Arrepentimiento Post Muerte

My husband and his employees went on a camping trip, and his assistant posted on social media. [We drew lots for the tents, and guess who ended up with the handsome CEO!] The post showed a selfie she took. Behind her, my husband was taking his shirt off. Someone left a comment. [A man and a woman alone together? Sounds juicy.] The assistant quickly replied with a smirking emoji. [I like a little excitement!] After I liked the post, it was deleted right away. Soon, my husband called me on video. In front of his crying assistant and several employees, he scolded, “Why did you like the post?! It was just a game! Don’t be so close-minded!” As I watched him hold the assistant in arms and comforted her, I quietly hung up. After ten years of loving Caelan Sullivan, I decided then and there to let go.

Desde pequeños, Gabriel Fuentes y Julieta Ramírez nunca se habían llevado bien. Sin embargo, el destino tenía otros planes: en su círculo social, ya solo quedaban ellos dos como candidatos «adecuados» para un matrimonio por conveniencia. Gabriel juró que preferiría morirse antes que casarse con Julieta, mientras que ella, con una sonrisa irónica, respondía: —Entonces ya está decidido. Me casaré contigo. Apúrate y muérete. El día de la boda, Gabriel soltó decenas de gallinas en plena ceremonia para humillarla. Julieta, impasible, alzó una y dijo en voz alta: —Saluda, esposo mío. Y fue en ese momento que a Gabriel se le acabaron las ganas de burlarse. La mujer que él menos quería, era justo la que más empeño tenía en casarse con él. —Te vas a arrepentir —le dijo con desprecio. Tres años después, Julieta vio a Gabriel siéndole infiel por novena vez. Y recién entonces entendió... A qué se refería él con la frase «te vas a arrepentir».

I was scrolling through reddit when I came across a post seeking advice. The poster said he had HIV but was hiding it from his fiancée. The post had tens of thousands of likes. Intrigued, I clicked to read more. As I went through the details, I realized—why did his description of the fiancée sound so much like me?

To help my surgeon husband with his erectile dysfunction, I made an appointment with an expert six months in advance. But as the day approached, Isiah Coleman canceled it without explanation. Just as I was about to call him to demand answers, I spotted a post from his female friend on her social media. My usually stoic husband was beaming as he wrapped his arms around her. The caption read: [Only I can cure your illness.] What struck me, though, was the telltale bulge in his pants in the photo—a reaction I'd never seen from him with me. With a cold laugh, I liked the post and left a comment: [What a miracle worker!] The post exploded, with everyone speculating whether I'd confront the mistress. But what awaited him after the holiday was our freshly printed divorce certificate.

Morí el día de mi cumpleaños, pero ni mis papás ni mi esposo se dieron cuenta. Todos estaban de lleno en los preparativos de la fiesta de cumpleaños de mi hermana gemela, Alicia Gonzáles. Mientras todos la rodeaban para escoger su vestido de gala, a mí me habían amarrado de pies y manos y me habían arrojado al sótano. Con las últimas fuerzas que me quedaban y con los dedos ya torcidos, logré marcar el 9395, la señal que Sergio Sandarti y yo habíamos acordado para pedir ayuda en caso de peligro. Nunca imaginé que llegaría el día de tener que usarla de verdad. Pero Sergio no me creyó. Respondió con frialdad: “¿De verdad haces tanto drama nada más porque no te llevamos a comprar un vestido nuevo? El del año pasado todavía te queda bien. Nos vemos más tarde en la fiesta, deja de hacer escándalo”. Él no sabía que mi vestido ya lo había destrozado Alicia. Tampoco sabía que, en cuanto colgué la llamada, yo ya estaba muerta. Así que no asistí a la fiesta de cumpleaños. Pero cuando todos vieron el regalo que yo había preparado con anticipación para Alicia, se volvieron locos.

Nagscroll ako sa reddit ng napadaan ako sa post na naghahanap ng payo. Sabi ng poster na meron siyang HIV pero tinatago ito mula sa kanyang fiancee. Ang post ay merong libong mga like. Naintriga, pinindot ko ito para magbasa pa. Ng dumadaan ako sa mga detalye, napagtanto ko—bakit ang paglalarawan ng fiancee ay pareho ko?

