Tuve cinco hijos con el papá de mi exesposo
Nelson se tragó por accidente una nueva droga afrodisíaca y su situación era crítica. Como su médico de cabecera, no tuve más opción que convertirme en su salvavidas.
Como soy naturalmente fértil, me quedé embarazada con esa vez.
Me casé con él y tuvimos unos gemelos, un niño y una niña, sumamente inteligentes y traviesos.
Pero, después de casarnos, Nelson no quería que los niños lo llamaran «papá» y pasaba todo el día abrazando una foto de su alma gemela, borracho.
Al cumplir diez años de matrimonio, él prendió fuego la casa y nos mató a los niños y a mí en el sótano.
Resulta que, durante todo ese tiempo, Nelson guardaba rencor por lo que había hecho al salvarlo.
Él pensaba que lo había hecho solo para acercarme a los poderosos, que había sido esa intervención la que había roto su relación con su amor, y que eso había causado que ella perdiera la cabeza y muriera en un accidente.
Cuando volví a abrir los ojos, me di cuenta de que había regresado al día en que Nelson se tragó la droga.
Esta vez, decidí darle la oportunidad de salvar a su amor platónico, mientras yo me dirigía al estudio...