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Capítulo 2

작가: Yolanda
Después de subirse al carro, Valeria guardó la prueba de embarazo en su bolso.

Su asistente, Luciana, la llamó por teléfono.

—Valeria, el cliente acaba de llamar. Dicen que necesitan que entreguemos la pieza 'Celestial' mañana mismo.

Valeria frunció el ceño.

—¿No habíamos acordado que tendríamos una semana de plazo?

—Parece que surgió algún problema de su parte. El responsable dice que, si podemos entregar a tiempo, el dinero no será problema.

Ella reflexionó un momento antes de responder:

—Dile al responsable del cliente que la entregaremos pasado mañana, con un cincuenta por ciento adicional en el precio.

—Pero el responsable tiene una actitud muy inflexible...

—Pasado mañana es mi límite. —Dijo Valeria con firmeza. —Si el cliente no puede aceptarlo, puedo devolverle el dinero.

—Está bien, les responderé de inmediato.

Después de colgar, cuando Valeria estaba a punto de guardar el teléfono, accidentalmente tocó una notificación de tendencias.

Santiago estaba en la portada.

Más precisamente, Santiago y la famosa actriz Mariana Ortega estaban juntos en las tendencias.

# ¡La actriz Mariana y su novio millonario regresan al país anoche tras una semana romántica en París! #

La foto no mostraba la cara completa de Santiago, pero incluso con solo un perfil, Valeria lo reconoció de inmediato.

Se quedó mirando fijamente la fotografía sin pestañear.

Después de un largo momento, sus párpados temblaron ligeramente. Deslizó el dedo y salió de las tendencias, luego abrió las redes sociales de Mariana.

Como era de esperarse, a las cinco de la madrugada, ella había publicado una foto del amanecer.

El texto decía: {Después de tanto buscar, al final, regresé a ti.}

Valeria miró la foto, como si a través de ella pudiera ver la imagen de Santiago y Mariana abrazados juntos contemplando el amanecer.

Así que anoche se había marchado tan apresuradamente para acompañar a su amada a ver el amanecer.

Curvó levemente los labios en una sonrisa amarga, burlándose de su propia bajeza.

Sabiendo perfectamente que no tenía lugar en su corazón, aún no podía evitar prestarle atención, como una ladrona escondida en un rincón oscuro, espiando cada movimiento suyo con su amada.

No podía controlar su corazón, consciente de que se hacía daño a sí misma. Incluso ella misma se odiaba.

Por suerte, Mariana había regresado al país.

Pensó que muy pronto Santiago le pediría el divorcio.

En realidad, eso también estaba bien.

Una vez divorciada, podría retirarse del mundo de Santiago.

A partir de entonces serían extraños, no tendrían ninguna relación.

Para entonces, esas fantasías viles y ridículas escondidas en su corazón deberían cesar.

---

Llegó a la mansión de los Rodríguez.

Valeria estacionó el carro en el área de estacionamiento temporal.

Después de bajarse, caminó hacia adentro. Los sirvientes que pasaban solo le dirigían miradas indiferentes y concentrados en sus tareas.

Valeria mantuvo una expresión serena.

En los cinco años que llevaba de matrimonio con Santiago, Fiona siempre la había odiado, y como consecuencia, todos los sirvientes de los Rodríguez la trataban con desdén. Si no fuera por Nicolás, no habría querido venir nunca a la casa de los Rodríguez.

—¡Mamá!

Se escuchó una voz infantil clara y brillante. Apenas Valeria puso un pie en la sala, una pequeña figura familiar se lanzó hacia ella.

—¡Mamá, por fin, viniste a buscarme!

Nicolás de cinco años se aferró a Valeria como un koala, le contó con tono dolido:

—Hace un momento, la abuela me mintió, dijo que ya no me querías.

Valeria se sobresaltó y alzó la vista hacia Fiona.

Ella, elegantemente vestida, estaba sentada en el lugar de honor de la matriarca, y a su lado se encontraba Mariana, de temperamento gentil y belleza excepcional.

Ver a Mariana aquí sorprendió a Valeria.

Pero pensándolo mejor, le pareció normal.

Santiago ya le había propuesto matrimonio a Mariana, e incluso salieron en las tendencias. Era evidente que querían hacerlo público.

Y que ella apareciera hoy en casa de los Rodríguez significaba que también había obtenido la aprobación de Fiona.

—Mamá, ¿por qué no dices nada? —Nicolás miró a Valeria. —¿Acaso lo que dijo la abuela es verdad? ¿Realmente te vas a divorciar de papá? ¿Ya no me quieres?

Valeria bajó la mirada y se encontró con los ojos inquietos de Nicolás, sintiendo una punzada de tristeza en el corazón.

Durante estos años había tratado a Nicolás como si fuera su propio hijo, ocupándose personalmente de todos sus asuntos. Cinco años completos de amor maternal no eran fingidos.

Solo pensar en separarse de él después del divorcio también la llenaba de pesar.

—Nicolás, ven acá. —Fiona le hizo señas al niño.

—¡No quiero! —Nicolás se aferró con fuerza a Valeria. —¡Quiero irme a casa con mamá!

La cara de Fiona se ensombreció y su tono se volvió severo:

—¿Cuántas veces tiene que decirte la abuela que Valeria no es tu mamá? Tu mamá es ella, la famosa actriz Mariana.

Al escuchar esto, Valeria se quedó petrificada.

¿La madre biológica de Nicolás era Mariana?

Pero, ¿no había dicho Santiago que la madre biológica de Nicolás había muerto hace mucho tiempo?

¿Acaso... Santiago la había estado engañando todo este tiempo?

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