Mi marido mafioso, Alessio, se acostaba con su hermanastra, Sophia. En el coche, en el estudio, en el baño, incluso en la mesa del comedor, dejaron pruebas de su aventura por todas partes. —Sophia, no te preocupes. Una vez que consolide mi posición en la familia, te lo daré todo. —Blair... solo es una herramienta para asegurar mi posición. En nuestros ocho años de matrimonio, él me había susurrado las palabras más dulces del mundo. Ahora, su devoción no valía nada. No lloré ni armé un escándalo. En cambio, hice un trato en el mercado negro. En dos semanas, Blair Greco desaparecería de este mundo para siempre.

Durante cinco años, Santiago Rodríguez y Valeria Núñez vivieron juntos bajo un matrimonio por conveniencia. Incluso después de descubrir que él tenía una amante, ella decidió aguantar la situación con paciencia. Pero todo cambió cuando se dio cuenta de que el niño que había estado criando como suyo era, en realidad, fruto de la relación entre Santiago y su amante. En ese momento, entendió que su matrimonio había sido una farsa desde el primer día. La amante, actuando como si fuera la esposa legítima, se presentó en su casa con los documentos de divorcio que Santiago había redactado. Justo ese día, Valeria se enteró de su embarazo. Si su esposo había sido corrompido, ya no tenía sentido estar con él. Y si el niño era de la amante, entonces debía dejárselo. Valeria, terminando con el amor y las emociones, reveló su verdadera naturaleza y se enfocó en prosperar económicamente. Aquellas personas que la maltrataron anteriormente se iban a lamentar de sus acciones e iban a luchar entre sí para ganar su perdón. Los jóvenes ricos, que se burlaron de ella por ascender socialmente mediante un hombre, se arrepentían y le ofrecían grandes sumas de dinero buscando su amor. Y el pequeño que había sido influenciado por la otra mujer se lamentaba rogándole que fuera su mamá mientras lloraba. * A altas horas de la noche, Valeria atendió una llamada de un número desconocido. Por el auricular escuchó la voz de Santiago, era evidente que estaba borracho. —Valeria, no debes aceptar esa propuesta de matrimonio. En cuanto a los documentos de divorcio… No los he firmado.

In my tenth year of marriage, my old childhood friend, Joshua Sears, posts a photo on social media. Both Joshua and my wife, Sabrina Lawson, are hugging his son, Andy Sears, and my daughter, Tiana Jenkins, in it. The four of them look very close to each other. The caption accompanying the post says, "Blessed to have the perfect son and daughter." I leave a comment below the post, saying, "Looking good together." A few seconds later, the post is deleted. The next morning, Sabrina rushes home and yells at me. "Ashton Jenkins! Joshua was finally feeling better for once. Why did you have to trigger him again?" Tiana shoves me hard and snaps in an accusatory tone, "It's all your fault that Andy's crying now!" I take out a copy of the divorce agreement and slam it down before them. "Yes, it's all my fault. That's why I'm stepping out of the picture now. Then, the four of you can form the wholesome family you've always wanted."

On the night of my 30th birthday, I waited until the early hours of the morning, but my husband, Theodore Hawk never showed up. Instead, I came across an Instagram post from his childhood sweetheart, Emily Gallagher. [What romantic is not the starry night, it is having you by my side.] In the picture, she was wearing a delicate, sky-blue camisole that revealed just enough to charm and seduce. A man stood close behind her, his hand firmly gripping her waist. The scene was set in the seaside villa that Theodore had gifted her, their figures intimately entwined under the soft glow of the night. Someone had commented beneath the post: [I can’t stand you two being this lovey-dovey all the time! Just get married already!] Emily had responded with a shy-face emoji. I had just liked the post when Theodore, who I had failed to reach all night, blew up my phone with calls. "Are you out of your mind, Camilla? Emi and I grew up together! If we wanted to be together, we would’ve done so long ago! Why are you being so petty?" Looking at how Theodore gently held her in his arms, comforting her, I realized something. Letting go of someone you’ve loved for seven years... can take only a moment.