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No Apologies, No Regrets

No Apologies, No Regrets

Fedora Smith was done with love. Finished. Buried. Betrayal had ripped out her heart and torched it—her boyfriend of four years and her best friend of twenty-five caught pants down on the very anniversary sheets she gifted him. And their excuses? “You’re not attractive anymore.” “You took too long to marry him.” Fine. If love was a game, she was rewriting the rules. Now, she runs The Bridal Fix, an elite agency providing fake marriages for a steep price—rent-a-bride services for men needing to fool their families, secure an inheritance, or stage the perfect breakup. Fifteen weddings, fifteen divorces—no strings, no mess. Just business. Until Judah Carlstone. He hires her like the rest—one contract, one wedding, one payday. But Judah asks too many questions. Looks at her too long. And when he smirks and says— "Tell me, Fedora… how does it feel to say ‘I do’ and not mean it?" For the first time in years, she has no answer. Because this was never supposed to feel real.
Romance
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No Pain, No Gain

No Pain, No Gain

I chase my six-year-old daughter out of the house on a cold winter day. I cut her new clothes to pieces and dirty her dainty little face with mud. Then, I give her all my savings. She looks at me tearfully and reaches out for me, wanting me to hold her. However, I harden my heart and push her away, saying, "Leave! Go to Bowen Group and look for their CEO, Logan Bowen. Show him my death certificate and your DNA test—he'll take you in." She sobs while looking at me. "Don't you want me anymore, Mommy? Let's go look for Daddy together." After a brief silence, I say, "I can't go with you. I lied to him back then to have you." Yes, I'm a liar. I orchestrated everything from meeting Logan, dating him, to ultimately leaving him with his child in my womb. Even the death certificate I've given my daughter is fake. From beginning to end, I've lied to him about everything except our daughter.
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No Job, No Money

No Job, No Money

Two years after we marry, my husband moves his sister and her family into our marital home. The four of them settle down and refuse to leave. So, I quit both my jobs. I laze around at home all day and splurge on various things. I have so many parcels delivered that they pile up by the door. Occasionally, I ask my husband and his sister for allowance. When the management office sends someone to chase for our maintenance fee, my husband breaks down so loudly that everyone in the building can hear him. He asks me whether I've lost my mind—who will support the family if I don't work? How will we survive without money? Am I going to allow our family to starve? So, it turns out he does know that we'll starve without anyone generating income. Why does he and his sister stay at home and plot to take away all my money, then?
Short Story · Romance
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No Child, No Chains

No Child, No Chains

I was reborn back to 1975, when the child in my womb was three months old. I did not tell anyone and quietly had an abortion. However, I still wrapped cotton around my belly every day, pretending the baby was still there. In my past life, my husband Declan Huxley's childhood sweetheart Jane Patton and I gave birth on the same day. She had a healthy, ordinary baby boy. But my child looked nothing like us—he was mixed-race, with features of the Valorian people. Declan and I were both locals, so there was no way our son could look like this. Enraged, Declan scolded me in front of everyone, accusing me of cheating on him and having a disgraceful affair with a Valorian. No matter how many times I explained, no one believed me, and I became the shameful woman everyone pointed at. Worse still, Declan reported me and handed in some foreign letters he found at home, which led to me being taken by federal agents and sentenced as a spy. I spent ten years in prison, and when I finally walked out, I was nothing but skin and bones. Meanwhile, Declan had climbed the ranks for his so-called loyalty to the country. He held Jane's hand and brought along my real son, Seth Huxley, then threw 500 dollars at me like it was charity. He said, "Back then, Jane was accidentally deceived by someone else and gave birth to that brat. Unlike you, she has a gentle nature and couldn't endure hardship, so I had no choice but to switch your children. "This money is payment for your ten years and your reputation. You have a criminal record, and I already filed for divorce long ago to be with Jane. Seth also thinks you're not worthy of me, so you better take care of yourself." Seth also looked at me with disgust. "Mommy Jane treats me very well, and she's not like you; she's never been to prison. I don't want a mother like you!" When I learned the truth, the fury was so overwhelming that I had a stroke and died in despair. In this new life, I want to see how they plan to scheme against me when the child is already gone.
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Fui El Reemplazo De Mi Hermana

