claro, su cabello largo hasta la cintura caía natural y suave.

Tenía una expresión serena, sus facciones eran delicadas, no era tan llamativa, pero su piel era blanca como la nieve, sin imperfecciones. Solo el estar parada allí sin hablar le daba una extraña sensación de frialdad.

Mariana la vio acercarse y se levantó, sonriendo dulcemente.

—Señorita Núñez, por favor, siéntese.

Pero ella no se sentó.

No consideraba que fuera necesario reunirse en privado con Mariana.

—Señorita Ortega, diga lo que tenga que decir, por favor.

Mariana se quitó las gafas de sol.

—Parece que no le caigo muy bien, puedo entenderlo. También me enteré de que Santiago incluso la engañó a usted, pero él lo hizo por mi bien, espero que no lo culpe.

Valeria curvó ligeramente los labios, su voz era serena.

—No culpo a nadie, entre Santiago y yo siempre hubo una cooperación de mutuo acuerdo. En cuanto a Nicolás, usted lo llevó en su vientre y lo dio a luz, tiene todo el derecho de reconocerlo.

—Señorita Núñez, ¿realmente piensa así?

Valeria frunció ligeramente el entrecejo, perdiendo la paciencia.

—¿Me citó aquí para preocuparse por lo que pienso?

Mariana miró a Valeria.

La verdad era que estaba algo sorprendida.

Valeria era mucho más serena de lo que había esperado.

Una mujer así había estado al lado de Santiago durante cinco años.

Para ser honesta, decir que no sentía ni una pizca de ansiedad sería imposible.

Pero ahora que había regresado, era hora de que Valeria saliera de escena.

Mariana sacó un acuerdo de divorcio de su bolso.

Puso el documento sobre la mesa y lo empujó hacia Valeria.

—La intención de Santiago es dejarte el conjunto residencial Las Palmas, además de pagarte cinco millones de dólares como compensación por tu trabajo duro durante estos años. Si te parece bien, firma.

Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • Señor Rodríguez, la señora declara que ya no dará marcha atrás   Capítulo 427

    ¡Al fin y al cabo, el programa había alcanzado una popularidad extraordinaria!Por tres días seguidos, la controversia mediática no cesó y nombres como 'Mariana Ortega', 'Santiago Rodríguez', 'Alejandra Núñez' y 'señora Rodríguez' dominaron las tendencias de búsqueda en todas las plataformas.Los días siguientes, Valeria permaneció encerrada en casa y también justificó las ausencias de Paz en el colegio. Madre e hija se resguardaron en Villa Soneto, esperando que cesara todo el escándalo que sacudía la ciudad.Mientras tanto, Noah y Roxana continuaron hospedándose en Villa Soneto. Aunque Paz no asistía a clases, contaba con la compañía de Noah. Ambos disfrutaban sus días con alegría, ignorando los conflictos y complicaciones que agobiaban a los adultos.Al cabo de una semana, Carlos hizo una aparición inesperada. Cuando vio a Valeria, él sonrió.—Señorita Núñez, me disculpo por las molestias ocasionadas durante este tiempo. Le agradezco por haber acogido a mi hijo. Mi trabajo aquí ha c

  • Señor Rodríguez, la señora declara que ya no dará marcha atrás   Capítulo 426

    —Para mantener la posición de su hijo bastardo en la familia Rodríguez, en repetidas ocasiones convenció al niño de que dañara a la señora Rodríguez, quien ya estaba esperando otro bebé. Luego, cuando tuvo ese parto tan complicado, aunque no puedo probarlo, me acuerdo perfectamente de que ese mismo día, Mariana estaba grabando en Ciudad Estelar. Después del accidente de la señora, ella se marchó del país. ¿No les parece que son demasiadas coincidencias?Luego, dijo:—Las redes sociales no olvidan nada. Seguramente recuerdan a esa tal señorita Núñez que los seguidores de Mariana atacaron hace cuatro años. Esa mujer era la señora Rodríguez, pero en ese momento ellos la obligaron a salir para desmentir todo. Durante estos años he sabido que la señora Rodríguez se ha mantenido escondida en otras ciudades, intentando por todos los medios divorciarse de Santiago, pero él siempre se niega a firmar los documentos de separación... Hace poco, de casualidad, descubrí que ese niño no es para nada

