Diosa/idol

“You shouldn’t have disobeyed me, Hazel.” His voice came out hard and husky and she thrived at the soothing undertone that sent chills down her spine, her pussy, already gaining lots of wetness. “I am sorry Daddy, baby girl needed some alone…” she tried to explain, but his next action shut her up. He flung her over the bed like she weighed nothing, her face pressing into the pillow, while her ass positioned into the perfect doggy style he craved for. “I am going to punish you so fucking well, momma. I am going to fuck you hard till you no longer feel your legs, momma. Hazel gulps down the hitches in her throat at the thought of his 9 inches-thick, cock riding her tight cunt, to pleasure. Without any warning, Hazel felt his dick tearing throw her, as he made one rough thrust. “Oh my fucking goodness….” her words trailed into a moan, while his hands found the most adore part of her body, her waist, Pulling her backward, he began to thrust hard, and with each thrust, he got rewarded with moans that made him want to do more! Hazel had just gained admission to her favorite university in the city of Washington, she is forced to live with her father's most trusted young friend all in the name of protection. Hazel eventually finds herself in the bed of the man she claims she hates, the one who is to protect her from the outside world, after one foreplay, Hazel and Axel refuse to keep their eyes off each other. However, it didn’t end up as just a Lustful feeling. Will their love stand the test of time, in a world where fans criticize whoever goes intimate with their idol?

Después de que su alma gemela muriera, el Alfa Killian Thorne pasó diez años guardándome rencor. Yo era la sanadora Omega que él nunca quiso, unida a él por deber, no por amor. Para él, yo era un remplazo. Una cicatriz en una unión que ninguno de los dos pidió. No importaba con cuánto esmero sanara sus heridas, ni con cuánta devoción permaneciera a su lado, lo único que me decía era: —Si en serio quieres complacerme, entonces vete. Pero cuando la muerte vino por nosotros, no fui yo quien cayó. Fue él. Mientras se desangraba en mis brazos, Killian me miró por última vez y susurró: —Ojalá nunca te hubiera conocido… En el funeral, su madre lloraba. —Debió quedarse con Selena. Nunca debí permitir que se fuera contigo. Su padre me quería matar con la mirada. —Te salvó la vida tres veces. ¿Por qué se tuvo que morir él y no tú? Todos lamentaban que se hubiera emparejado conmigo. Incluso yo lo lamentaba. Me expulsaron de la manada sin nada. Sin título. Sin la compensación de una Luna. Sin un hogar al que pudiera llamar mío. Y entonces… quizá la Diosa Luna se apiadó de mí. Me dio una última oportunidad para reescribir el destino. Esta vez, no suplicaré por su amor. Esta vez, no lo ataré al dolor. Esta vez, romperé el vínculo antes de que empiece. Ya podía escuchar los engranajes del destino girando, y esta vez, yo daría el primer paso.