Fui El Reemplazo De Mi Hermana

Tras la muerte de mi hermana, firmé un contrato matrimonial por cinco años con su esposo, Horton Falcone, un hombre de la mafia. Me convertí en la madrastra de mi sobrino de cinco años, Luca. El día de mi cumpleaños, me puse el collar con la cruz de diamantes de mi difunta hermana, sin darme cuenta de lo que representaba. Durante la cena familiar, Luca se me acercó con una copa de vino tinto y me la aventó a la cara. El vino tinto escurrió por mis mejillas; su olor penetrante me ardía en los ojos y manchaba mi vestido blanco. Echó la cabeza hacia atrás para mirarme; tenía los ojos tan crueles como los de su padre. —No creas que vas a reemplazar a mi mamá nada más porque te casaste y entraste a la familia Falcone —dijo con una sonrisa maliciosa—. Tú tienes la culpa de que esté muerta. Ojalá te hubieras muerto tú. Así podría romper tu lápida en vez de celebrar este cumpleaños estúpido. ¡Cuando sea grande, voy a tirarte al Río Hudson! El recuerdo ardía tanto como el vino, y lo único que me quedaba era un sabor a desesperanza. Me quedé mirando al niño que había criado como propio durante cinco años y sentí mucho dolor. Había pensado que podía entregarme a la familia Falcone, que podría ganármelo con mi cariño. Pero ahora, ya estaba harta. Era una familia sin amor, con un niño que me veía como su enemiga. Dejé de engañarme. Era hora de dejarlo ir. Pero después de irme, ese padre arrogante y su hijo regresaron arrastrándose hacia mí como perros para suplicar mi perdón.
Short Story · Mafia
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El Regalo Mortal para Mi Familia

El Regalo Mortal para Mi Familia

Morí el día de mi cumpleaños, pero ni mis papás ni mi esposo se dieron cuenta. Todos estaban de lleno en los preparativos de la fiesta de cumpleaños de mi hermana gemela, Alicia Gonzáles. Mientras todos la rodeaban para escoger su vestido de gala, a mí me habían amarrado de pies y manos y me habían arrojado al sótano. Con las últimas fuerzas que me quedaban y con los dedos ya torcidos, logré marcar el 9395, la señal que Sergio Sandarti y yo habíamos acordado para pedir ayuda en caso de peligro. Nunca imaginé que llegaría el día de tener que usarla de verdad. Pero Sergio no me creyó. Respondió con frialdad: “¿De verdad haces tanto drama nada más porque no te llevamos a comprar un vestido nuevo? El del año pasado todavía te queda bien. Nos vemos más tarde en la fiesta, deja de hacer escándalo”. Él no sabía que mi vestido ya lo había destrozado Alicia. Tampoco sabía que, en cuanto colgué la llamada, yo ya estaba muerta. Así que no asistí a la fiesta de cumpleaños. Pero cuando todos vieron el regalo que yo había preparado con anticipación para Alicia, se volvieron locos.
Short Story · Romance
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Engañada por Mi Amor de Infancia

Engañada por Mi Amor de Infancia

Acepté cambiarme de escuela para acompañar a mi amigo de la infancia, que supuestamente estaba siendo acosado. Pero un día antes de sellar la solicitud… él se arrepintió. Su amigo se burló: —Te la jugaste bien, ¿eh? Fingiste ser víctima del acoso todo este tiempo solo para engañar a Camila Herrera y hacer que se fuera. —Ella creció contigo, ¿de verdad puedes dejar que vaya sola a una escuela desconocida? Con una voz fría, Diego Sarmiento respondió: —Solo es otra escuela en la misma ciudad. ¿Qué tan lejos podría ir? —Además, me cansa tenerla pegada todo el día. Así está mejor. Ese día estuve mucho rato parada fuera de la puerta, hasta que al final decidí dar media vuelta. Solo que, en mi solicitud de transferencia, cambié el Colegio San Rafael de Marisia por el internado en el extranjero al que mis padres querían enviarme. Al final, todos parecían olvidarlo: él y yo, desde el principio, pertenecíamos a mundos completamente distintos.
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La Peor Manada Fue Mi Familia