  • Señor Rodríguez, la señora declara que ya no dará marcha atrás   Capítulo 425

    Por fin llegó la gran noche donde Alejandra ganaría el campeonato.Como había sido acordado desde el principio, ella ganó por mayoría aplastante. Los productores del programa, buscando llevar el rating a su punto máximo, decidieron invitar a Mariana para que participara en la entrega de premios.Ella apareció deslumbrante en un vestido de gala, caminando con gracia sobre sus tacones de aguja mientras la multitud la ovacionaba. Se dirigió hacia donde estaba Alejandra.Las dos mujeres se abrazaron en su momento de triunfo, llorando de felicidad. La imagen tocó el corazón de miles de espectadores. Los aplausos resonaron en todo el lugar mientras resonaba el himno de la victoria.La transmisión era en vivo. Mientras tanto, en Villa Soneto, en el estudio del segundo piso, Valeria y Rafael seguían cada detalle del programa. Él comía papas fritas, con varias latas de refresco sobre la mesa. Para crear la atmósfera perfecta de "observar el drama", había montado un proyector.Cuando vio a Aleja

  • Señor Rodríguez, la señora declara que ya no dará marcha atrás   Capítulo 424

    Cuando entraron a la casa, Santiago no estaba en la planta baja.—Nicolás, ve a tu cuarto a hacer la tarea.—Está bien.El niño subió las escaleras con su mochila, muy desanimado. Dulce se sentía eufórica. Regresó a su habitación para retocarse el maquillaje y ponerse perfume. Cuando salió, Santiago salía de su estudio.—Señor Rodríguez. —Lo vio y caminó hacia él—. ¿Acaba de terminar de trabajar?Cuando la mujer se acercó, una fragancia abrumadora lo golpeó. Él arrugó ligeramente la frente al olerla y preguntó con indiferencia:—¿Dónde está Nicolás?Ella sonrió.—¡Nicolás está en su cuarto haciendo la tarea!Al escuchar esto, se fue a la habitación del pequeños. Dulce, sin darse por vencida, lo siguió.Santiago se detuvo en la puerta del cuarto y la miró de reojo.—No he cenado todavía. Baja y prepárame pasta, algo ligero está bien.—¡Por supuesto!Dulce se sintió feliz por dentro y bajó las escaleras. Él apartó la mirada, sus ojos se ensombrecieron.Luego empujó la puerta y entró. Nic

  • Señor Rodríguez, la señora declara que ya no dará marcha atrás   Capítulo 423

    Después de regresar del hospital con Nicolás, Dulce no podía dejar de pensar en lo que había descubierto sobre el niño.Desde que supo la realidad sobre la identidad del pequeños, sus sentimientos eran contradictorios. Por un lado, se alegraba de que no fuera hijo de Santiago. Eso significaba que cuando ella se casara con Santiago en el futuro, cualquier hijo que tuvieran sería el legítimo heredero de los Rodríguez.¡Ese hijo adoptivo tarde o temprano sería abandonado! Pero, por otro lado, también le preocupaba que, si Santiago descubría la verdad, podría deshacerse de Nicolás. ¡Y entonces su valor en esa familia desaparecería por completo!Así que, antes de convertirse en la mujer de Santiago, ¡tendría que mantener en secreto la verdadera identidad de Nicolás! Después de considerar todas las opciones, decidió jugarse el todo por el todo.Al día siguiente, después de clases, llevó al niño a cenar afuera. Deliberadamente reservó un salón privado. Una vez que sirvieron toda la comida, el

  • Señor Rodríguez, la señora declara que ya no dará marcha atrás   Capítulo 422

    Y como madre biológica de Nicolás, sin importar qué tan mal le fuera en el futuro, siempre podría depender de él para mantener un estilo de vida próspero.Con esta idea en mente, Mariana le dijo a Nicolás:—Ve afuera un momento. Dulce y yo tenemos que conversar.La enfermera confirmó que Mariana estaba estable y se marchó. El niño volteó hacia Dulce. Esta le revolvió el cabello cariñosamente.—Pórtate bien. Tu mamá y yo necesitamos hablar. Espéranos en el pasillo.—Bueno.Nicolás obedeció y salió, cerrando la puerta. En el cuarto, Dulce arrastró una silla hasta la cama. Se acomodó con aire de superioridad.—A ver, cuenta.Mariana respiró profundo, como alguien que acepta su destino.—Nicolás no es sangre de Santiago.Dulce ya había conectado los puntos. Preguntó:—¿Entonces quién es el papá verdadero?—Santiago piensa que Nicolás es hijo de Adrián, su compañero que murió en combate, pero no es cierto... —Mariana cerró los párpados con fuerza—. El papá de Nicolás es otra persona.Dulce

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status