¡Ni en esta vida! ¡Te suelto ya!
Renací.
Volví a los 18 años, justo antes del examen de admisión a la universidad. Era el año en el que Diego Alonso más me amaba, y también el último.
Porque ya había conocido a su verdadero amor, Valeria Reyes, la mujer por la que se enamoraría de verdad.
Por ella, fue capaz de todo, al punto de que me pidió ser su novia, solo para distraerme de mis estudios.
Así que en lugar de la universidad de élite en la que hubiera podido entrar, terminé en una simplemente ordinaria.
Hasta fingió un accidente para retenerme y que me perdiera el concurso; todo para que Valeria ganara esa medalla de oro.
En otra ocasión, cuando Valeria perdió mucha sangre, él me manipuló para que donara una cantidad excesiva.
Esto arruinó mi salud para siempre, dejándome con dificultades para quedar embarazada.
Al final, Diego se vio forzado a casarse conmigo, pero pasaba los días sumido en la depresión, obsesionado con las fotos de su amor.
El día que supo que Valeria se casaba, me abandonó sin piedad y se quitó la vida por amor.
En esta vida, por fin estoy despierta. No volveré a amarlo.
Solo quiero ser egoísta, y amar únicamente a mí misma.
Entonces cuando Diego me preguntó con arrogancia:
—Renata, ¿quieres ser mi novia?
Yo, tranquilamente, negué con la cabeza.
—No.