La Peor Manada Fue Mi Familia

En mi vida anterior, nadie me amaba excepto mi Alfa, Grayson. Mis padres y hermanos me trataban como un banco de esencia de lobo para mi hermana Victoria. Pero Grayson recordaba que le tenía miedo a la oscuridad y, discretamente, dejaba una luz nocturna encendida después de mis transfusiones de esencia; guardó en su corazón mi comentario casual de que quería encontrar un lugar tranquilo para pintar y, como si nada, me dio cinco mil millones para comprar mi bosque favorito. Cuando le confesé mis sentimientos, aunque se quedó atónito, aceptó mi declaración y prometió que formalizaríamos nuestra unión. Dios sabe lo feliz que fui en ese momento; resulta que mi amor era correspondido. Solo cuando estaba a punto de morir comprendí que su amabilidad hacia mí estaba condicionada a que continuara donando esencia de lobo a Victoria. Tras renacer, lo primero que hice fue gastar cinco mil millones para comprar un bosque aislado. —Ember, ¿está segura de que quiere adquirir este bosque? Si se muda ahí, quedará casi incomunicada del mundo exterior. Asentí, con un tono de alivio en la voz. —Eso es exactamente lo que quiero: un lugar donde nadie pueda encontrarme. Pero cuando me fui de verdad, ¿por qué mi familia y Grayson perdieron la cabeza y me suplicaron que regresara?
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La Decimoctava Traición, Enterré Mi Corazón

La Decimoctava Traición, Enterré Mi Corazón

Cuando mi novio piloto canceló por decimoctava vez nuestra boda, me cansé. La primera vez, dejó todo porque su alumna tuvo la regla y corrió a comprarle té de jengibre con azúcar moreno. La segunda, su alumna falló en una misión; él solo dijo que estaba de mal humor y me convirtió en el hazmerreír de todos en el banquete. En tres años de relación, siempre que ella tenía un problema, él me dejaba plantada sin pensarlo dos veces. Al fin, comprendí: quizá en su corazón yo nunca importé. Así que compré un billete a París y decidí viajar sola por el mundo. De esta forma, ya nadie volvería a abandonarme.
Short Story · Romance
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Mi venganza estalla: ¡Ojo por ojo!

Mi venganza estalla: ¡Ojo por ojo!

La discípula de mi esposo, Camila, alardeaba de su técnica de desactivar bombas con los ojos cerrados, guiándose solo por la intuición. El resultado fue un error de juicio que activó el sistema de detonación de respaldo de la bomba. Yo tuve que intervenir de emergencia, usando el peligrosísimo método de condensación con nitrógeno líquido para salvar todo el edificio. A Camila la apartaron de la primera línea y, además, la suspendieron. Mi esposo, Sergio, quiso hablar en su defensa, pero yo me interpuse resueltamente: —Si la defiendes ahora, no la salvarás y te hundirá con ella. Hasta a ti te suspenderán. Abrumada por la presión, Camila terminó con su vida provocando una explosión. En una carta que dejó, acusaba a Sergio: “En el momento que más necesitaba de él, él prefirió lavarse las manos.” Sergio no dijo nada. Solo guardó esa carta como un tesoro en su estudio. Años después, Sergio ya era un experto en desactivación de bombas, famoso en todo el país. Durante un ataque terrorista, unos secuestradores me colocaron una bomba de tiempo. Él acudió en persona a desactivarla, pero frente a mí, repitió el mismo error fatal de su discípula. Mirando la cuenta atrás, me dijo con una sonrisa burlona: «Mira, solo estaba nerviosa aquella vez. ¡Si la hubiera apoyado entonces, ahora ella sería la heroína!». La bomba estalló. Quedé hecha añicos. Al abrir los ojos otra vez, había vuelto a aquel momento en que él intentaba defender a su discípula. Lo que él no sabía era que en ese edificio se albergaba un servidor crítico con los secretos nacionales de máximo nivel.
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